El gato ronronea cuando se siente bien, pero también cuando se siente mal
En nuestra casa, el ronroneador por excelencia es Kato. Los decibelios de su motor son exagerados, y suele activarlo de buena mañana o antes de dormir, acompañado de cabezazos pidiendo caricias y frotadas por todo el cuerpo o cara.
Es su momento mimoso, y es evidente que todos sus gestos están diciendo: “estoy muy bien, PURRRRRRRRR, estoy genial, PURRRRRRRRRRRRR, dame mimos, PURRRRRRRRRRR”.
Con el ronroneo, los gatos segregan una sustancia en el cerebro que le causa placer denominada endorfina. Es lógico que bienestar y ronroneo vayan de la mano, y hay gatos que repiten este sonido en cualquier momento agradable (al dormirse, al ir a comer…).
Pero esta endorfina también puede actuar como calmante en momentos de dolor. Un gato recién atropellado o que está siendo atendido en un veterinario puede ponerse a ronronear, y ese seguro que no es un momento de placer.
Si bien este ronroneo supone ser un autocalmante del gato, también ha sido interpretado como una manera de pedir un trato social, que no se le haga daño.
El ronroneo nos calma a nosotros
Si el ronroneo es de placer, puede ser un calmante ideal para los humanos. Ponerte a dormir al lado de un gato ronroneando relaja (incluso el ronroneo de Kato que llega a ser un poco estridente).
Hay estudios que demuestran que este ronroneo puede ser positivo para nuestra salud, o movimientos que defienden que la mejor manera de calmar a un bebé es ponerle un ronroneo de gato. Tanto es así que existe una web en que, por dos dólares, te descargas un ronroneo de gato de 40 minutos para ponérselo a tu hijo.
Nosotros preferimos el ronroneo natural. Y tu gato, ¿cuándo ronronea?
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