¿Quiénes son los incel? Así son las personas que no logran tener sexo por culpa de su físico
El pasado 23 de abril se produjo un atropello masivo en la ciudad de Toronto que provocó la muerte de 10 personas. Alek Minassian, un joven de 25 años, fue el responsable del suceso. Después de llevarlo a cabo, apareció un mensaje en su muro de Facebook: “La revolución Incel ha comenzado. Acabaremos con los Chads y las Stacys”. ¿Qué quiere decir? ¿Qué son los Incel?
Incel es el acrónimo de ‘Involuntary Celibate', o lo que es lo mismo, célibes involuntarios. Básicamente, se hacen llamar así algunas personas que no consiguen tener sexo debido a su físico o personalidad.
En la actualidad, los que se identifican como Incels suelen ser principalmente hombres centrados en su incapacidad para tener relaciones, algo de lo que culpan a las mujeres. Se trata de una subcultura online ligada a los movimientos de la derecha alternativa o 'alt-right', que además poseen su propio 'santo': Elliot Rodger, quien asesinó a seis personas antes de suicidarse hace cuatro años en California. A él es a quien rindió homenaje Minassian con el atropello masivo.
Lo curioso, es que el concepto de “Involuntary Celibate” fue acuñado por una artista torontesa en 1993. “Trataba de crear un movimiento que estuviese abierto para cualquiera y para todas las personas”, asegura. Lo que ella no podía imaginar era la reapropiación del término que tendría lugar después, y los caminos turbios que tomaría. A principios de los 90, se encontraba terminando sus estudios en estadística en la universidad de Carleton, Ottawa, y hasta ese momento, nunca había tenido relaciones sexuales, ni novio, ni nada que se le pareciera.
Más tarde, y como parte de una revisión personal de su vida amorosa, la artista acuñó el término de “Involuntary Celibate”. Su idea principal era crear una nueva categoría inclusiva en la que pudiesen tener cabida otros tipos de relaciones que fuesen más allá de las hegemónicas encorsetadas en los mandatos de género. Así que partiendo de su experiencia personal, y de cómo su vida social hasta el momento no había sido como ella esperaba, creó una web que comenzó a ser popular entre hombres y mujeres.
Sin embargo, pronto el sector masculino fue ganando peso en la comunidad que se generó. Hasta ahora. Ahora, existe un mundo en Internet en el que los hombres (Chads) y mujeres jóvenes (Stacys) sexualmente activos, son los responsables de la miseria que viven aquellos que no consiguen tener una cita.
La subcultura incel salió de las profundidades de los foros de la Red y comenzó a conocerse en 2014 tras los asesinatos de Elliot Rodger. Él lo reclamó como un acto de represalia contra las mujeres que lo habían rechazado. Tras su suicidio, dejó una página llena de autobiografías y manifiestos en los que exponía lo que él llamaba su “retorcida vida”. También relataba los motivos que le llevaron a cometer la matanza, todos ellos relacionados con el hecho de que otros habían podido acostarse con otras personas y él no, así que merecían morir.
Según David Futrelle, un periodista y escritor freelance que lleva siguiendo los movimientos por los derechos de los hombres, o Men’s Rights Activists desde hace tiempo, esa podría ser básicamente la premisa del movimiento incel. Y por supuesto, ahí comenzó la canonización digital de Rodger.
Futrelle, que mantiene un blog en el que realiza un seguimiento de estos grupos, asegura que los incel son una de las ramas más grandes del movimiento supremacista masculino. “Lo que hace que la subcultura incel sea tan peligrosa para los jóvenes que se involucran en ella, es que toma la amargura y tristeza que a veces sentimos cuando nos enfrentamos a frustraciones sexuales y románticas y las convierte en una forma de ser”, asegura.
Así que, en lugar de animar a los jóvenes a superar sus decepciones y a aprender de sus errores, los incel los alientan a alimentarse de su propia amargura y a culpar a todos los “chads” y “stacys” por sus males. Y especialmente a las “stacys” por su falta de amor y sexo.
Para Judith Taylor, profesora de la Universidad de Toronto y especialista en estudios de Género, la gente no se une a los incel “porque estén específicamente tristes sobre el hecho de no tener sexo. Creo que ellos se sienten realmente solos, se sienten incomprendidos; se sienten socialmente desplazados”.
Después de todo, puede que la soledad sea la que está detrás de todo. El aislamiento y la falta de lazos sociales son cuestiones cada vez más problemáticas en las sociedades occidentales. Así que quizás arrastre más inconvenientes de los que conocemos, aunque en algún momento saldrán a la superficie.
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