La Sultana

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Poesías religiosas, caballerescas, amatorias y orientales
La Sultana


I
¡Quién tendrá dichas mayores
Que privar en los amores
Por bonita,
Dormir en lecho de grana
Y llamarse la sultana
Favorita!

¡Respirar en el calor
Entre jazmines en flor
Aura leda,
Mecerse medio dormida
Sobre hamaca entretejida
De oro y seda!

Tener juventud graciosa.
Seno puro, tez de rosa,
Pie de armiño
Y ojos vivos de gacela
Cuando el dardo la desvela
Del cariño!

¡Una mesa de ambrosía,
Unos baños de agua fría
Con olores
Donde el ámbar se ha mezclado
Con el jugo destilado
De mil flores!

¡En los delirios de amor
Tener un emperador
Por galán,
Recibir tiernos abrazos
Y reclinarse en los brazos
Del sultán!

¡De mil desamadas bellas
Ser vista, pasando entre ellas
Como aurora,
Como hurí del embeleso
Regalada con un beso
Del que adora!

¡Contemplar la nave turca
Cuando levemente surca
La mar honda,
Para dos regios amantes
Cargada con los diamantes
De Golconda!

¡En competencia vencer
A la más linda mujer
De Occidente,
A la airosa granadina
Que tañe la bandolina
Dulcemente!

¡No temer cuando enamoran
Las que su cántico entonan
Bengalés
Ni a las que con mil primores
Danzan sin ajar las flores
Con sus pies!

¡Sobresalir entre todas
Las de Corinto y de Rodas
Con victoria!
¡A las blancas y morenas
Y judías y agarenas
Quitar gloria!

¡Tener nombre de divina
En Estambúl y en Medina
La sagrada!
¡Del harén bella señora
Y la perla de Basora
Ser llamada!

¡Quién tendrá dichas mayores
Que privar en los amores
Por bonita.
Dormir en lecho de grana
Y llamarse la sultana
Favorita!


II
La sultana esto decía
Recreada de aura leda
Y entre tanto se mecía
Sobre hamaca de oro y seda.

En la red que amor labró
Parecía su cendal
Azucena que voló
De su tallo virginal.

Y el olor de frescas flores
En la cuna del jardín
Regaló un sueño de amores
Al aéreo serafín.

Otra hermosa allí se vía
Sin meterse en red dorada
Que cantando repetía
Esta trova enamorada:

III
¡Quien naciera en región pura
Dó la cándida hermosura
No es comprada:
Donde el hombre por placer
Sólo tiene una mujer
Adorada!

Una mujer que le amó
Porque en su pecho sintió
Frenesí
Y en delirio de amor fiel
Dijo al tímido doncel:
«Te amo, sí.»

¡País de un cielo mejor
Donde el sincero amador
Siempre fino
Al lado de su tesoro
Canta y bebe en taza de oro
Dulce vino!

Aquí goza la belleza
Un halago de tibieza
Solo un día;
Flor de un sol y sin fortuna
Que tiene junto a la cuna
Tumba fría.

¡Quién naciera en región pura,
Dó la cándida hermosura
No es comprada:
Donde el hombre por placer
Tiene sólo una mujer
Adorada!

IV
Pasan los serenos días
Y en sus alas vagarosas
Llévanse las alegrías
Como deshojadas rosas.

¡Ah! ¿Qué tiene la Sultana
Que no baja a los jardines
A coger por la mañana
Tulipanes y jazmines?

¿Qué disgustos ha tenido
Esa perla de Basora...?
-La dio al mar de eterno olvido
Su señor; ya no la adora.