pieles no
martes, 8 de marzo de 2011
Jorge VI, o los apuros de un rey
Yo no he visto todavía, por causas ajenas a mi voluntad, la peli "El discurso del rey",pero la veré en cuanto pueda, porque, además de estar oscarizada, narra la aventura personal de un hombre que, teníendolo todo para ser un fracasado, supo sobreponerse y acabó siendo un héroe y uno de los mejores reyes que ha tenido Inglaterra.
A mi los ingleses "no son mi taza de té", como dicen los franceses cuando se refieren a algo o alguien que no les es particularmente simpático, pero el pobre Jorge VI, que las pasó canutas ya desde la cuna, siempre me ha hecho sentir simpatía y ternura.
Era el menor de dos hermanos, hijos de Jorge V, que era una mala bestia. Y de la reina Mary, una mujer estúpida e incapaz de darles cariño. El hijo mayor, David, subió al trono con el nombre de Eduardo VIII, y abdicó al poco, al caer en las garras de Wallis Simpson, una aventurera yanki quien le sorbio el seso y siempre le tuvo dominado y agradecido.Habría mucho que hablar del bacalao sobre este matrimonio, pero ya será otro día.
Hoy prefiero ocuparme solo de Jorge VI.Al nacer le llamaron Alberto, pero al reinar le cambiaron el nombre. No sé por qué pero los ingleses tienen costumbres raras.
Los dos niños tuvieron una infancia peor que en un cuento de Dickens. Sus padres no les hacían caso. El rey Jorge V no gustaba de los niños ni los comprendía, o sea que no les hacía puñetero caso. La madre, la reina Mary, era una mema sin corazón, incapaz de dar ternura a sus hijos. Solo de vez en cuando les extendía una mano enguantada para que se la besasen. Los dos niños crecieron con pánico a sus padres, y criadas por nurses. Pero si al menos éstas hubieran sido cariñosas, pero nada de nada. Al revés, tuvieron una tremenda, me parace que se llamaba Miss Green, que era una sádica. Hacía lo que queria con ellos. Para "endurecerlos" les daba unos comistrajos que cualquier perro perdido hubiera rechazado, como verdura semicruda y "porridge", pero mal hecho, que es una especie de engrudo que toman por allí. Comían peor que los pobres. Muchas noches, la miss se olvidaba de darles de cenar y se iban a la cama hambrientos. Tenía muchos detalles sádicos. Por ejemplo, cuando les presentaba los niños a los reyes, justo antes, les daba tremendos pellizcos, con lo que los niños entraban llorando, y los padres pedían a la monstrua que se los llevara enseguida. También, a Albert, el segundo y más débil, la nurse le ataba las piernas por la noche para que no se levantara. Siempre sufrió de los huesos por este trato. Un criado compasivo iba cuando podia y a media noche le desataba.
Alguien de Palacio sabía lo que estaba ocurriendo, y aunque guardó silencio durante mucho tiempo, al final se supo y la Green fué despedida. Pero el mal estaba hecho. Los niños crecieron con grandes carencias afectivas y nutricionales y se convirtieron en adultos neuróticas y enfermizos. Albert tenía una gran tartamudez, a la que no dieron importancia porque de todos modos no iba a reinar, y su hermano David también estaba bastante mal, con constantes dolores de estómago, debidos al régimen de la miss.
Este último subió al trono al morir su padre con el nombre de Eduardo VIII. Pero en cuanto pudo se largó, abdicando, porque había caído en las garras de Wallis Simpson, que le daba lo que él necesitaba: Ternura y dominación. Porque el hombre estaba acostumbrado a ser dominado por mujeres terribles y Wallis era más lista que una gineta; enseguida vio que era muy manipulable y se mostró cariñosa y enérgica. Y le enseñó jueguecitos de tipo sexual, que el hombre ni había imaginado,y que ella que aprendio cuando estuvo en China casada con un diplomático. La señora se había divorciado dos veces, antes de casarse con el luego llamado Duque de Windsor, título que le dieron al abdicar. Parece que fueron felices, pero la familia real inglesa les odiaba, porque esta abdicación causó la muerte prematura de su hermano Alberto, rey bajo el nombre de Jorge VI. Además, el duque de Windsor, en plena guerra, tenía amigos nazis y se fotografiaba con ellos, mientras que los reyes se quedaron en Londres bajo las bombas y no abandonaron a la población. Esto fue un gran punto a favor del rey y su esposa, Elisabeth-Bowes-Lyon, la madre de la actual reina de Inglaterra, a la que tanto le gustaba darle al gin-tonic. Pero fué una buena reina y una gran ayuda para su marido.
Este, la primera vez que fué feliz fué cuando, antes que estallase la contienda, se fué a la escuela naval de Dortsmouth, donde por fin se hizo amigos y aprendio a pilotar aviones. Vamos, que se convirtio en un hombre casi normal, y nadie le echaba en cara que fuese tartaja.
Pero el hermanito David, que se dió cuenta que aquello de ser rey era algo pesado y lo que a él le gustaba era la buena vida sin responsabilidades, al lado de la elegante puta Wallis que tantas cosas divertidas le había enseñado, ante el estupor de todos abdicó (ver foto del acta)y le dejó el muerto a su pobre hermano Alberto, quien tuvo que acceder al trono con el nombre de Jorge VI,(ver foto) y para un trabajo para el cual no estaba preparado. Menos mal que su mujer,de la que se enamoro en un baile cuando estaba en la base de Dortsmouth (y que le dió calabazas varias veces,lo que le causó una depresión)le ayudó muchísimo. Estaba muy delicado de salud y seguía con un tartamudeo terrible, que no le permitía hacer discursos ni hablar con nadie. Mientras, su hermano el Duque de Windsor, se daba la gran vida con la Wallis en la Costa Azul, y viajando por todo el mundo. Y es que no se puede ser buena persona.
El pobre rey Jorge VI lo pasó tan mal en su coronación, que después reconoció que estaba convencido de que se iba a caer al suelo desmayado de un momento a otro, cosa que no llegó a ocurrir.
Con ayuda de un ortofonista australiano logró superar la tartamudez. Y durante la guerra se portó como un rey, que no quiso abandonar su país, mientras los alemanes bombardeaban Londres.
Su pueblo sabía de sus problemas, y después de demostrar tanto valor debajo de tanta bomba, la gente le empezó a querer cada vez más, y ha sido el rey más amado que han tenido los ingleses.
Pero tando sufrimiento desde su infancia le pasó factura, y murió prematuramente de cáncer a los 57 años. Cuando su criado personal le fué a dar los buenos días, lo encontró muerto en la cama. Su corazón habia dejado de latir.
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Fotos de los dos hermanos, de Wallis y del acta de abdicación.
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