Para no engordar en verano (ni nunca)

Hay que procurar no engordar de cintura, porque la grasa situada dentro de la barriga es nociva, consideraciones estéticas aparte:Fabrica gran número de sustancias que pueden ser malas para el organismo, como enfermedades cardiovasculares, diabetes... y se sobrecargan las piernas, con peligro de varices y deterioro de las articulaciones.
Hay que medirse la cintura una vez a la semana con un simple metro de modista. Ponerlo bajo la última costilla flotante. Por debajo de 80 cm., la cintura es normal para las mujeres. ya es elevado entre 80 y 88 cm. y muy alto más allá de los 88 cm.
Pero no todas las mujeres con barriguita tienen por qué preocuparse forzosamente por su salud -es normal que la tengamos, más o menos- pero es este sobrepeso, añadido a otros problemas, como el colesterol, la tensión alta, la glucosa alta,(aunque sea poco),lo que debe poner en guardia.A esto se le llama síndrome metabólico.
Para perder peso, no sirve de nada privarse de muchas cosas o caer en la trampa de los regimenes. Lo que es necesario es adquirir buenas costumbres.
Es recomendable tomar 5 frutas o legumbres al día, un feculento dos o tres veces, lácteos desnatados y tomar poca grasa, demasiada sal o demasiado azúcar.
Zanahorias, rabanitos, tomates, albaricoques, fresas, peras... aportan vitaminas y minerales, carotinoides y mucha fibra. Son poco calóricos y sin embargo llenan. Si se comparan las calorias de una pieza de fruta y unos pasteles es evidente: 200 grs. de fruta aportan tantas como 25 gramos de dulces.
Una cosa buena sería, por ejemplo, desayunar de un bol de cereales con leche desnatada, y en la comida, pescado hervido o carne a la plancha con un puré de verduras. Todo esto no tiene por qué ser soso y aburrido si se le echan especias, que hay muchas que lo hacen todo más rico.
Las féculas son muy buenas para la hora de comer. Porque son azúcares lentos, indispensables para aportar la energía necesaria para pasar el día. Es por esta razón que los deportistas tomas un plato de pasta unas horas antes de hacer un esfuerzo. Y tienen mucha fibra,que dan la sensación de estar lleno. Es necesario ir variando los feculentos: Pan blanco, integral, con cereales, pero también arroz, trigo, pastas, lentejas, judías, guisantes, patatas, etc.
Los lácteos (leche, yogur, queso) contienen calcio, que es indispensable a la vez para conservar los huesos en buen estado y evitar la osteoporosis y la artrosis.Aquí también es necesario la variación, evitando abusar de postres lácteos, flanes, natillas...que no son tan ricos en calcio como los yogures y que son mucho más calóricos. Y procurar tomarlo todo desnatado.
Pero eso no quiere decir que de vez en cuando no se pueda tomar algo con muchas calorías pero que está estupendo, como un brownie de chocolate o un helado. Tampoco estamos en este mundo para sufrir, caray.
Todo es cuestión de adquirir buenas costumbres. Luego, cuando se come algo graso o pesado, el organismo ya avisa que aquello no va, y ya lo evitamos de forma normal.
He puesto aquí unas cuantas fotos de platos veraniegos sencillos y apetitosos con pocas calorías y bastantes vitaminas. Yo los encuentro muy ricos y además no se queda un@ con hambre.