Cuando yo era una niña chica y mi madre me daba bombones y chocolatines siempre guardaba el papel de estaño en una caja de zapatos, y lo cortaba con unas tijeras en pedacitos pequeñísimos. Esto lo hacía porque pensaba que cuando Franco se muriera lo festejaría tirándolo todo por la ventana. Ya sé que parece increíble, pero es que no era una niña común. Luego Franco se murió, yo estaba ya casada y de la caja de zapatos llena nada más se supo. Fue una pena, vaya.
De niña una de las cosas que más me gustaban era que mi padre me llevase con él a la Base Aérea de Son San Juan, que para mí era una maravilla. Había una granja, un bosque, una piscina toda para mí, y aviones, muchos aviones. Mi padre no era un milico político (Hombre, era de derechas, tampoco se podían pedir virguerías…) pero realmente no le importaba mucho (su padre había sido republicano furibundo, casi lo matan en Sevilla), Mi padre era un militar como debe ser: Era piloto y lo que le gustaban eran los aviones, las armas y esas cosas propias de los de su condición. Que es lo que debe, pues cuando los milicos se meten en política, entonces ya podemos todos echarnos a temblar. Pues allí en la Base yo entonces no lo pensaba, pero me parecía de lo más normal que mi progenitor tuviera compañeros alemanes, italianos, y hasta un ruso. Los primeros eran provinientes de los ejércitos de Hitler y Mussolini. Al ruso hay que echarle de comer aparte. Me parece que esto ya lo conté. Perdonen los que ya lo saben. El antedicho era un ruso blanco llamado de apellido Ragosin (más ruso, imposible) que, con un compañero y las mujeres respectivas, ambas bailarinas del Balxoi, se fugaron de Rusia y se metieron como pilotos en el Ejército del Aire español. Decían las malas lenguas que en el ínterim se habían cambiado las mujeres. Puede que sí. Pero esto sólo añadía romanticismo a su leyenda, que parece un argumento de pelicula. Pero no me lo invento ni exagero. Yo ví, cuando ya era viejísima, a la viuda del Ragosin de marras, y se notaba que había sido una beldad. Tenía una cara y un cutis increíble.
También tenía mi padre otro compañero en el ejército que era un rumano, que no sé de dónde había salido, y que se llamaba Eviricu, que vivía en el Pabellón de Oficiales, al lado de la piscina, y cada día, verano o invierno, se iba a bañar allí y hacer unos cuantos largos. Pero lo curioso era que para acceder a su habitación no lo hacía por las escaleras, sino por una cuerda muy gruesa y llena de nudos que estaba atada a los barrotes de su balcón, y por la cual trepaba como una ardilla.
Mis suegros tuvieron que huir de Mallorca cuando se gestaba el 18 de julio porque el padre de Paco era del PSOE, y en los pueblos de Mallorca hubo unas carnicerías impresionantes. Todos se conocían y se delataban mutuamente. Los curas en los confesonarios sonsacaban a los niños preguntándoles qué se hablaba en su casa, y si no era afecto al dictador, paseíto hasta la tapia del cementerio, y allí el nene piadoso se quedaba huerfanito.Por esto y por muchas otras cosas mis suegros huyeron al Marruecos francés y luego al español, donde el padre de Paco construyó una casa estupenda con sus manos (cosa que escandalizaba profundamente a mi madre) y al cabo de unos años tuvieron una granja estupenda, con un huerto de naranjos que ahora es propiedad de un amigote de Hassan II, muchos animales, árboles y hasta pasaba por allí un río de pelicula, el Lukus, donde Paco pasó una infancia maravillosa. El Lukus era como el Nilo pero menos, porque también se desbordaba una vez al año y fertilizaba las tierras.Los árabes del campo decían que en este río habitaba un espíritu maligno femenino, la Aisha Kandisha.
La gente del lugar y los que trabajaban las tierras de mi suegro eran todos árabes ,él los trataba bien y ellos le querían (como suele suceder…). Y aún ahora, Paco manda dinero a Alcazarquivir (donde nació) a Keltum, su ama seca, que ya está muy vieja y vive con sus sobrinos. Pero Paco siempre la quiso mucho.Yo estuve allí hace tiempo y nos recibieron muy bien y nos dieron muy bien de comer.Ahora están encantados conmigo, desde que me convertí al Islam. Me mandan pañuelos y regalitos.A Keltum la recuerdo hilando en una rueca como las de hace dos mil años o más, sentada encima de una alfombra y unos cojines. No le hice una foto porque me dio apuro.
El padre de Paco no hizo la guerra, estaba entretenido construyendo su casa en Alcazarquivir, pero el mío sí, y a fondo. La mayor parte del tiempo se lo pasó en Guadalajara, donde también había muchos italianos desmotivados y que salían huyando en cuanto les atacaban las tropas republicanas. Mi padre estuvo mucho tiempo en un pueblo llamado Gogolludo, y tiene fotos de allí, porque se fue a la guerra con una cámara. Hay quien se lleva una guitarra, yo conocía a un señor que se fue con la División Azul a Rusias con Lo que el viento de llevó, y cosas más peregrinas, pero mi padre hizo de corresponsal de guerra.En Guadalajara pero del otro bando había muchos del Partido Comunista, los veteranos, que ya han muerto pero que cuando me afilié los conocí, y me contaban las mismas historias que mi padre. Era algo esquizofrénico. Una vez vino a Palma Simón Sánchez Montero, uno de los históricos del PCE, y no encontraba hotel. Un compañero se lo llevó a su casa. Yo le comenté riendo la cosa a mi padre, que podríamos tenerlo en una cama libre que había, y es la única vez que le he visto odio en la cara, y me dijo:”-Ni se te ocurra traerme a tus amigos a mi casa”.Caray.
Cuando la gente habla de la terrible represión en la dictadura de Pinochet, que sí lo fue, yo siempre me acuerdo que veía en la TV las manifestaciones que había en Santiago de Chile, reventadas a porrazos por la Policía. Pero es que esto en la España franquista era impensable, nadie se manifestaba porque era imposible, la Guardia Civil los hubiese matado a todos a tiros, y a los que no, los hubiese encerrado en la cárcel para torturarlos.
Franco no fue nunca fascista, como Hitler o Mussolini. Franco era solo franquista, y encima un meapilas que dormía con el brazo momificado de Santa Teresa. Y eso sí que me parece una desviación sexual de las gordas. Además, se creía un caudillo ungido, como los reyes medievales. Los yankis tienen mucha cara cuando ponen en sus dólares: “En Dios confiamos”. Pero es que lo de Franco era peor, que todas las monedas llevaban la inscripción: “Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios”.¿Habráse visto mayor arrogancia?
Pues qué gracia…
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