Jesús era hijo de un carpintero, y siempre anduvo entre gente de poco dinero. Eso sí, tenía muchos amigos que le invitaban a comer a su casa, y a veces se invitaba él solo.
Jesús siempre se metía con el clero (fariseos y gentuza) y con los ricachos.
Le mataron por meterse con el poder establecido.
No era del montón. Tenía un gran carisma.
Era simpático, se reunía con amigos, y si hubiera sido un plasta no hubiera tenido tantos.
Era un gran profeta, para cristianos y musulmanes.
Luego los cristianos lo convirtieron en dios y la cagaron (con perdón).
No solo lo convirtieron en dios, sino que, como era una figura incómoda, los poderosos lo asimilaron y se lo apropiaron, deformándolo para sus fines.
De este modo lo hicieron odioso para la gente humilde.
Los curas y las monjitas hicieron estampitas representándolo de manera ridícula. (Ya se sabe que est@s individu@s eran aliados de los poderosos)
Y lo que sigue ya es historia. Muy variada.
Sólo un ejemplo: Franco, el dictador asesino, entraba en las iglesias bajo palio.
¿Cabe mayor traición?
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