Durante años he pensado que los veganos defendían un estilo de vida que, en cierto modo, era perjudicial para ellos. Pensaba que la carne nos aporta unos nutrientes que ningún alimento vegano nos puede aportar, y que por lo tanto los veganos ponían en peligro su propia salud. Pensaba también que los humanos necesitamos los nutrientes de la carne para desarrollarnos “mejor”. Pensaba que éramos perfectamente omnívoros. Y pensaba también que a los animales que nos comemos se los cuidaba de una forma adecuada y se les daba muerte de una forma digna. Cuan equivocado estaba. He decidido escribir sobre este tema no porque sea un tema que me interesa (que lo es) o porque sea fácil (sé que habrá gente que no vea esto como en realidad es y como os voy a mostrar). Elegí este tema solo porque creía que estamos siendo brutalmente engañados y nadie se da cuenta, por eso espero que estas líneas abran los ojos a todo el que las lea.
En primer lugar, la gran parte de las enfermedades alimenticias que padecemos proceden de los animales. Solo la Salmonella y el E. coli contaminan extraordinariamente a los vegetales. Y estas enfermedades proceden de las excreciones animales. Es decir, si tomamos espinacas que no hayan sido bañadas en excrementos de animales enfermos no vamos a contraer ninguna enfermedad alimenticia. Todas nuestras enfermedades cardíacas; los ataques al corazón y las paradas cardíacas; la mayoría de los cánceres (de próstata, de colon, de pecho, de páncreas, de ovario,…); las enfermedades renales; la osteoporosis; la diabetes, … son causadas por 4 factores importantes. Claro que hay más factores que influyen en todas estas enfermedades, pero los más importantes se encuentran en la carne, la leche, los huevos y el queso. Y son el colesterol (el colesterol que obtenemos de otros animales, no el que fabrica nuestro cuerpo), grasa saturada, ácidos grasos y proteína animal. Voy a centrarme solo en la proteína animal. Todo el mundo piensa que es buena para nuestro organismo, pero no. Es demasiado ácida. Es la razón de que 1 de cada 3 personas padezcan cáncer. Y una de las principales causas de osteoporosis. La proteína animal aumenta la acidez en la sangre, y si esta acidez se mantiene conlleva directamente a la muerte del ser humano. Pero nuestro cuerpo ha encontrado la forma de rebajar esta acidez. Y es mediante la introducción de fosfato en la sangre humana. Este fosfato se encuentra en nuestro cuerpo junto al calcio. Forma los huesos. Se extrae el fosfato y el calcio de los huesos, se utiliza el fosfato para neutralizar la acidez y el calcio se expulsa en la orina. Diversos estudios epidemiológicos realizados a nivel mundial destapan el hecho de que las sociedades con un mayor consumo de proteínas animales son las que registran las cifras más infladas de osteoporosis, fractura de huesos y cáncer. Podemos extraer la idea de que la proteína no es buena para nosotros. Y al igual que la proteína tampoco es bueno el colesterol que no fabricamos nosotros (produce enfermedades cardíacas) y tampoco lo son ni la grasa saturada ni los ácidos grasos (obesidad).
En segundo lugar, los intestinos de un humano adulto son de 7 a 12 veces el tamaño de su torso. Unos intestinos largos, del mismo tamaño que el de cualquier otro herbívoro. Un intestino grande para digerir bien los alimentos y obtener de ellos todos los nutrientes. Los intestinos de cualquier carnívoro son de 4 a 6 veces el tamaño de su torso. Esto es así porque los carnívoros deben digerir alimentos en estado de putrefacción y carnes con altas cantidades grasosas. Cualquiera que quiera demostrar que en realidad es carnívoro que salga al bosque, encuentre un conejo, lo persiga (sin armas ni vehículos de cualquier tipo), lo atrape y se lo meta en la boca. Si es capaz de conseguir esto, adelante, que lo coma. Pero que lo coma crudo, con pelo. Y que no se olvide de comer ninguna víscera, ni siquiera el encéfalo. Solo ha de dejar los huesos. Si alguien es capaz de hacer esto, no creo que le queden más ganas de comer carne en su vida, y si le quedan más ganas que la coma, es un verdadero carnívoro, pero obviamente no es humano.
