Los nobles, eligiendo sus rosas |
La guerra de las dos rosas
La Guerra de las Dos Rosas es el nombre bajo el que se engloban varias guerras civiles dinásticas que tuvieron lugar en Inglaterra entre 1455 y 1485. En ellas se enfrentaron las casas de Lancaster y York. Comenzó cuando el rey Enrique VI de Inglaterra, de los Lancaster, se enfrentó al tercer duque de York, Ricardo Plantagenet. Al parecer el rey no andaba del todo bien de la cabeza, o eso se decía, y aprovechando su debilidad militar provocada por la guerra de los Cien Años, el duque de York comenzó a reclamar el trono.
El duque de York fue derrotado en Wakefield, donde perdió su vida, pero esto no puso fin a la disputa. El heredero del duque fue nombrado rey y continuó la tarea de su padre y la guerra de las Dos Rosas enfrentó entonces a dos reyes. Ya habrá adivinado el porqué del nombre de la guerra, viendo las imágenes del post. La rosa de los Lancaster y la rosa de la casa de York. Una roja y la otra blanca. Y de ahí el nombre de la guerra, por las rosas de ambas casas. Pero no acaba aquí la cosa.
En 1483 los Lancaster buscaron el liderazgo de Enrique Tudor, conde de Richmond, que más tarde sería Enrique VII. En la batalla de Bosworh Field murió Ricardo III, líder del bando de York y esto dejó vía libre a Enrique Tudor hacia el trono, fundador de la dinastía Tudor. Al año siguiente Enrique, ya Enrique VII, se casó con la hija de Eduardo IV, Isabel de York. De esta manera se unieron las casas de York y Lancaster, y también se unieron sus rosas, como vemos en esta última imagen, rosa de los Tudor.
El duque de York fue derrotado en Wakefield, donde perdió su vida, pero esto no puso fin a la disputa. El heredero del duque fue nombrado rey y continuó la tarea de su padre y la guerra de las Dos Rosas enfrentó entonces a dos reyes. Ya habrá adivinado el porqué del nombre de la guerra, viendo las imágenes del post. La rosa de los Lancaster y la rosa de la casa de York. Una roja y la otra blanca. Y de ahí el nombre de la guerra, por las rosas de ambas casas. Pero no acaba aquí la cosa.
En 1483 los Lancaster buscaron el liderazgo de Enrique Tudor, conde de Richmond, que más tarde sería Enrique VII. En la batalla de Bosworh Field murió Ricardo III, líder del bando de York y esto dejó vía libre a Enrique Tudor hacia el trono, fundador de la dinastía Tudor. Al año siguiente Enrique, ya Enrique VII, se casó con la hija de Eduardo IV, Isabel de York. De esta manera se unieron las casas de York y Lancaster, y también se unieron sus rosas, como vemos en esta última imagen, rosa de los Tudor.