Las perlas: definición y tipos de perlas naturales
Una de las gemas más antiguas (más de 6.000 años) y consideradas en la joyería son las perlas. Las perlas son gemas orgánicas que, teóricamente, pueden producirse en cualquier especie de
bivalvo con caparazón de nácar, tanto en el mar como en ríos y lagos de agua dulce. Las perlas más apreciadas se producen en aguas marinas, en moluscos del género Pinctada. Las perlas procedentes de ríos y lagos se denominan perlas de agua dulce.
Las perlas se generan cuando un objeto extraño entra dentro de la concha. El molusco tiende a envolverlo en nácar. El nácar es una sustancia creada por el molusco formada por cristales de aragonito (Ca CO3) y una proteina llamada “conquiolina”. Su procedencia orgánica hace que esta gema se muy blanda ante las abrasiones (dureza en la escala de Mohs de 3 a 4). El nácar es lo que le da su color característico llamado “oriente”.
El color puede variar: blanco rosado, plateado, crema, amarillo, dorado, verde, azul, gris y negro. Depende del tipo de bivalvo, de las condiciones climáticas y del agua.
Variedades de perlas naturales: pueden ser FINAS o cultivadas.
Las perlas finas se producen de forma natural, sin la intervención del hombre. En la actualidad suponen UNA PROPORCION MUY PEQUEÑA del comercio mundial de perlas dada su escasez. Su precio es extremadamente alto.
Las perlas cultivadas se obtienen mediante la inserción de un núcleo esférico de nácar entre el manto y la concha del molusco. Representan más del 95% del comercio mundial de perlas. Su precio viene determinado por el tamaño (el espesor de recubrimiento), la forma, el lustre o brillo, el color y la limpieza de su superficie.
El resto de las perlas que existen en el mercado son sintéticas o imitaciones, incluyendo las majóricas.
Teniendo en cuenta que la producción mundial de perlas finas no llega a penas al 5% debido a la contaminación de los caladeros naturales, nos vamos a centrar en las los tipos de perlas cultivadas.
Tipos de perlas cultivadas: principalmente son perlas australianas, tahitianas y de agua dulce
Los principales países productores de perlas cultivadas actualmente son Australia, Tahití, Japón, China, Indonesia y Filipinas.
De todas las perlas cultivadas, las más apreciadas son las procedentes de Australia. Las perlas australianas son las de mayor tamaño debido a
que la variedad de Pinctada (Pinctada máxima) es también la especie mayor envergadura. Una vez pescadas, a las ostras se les hace un primer implante de un núcleo de nácar de 6 a 8 mm, procedente de una ostra del Mississipi (se ha comprobado que es la que menos rechazo provoca). Pasados varios años (2 mínimo), la perla puede alcanzar tamaños de hasta 13 mm. Después de la cosecha cada ostra puede volver a admitir un nuevo núcleo. El segundo núcleo suele ser de 11 mm de diámetro y la perla puede llegar a alcanzar hasta 18 mm.
Del total de perlas cosechadas, solo un 20% son redondas (varía con las cosechas), las demás adquieren formas en pera, ovaladas, en botón ó barrocas. La calidad de las perlas autralianas viene determinada por el lustre (profundidad del brillo, oriente) y por la calidad (limpieza) de la superficie. Otros factores como el tamaño, el color o la forma, influyen en el precio, pero no en la calidad.
Las perlas de Tahití (perlas tahitianas) se obtienen a partir de la especie Pinctada margaritifera, la cual es más pequeña y, por tanto, las perlas suelen ser de menor tamaño. Son de color gris acerado a casi negras y tienen un brillo muy acusado, con efectos de difracción de la luz en su superficie. Se utilizan los mismos núcleos que en Australia pero se les deja menos tiempo y, por tanto, el espesor de recubrimiento suele ser menor.
En Japón (en el lago Biwa) y, sobre todo, recientemente en China, se producen abundantes perlas de agua dulce utilizando el molusco denominado Hyriopsis Schlegeli, en el que se insertan trozos de epitelio de otro ejemplar.
Debido al gran tamaño de este molusco, se pueden realizar numerosas inserciones, pudiendose utilizar hasta tres veces. La mayor parte de las perlas producidas son muy irregulares (barrocas), siendo muy raras las esféricas. Este hecho, junto a la elevada productividad del molusco, hace que las perlas de agua dulce se vendan a precios muy asequibles. No obstante, las perlas japonesas son, en general, de mejor calidad que las chinas y, por tanto, tienen precios más elevados.
Yo recuerdo una visita que hice al Museo Topkapi, en Estambul, donde me quedé maravillada por la cantidad de perlas finas que hay. Sobre todo me quedé boquiabierta delante de un trono ¡todo de perlas finas! del tamaño de una cereza...madre mía, lo que debía valer aquello.
En España, en museos y sacristías, yo he visto perlas finas del tiempo de la conquista de América, que solían acabar adornando custodias y cálices, pero como las perlas están "vivas" y hay que llevarlas (necesitan la grasita de la piel humana para conservarse bonitas, pero no demasiado, son muy delicadas) pues todas estaban ennegrecidas y feas.
Hoy en día solo las millonarias y las reinas pueden usar estos collares con las perlas 'súper'; la mayoría de los que se ven en revistas llevados por actrices y similares son cultivadas, que ya son bastante caras. Pero hay que ser un experto para distinguirlas.
Palacio de Topkapi |
Detalle del palacio |
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