Hablemos ahora de las desventajas éticas. Cada año se matan 6 billones de animales terrestres y otros tantos de animales marinos para obtener la carne que consumimos. Los mataderos son lugares en los que no se matan animales. En los mataderos los animales son torturados hasta la muerte. Hay videos que lo demuestran. Y tal vez caiga en la generalización al decir que todos los mataderos son lugares de tortura, pero si hay mataderos donde se les dé una muerte digna a los animales no he encontrado ningún vídeo. Y tampoco tengo muchas esperanzas de encontrarlo porque NO ES BENEFICIOSO (económicamente) dar muerte a un animal de una forma digna. Por digna me refiero a una inyección letal, a una disección rápida del encéfalo con la médula ósea o cualquier otra cosa que no cause ni terror ni pavor a los animales. Los animales sienten. Ven. Huelen. Oyen. Los animales entienden lo que pasa a su alrededor y dar muerte a un animal colgándolo hasta la asfixia, cortándole la yugular, abriéndole las tripas o seccionándole parcialmente el cuello no es digno. Sin embargo, estas son las prácticas de la inmensa mayoría de mataderos. Otra de las cuestiones es las condiciones de vida en las granjas ovíparas. En la mayoría de estas granjas a las gallinas se las mete en jaulas en las que apenas caben y se ponen unas jaulas encima de otras. Se les da el alimento necesario, no reciben luz solar, no se les permite mantener relaciones, no hay gallos para fecundar los huevos,… Pero esto no es nada comparado con lo que pasa en la inmensa mayoría de granjas lácteas. Las vacas son violadas (se les introduce semen de toro mediante una jeringa) para que tengan hijos y produzcan leches. Luego se les quitan los hijos, se estabula a las vacas y se las ordeña 3 veces al día. La forma de ordeñarlas (mediante una máquina) provoca cortes en las ubres del animal. Estos cortes no se dan curado por la frecuencia del ordenamiento. Por eso el pus de estos cortes va a parar a la leche que bebe la gente. Esto es algo que se sabe, y está permitido. La OMS permite un máximo de un 2’5% de pus de vaca en la leche. Lo más preocupante de todo esto es el hecho de que el ser humano no necesita leche de ningún otro animal, al igual que ningún otro animal necesita leche de humano. Consumimos leche porque fuimos así criados. Y ahora el dato más significativo. Un 65% de la producción agrícola mundial se utiliza para dar de comer a los animales que consumimos. Un tercio de la población mundial NO COME para que nosotros, los habitantes del primer y segundo mundo, podamos comernos nuestro venado.
Antes de pasar a la conclusión un último aporte sobre lo que comemos. La miel de abeja es en realidad vómito. Procede directamente del estómago de la abeja, cualquier biólogo os lo constatará. Los huevos que comemos son periodos de la gallina. Nunca llegan a fecundarse, son en toda regla la regla de la gallina, valga la redundancia. Y la leche. Aparte de ese 2’5% de pus en nuestra leche, la leche contiene una morfina que sirve para que su descendencia beba leche constantemente. La leche y el queso pueden llegar a crear adicción. Un rápido repaso. Cualquier no vegano se expone a comer casi diariamente vómito de abeja, periodo de gallina y pus y drogas de vaca. ¿Y luego los veganos están locos por tomar hamburguesas de tofú?
Todo lo comentado anteriormente nos lleva a una pregunta. ¿Por qué comemos carne? Gary Yourofsky, activista por los derechos animales, vegano y conferenciante, tiene la respuesta. “El ser humano come carne por tradición, sabor y costumbre”. Hemos llegado a un punto alarmante. Cada minuto son asesinados aproximadamente 168626 animales marinos, 85682 pollos, 4223 patos, 2322 cerdos, 1602 conejos, 1297 pavos, 995 gansos, 961 ovejas, 644 cabras, 545 vacas y terneros, 121 roedores, 113 palomas, 43 búfalos, 30 perros, 7 gatos, 7 caballos, 6 burros y mulas y 4 camellos. No sé cuanto podremos mantener este ritmo asesino, pero lo que si se puede afirmar es que todos estos asesinatos, este holocausto animal, no tiene razón de ser, porque el ser humano NO ES CARNÍVORO.
Bibliografía: