Monasterio de Santes Creus | ||
---|---|---|
Bien de Interés Cultural 13 de julio de 1921 RI-51-0000196 | ||
Tipo | Monasterio | |
Advocación | Santa María | |
Ubicación | Aiguamurcia, Tarragona España | |
Coordenadas | 41°20′50″N1°21′46″ECoordenadas: 41°20′50″N 1°21′46″E (mapa) | |
Uso | ||
Culto | Exclaustrado | |
Orden | Cistercienses (act. sin culto) | |
Arquitectura | ||
Construcción | 1158 | |
Estilo arquitectónico | Cisterciense; Románico | |
Identificador como monumento | RI-51-0000196 | |
[editar datos en Wikidata] |
El Real Monasterio de Santa María de Santes Creus (en catalán Reial Monestir de Santa Maria de Santes Creus), también llamado Santas Cruces,12 es una abadía cisterciense erigida a partir del siglo XII, que se encuentra en el término municipal de Aiguamurcia, en la provincia de Tarragona (España). Fue en el siglo XIII cuando, bajo el patrocinio de Pedro III de Aragón que expresó su deseo de ser enterrado en el monasterio, se construyó el panteón real, en el cual a su vez fue sepultado su hijo el rey Jaime II. Así fue cómo el monasterio se convirtió en panteón de los reyes de Aragón, y después se anexionó el Condado de Barcelona, de la misma forma que más tarde Felipe II construyó el Monasterio de El Escorial para enterrar a los reyes de la Corona de Castilla.
Parte de la nobleza aragonesa- catalana siguió esta costumbre medieval y escogió este lugar para su descanso eterno, consiguiendo el cenobio el tiempo de máximo esplendor y grandeza gracias a los numerosos donativos recibidos, hasta la decisión de Pedro el Ceremoniosoen 1340 de instalar el panteón de la monarquía en el monasterio de Poblet.3
En el año 1835 y como consecuencia de la desamortización de Mendizábal la comunidad abandonó el edificio. Fue declarado monumento nacional por real orden de 13 de julio de 1921. Es el único monasterio incluido en la Ruta del Císter en el que no existe vida monástica.4
Apunte histórico
La Orden del Císter se había establecido en la península ibérica, a partir del primer cuarto del siglo XII, con fundaciones en los monasterios de Oseira, Fitero y de Moreruela, todos bajo patrocinio real por la gran necesidad que había en ese momento para conseguir una rápida repoblación del espacio reconquistado a los musulmanes.
Bajo el mandato del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV y con el mismo fin, se crearon los monasterios de Poblet, Santes Creus y en terrenos cedidos por este mismo conde el monasterio femenino de Vallbona de las Monjas, todos ellos situados en la llamada Cataluña Nueva.6 Como era norma habitual, adoptada y extendida por la orden cisterciense, sus monasterios fueron dedicados a Santa María.7
Fundación
La fundación del monasterio se remonta a 1150 gracias al poderoso linaje de la Casa de Moncada, cuando Guillermo Ramón I de Moncada, senescal de Barcelona, y sus hijos hacen donación en aquella fecha a los monjes cistercienses de la abadía de la Grand Selva, de Toulouse(Languedoc), de unos terrenos en el lugar denominado Valldaura, cerca del actual municipio barcelonés de Cerdanyola del Vallés. Junto con el terreno se les concedía un permiso para utilizar los molinos de Rocabruna, además de una ayuda de 100 morabatines de oro anuales y grano suficiente, mientras durase la edificación del nuevo monasterio.8 El que se escogiera para la ubicación del edificio del monasterio una parte baja y no la cima de la montaña, debió de ser por la existencia en ese lugar de algún tipo de construcción, ya que poco tiempo después de la donación ya se encontraban en Santa María de Valldaura doce monjes, tres conversos y el abad Guillem procedentes del monasterio de la Grand Selva. Las dificultades geográficas del entorno para que se desarrollara un monasterio no tardaron en manifestarse. La falta de agua y las tierras poco fértiles, así como la proximidad de un gran monasterio como San Cugat del Vallés y la cercanía de la ciudad de Barcelona que impedían su expansión territorial, hicieron aconsejable enseguida pensar en el cambio de emplazamiento del cenobio.9
Comunicados sus deseos al senescal Moncada, este consiguió ayuda del obispo de Barcelona, Guillem de Torroja, y del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. El conde accedió y concedió en 1155 unas tierras en Ancosa cerca de La Llacuna en la comarca de la Anoia. El lugar tampoco era adecuado por la falta de agua para dedicarse a la agricultura, hecho primordial dentro de la orden cisterciense. Por lo tanto nunca llegó a construirse un monasterio, aunque sí una granja donde se trasladó una parte de la comunidad.10
Nuevamente la influencia de la familia Moncada, cuyo deseo era conseguir la fundación del monasterio para que fuera panteón familiar —de ahí que su intención primera fuera la proximidad a la ciudad de Barcelona, lugar de residencia de dicha familia— hizo que solicitara ayuda a su amigo Guerau Alamany de Cervelló, señor de varios castillos en tierras del Gayá, que vio con buenos ojos el establecimiento de un monasterio en sus tierras. Junto con la cooperación de los nobles Gerard de Jorba y Guillem de Montagut hicieron una donación en 1160 del paraje de Santas Creus, a orillas del río Gayá, con agua abundante y suficientes terrenos de calidad para garantizar la buena economía del monasterio. Su ubicación alejada de poblaciones y situada en plena naturaleza debió gustar a los monjes para poder llevar una vida espiritual tranquila.1110 No obstante, por una disputa jurisdiccional entre las diócesis de Barcelona y Tarragona, en la que ambas consideraban tener derecho sobre el territorio de Santes Creus, el asentamiento se demoró hasta que el papa Alejandro III decretó la independencia del monasterio en 1168/1169, quedando exento de la obediencia ordinaria tanto del arzobispado de Tarragona como del obispado de Barcelona.12El monasterio de Valldaura daba paso al de Santes Creus, el abad Pere firmó documentos como abad de Valldaura el 17 de julio de 1169 y como abad de Santes Creus el 9 de enero de 1170.11
Sería demasiado largo explicar aquí la turbulenta historia del Monasterio de Santes Creus. Recuerdo que cuando lo ví por vez primera me impresionó su claustro, con enormes cipreses a los lados, y una cruz de piedra en un costado,como recuerdo de dos monjes que lucharon a espada una noche y se mataron mutuamente,aunque nunca se supo el motivo.
Es un sitio misterioso y lleno de leyendas, que perdió protagonismo cuando los reyes de Aragón y los condes de Barcelona trasladaron su panteón a Poblet, otro monasterio muy interesante también y con mucha historia. Pero Santes Creus, desde su silencio y aparente abandono, emana una magia que encanta al visitante.
Ubicación de Catalunya |