Es de conocimiento común que las personas deberíamos hacernos una revisión médica anual, para asegurarnos de que todo vaya bien, pero no nos engañemos: casi nunca lo hacemos. ¿Por qué? Porque si algo nos duele o nos encontramos mal nos daremos cuenta, y correremos al médico.
Los perros y gatos también necesitan una revisión anual, como el ser humano, y en esta ocasión no debería ser aplazable. Sí, quizá sea caro, pero…¿Sabes por qué no deberías dejar pasar la revisión? No deberías hacerlo porque si tu animal se encuentra mal, no te lo puede hacer saber por sí mismo.
Un perro o gato no viene y te dice “hola, amo, me duele la pata, creo que debería ir al veterinario”. No se te acerca a mirarte con sus grandes y tiernos ojos para informarte “ey, tengo el estómago muy revuelto y me encuentro muy flojo, ¿hay alguna medicina para mí?”.
El no puede avisarte. Enferma, y ya está. Puede que veas las consecuencias, si son obvias. Puede que si estás atento veas que está desganado, que no tiene ganas de jugar ni correr. Puede que notes que vomita, o no defeca bien, o tiene la patita encogida, o lloriquea sin motivo aparente.
Pero para eso tendrás que haber esperado a que su dolencia sea lo bastante grave como para mostrar signos visibles. ¿Y todo lo que tu perro pueda sufrir antes de eso? ¿Y si para cuando las consecuencias son visibles, ya es tarde para tu compañero?
Cuando decidas que no vale la pena hacer la revisión veterinaria anual ten en cuenta esto que te digo: ten en cuenta que quizá cuando tengas motivos claros para llevar a tu perro-gato al veterinario, ya sea tarde para que sirva de algo, pero si cada año lo llevas a revisar entonces quizá puedas encontrar el problema a tiempo…Y con ello, salvarle la vida a tu amigo.
Marcos Mendoza
http://perro-obediente.com/mis-consejos.html
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