Religión. Islam
AITOR F. VALLESPIR. PALMA. "Hay mucha gente que sólo sabe del islam a través de la Wikipedia", afirma Mariano Mayans, musulmán y miembro de la Fundación es Sirat. La cultura islámica es una gran desconocida para muchos mallorquines. Poco saben de la religión de Mahoma, más allá de la peregrinación, el ayuno... y el velo para las mujeres.
El hiyab –el pañuelo que sólo cubre la cabeza– es uno de los misterios del islam. Quien conoce esta realidad, seguramente no sabe qué simboliza para la mujer musulmana. Igual ocurre con el burka y el niqab. Estos dos tipos de velo –llamados integrales ya que no permiten ver la cara de la mujer– han protagonizado numerosas noticias en los medios de comunicación a raíz de la prohibición de su uso en espacios públicos impulsada por algunos ayuntamientos españoles. Un veto que en Mallorca no ha tenido reflejo: ni un solo consistorio de la isla ha creado norma alguna al respecto.
¿Qué es el velo integral?
Para Mayans, el burka y el niqab no forman parte del islam. "El niqab es una prenda de color negro en que sólo se ven los ojos. El burka, que no deja ver ninguna parte del cuerpo, es hindú, del norte de la India. Luego se expandió a Pakistán y Afganistán. No tienen nada que ver ni con el Corán ni con el islam", explica.
Las opiniones de los expertos al respecto de estas dos prendas son divergentes. El imán de la mezquita Ihsan de Son Gotleu (Palma), Ahmed El Mouaddan, se declara en contra de estas vestimentas: "Hay que ser moderados y por eso no estoy de acuerdo con el burka. El islam dice que hay que facilitar y no dificultar". El Lobby de Dones de Mallorca coincide en la opinión, aunque con otra argumentación. "El velo integral es una cortina negra que oculta al ser humano. No puede considerarse una prenda tradicional", sentencia la vicepresidenta de la asociación, Esperança Bosch.
En lo que sí que están de acuerdo de forma unánime tanto expertos como instituciones y políticos es que en Mallorca los velos integrales son una realidad prácticamente inexistente. "En Mallorca hay poquísimos casos", dice Bosch. El imán El Mouaddan lo cuantifica en "unos cuatro o cinco burkas entre los 30.000 musulmanes de Mallorca". Y para Mayans, "no hay que crear un problema donde no lo hay". En la misma línea se expresó el pasado viernes la portavoz del Govern balear, Joana Barceló, quien aseguró que "en nuestra Comunidad no se ha tratado el tema porque no se ha detectado ningún tipo de conflictividad al respecto".
Entonces ¿a qué se debe tanta polémica y tanta prohibición en el resto de España? Para unos es una cuestión de igualdad y respeto a la mujer; para otros es, simplemente, electoralismo.
Bosch se inscribe entre los primeros: "El burka es un menosprecio hacia la mujer porque tapa el ser humano, es como si no fuera digna de enseñar su cara".
El presidente de la Lliga Musulmana, Francisco Javier Jiménez, no cree que prohibir sea la solución: "Con esta medida no se dignifica a la mujer. Algunas incluso afirman que no saldrán de casa. Desde luego así no se arregla el problema". Jiménez añade que "es una cuestión oportunista". "En Cataluña hay elecciones dentro de poco. No se justifica que se regule ahora, cuando es de sentido común que alguien tenga que identificarse en un sitio público", comenta el responsable de la Lliga.
Lounis Mohamed Meziani, de la Federación Islámica de Balears, comparte esa visión: "Me parece una barbaridad. Lo hacen para llamar la atención y para crear polémica, porque va a haber elecciones. Por las calles no se ve ni un burka", afirma.
El porqué del pañuelo islámico
Aunque los velos integrales no sean habituales, los pañuelos islámicos sí han ganado en presencia durante los últimos años. ¿A qué responde que las mujeres que practican la religión musulmana vistan tan característica prenda? ¿Es una obligación de los maridos, es una tradición o es una imposición religiosa? Los musulmanes consultados descartan por completo que un hombre obligue a su esposa a llevar el velo, aunque difieren al decir si es costumbre o credo. Más bien, depende del país de procedencia de la mujer.
Nasrine es del Líbano. Es musulmana y vive en el barrio de Pere Garau de Palma. Su pelo está tapado por un hiyab, un simple pañuelo de colores pastel. "Es tradición en mi familia. No me obliga nadie a llevarlo, eso es todo mentira", dice la joven. "¡Y no me pondría nunca un burka", exclama Nasrine. Otra mujer musulmana, que no quiso revelar su nombre, también residente en Palma y con el hiyab por vestimenta, responde lo justo para afirmar que el pañuelo forma parte de su credo: "Es por mi religión". A la pregunta "¿le obliga alguien a llevarlo?", ella responde con un tajante monosílabo: "No".
Según Mariano Mayans, "no hay que confundir una norma del Corán de tipo religioso con las costumbres de un pueblo". El miembro de la Fundación es Sirat explica que este libro sagrado insta a las mujeres "a que se cubran desde arriba para evitar miradas malintencionadas", a la vez que recomienda al hombre "que baje la mirada".
"En algunos países musulmanes, ver la cara de una mujer es como si estuviera desnuda", comenta Francisco Javier Jiménez, quien añade que "taparse no es una obligación, pero cubrirse es una protección" para las mujeres. Para Meziani, "es parte inseparable del traje de una mujer practicante".
El hiyab, por tanto, no aparece mencionado como tal en el Corán. Independientemente de que sea un símbolo religioso, "no se puede prohibir el velo islámico porque es un complemento de la ropa", afirma Mayans.
Las opiniones divergentes sobre qué velo es preciso llevar se deben a las interpretaciones diferentes que se hacen del islam y que originan cuatro principales confesiones. De éstas, tres están en contra del uso del burka y sólo una –de carácter más radical– lo promueve, cuenta el imán de la mezquita Ihsan.
En el fondo, el debate sobre el velo integral esconde los problemas de integración y tolerancia que ha tenido la sociedad con la inmigración de los últimos años. "No entiendo que se puedan hacer políticas de separación o exclusión, que es lo que les pasaría a las mujeres que se quedarían en casa si no pudieran vestir el burka", afirma el presidente de la Lliga Musulmana.
Y en eso está de acuerdo el Lobby de Dones, que lo percibe como un tema delicado y sensible, y lo trata como tal. Esperança Bosch llama a la prudencia y al sentido común al decir que "no puede encenderse una mecha contra la cultura musulmana". Y avisa: "No hay que alimentar la xenofobia ni los discursos populacheros".