“Que las bandas caigan rectas indica poco cuidado, se observa negligencia. Los modales de los que tienen la banda ancha deben ser adecuados a la tradición. Es de mayor agrado que la toga quede con un volumen correcto y tenga una buena caída, ya que de otro modo resultará excesivamente redundante. Su parte anterior queda perfectamente si termina a media pierna, la posterior un poco más alta de la cintura. El sinus queda muy bien si está algo por encima del cinturón de la túnica, y nunca por debajo. El que va en oblicuo desde debajo del hombro derecho al izquierdo, como una banda, que no se estrangule ni cuelgue. La parte de la toga que se pone detrás, que sea más corta: así, en efecto, se sienta uno mejor y se mantiene sin desparramarse. También se debe levantar una parte de la túnica, de modo que no moleste en el brazo con el movimiento: entonces el sinus hay que ajustarlo al hombro, cuyo borde exterior se ha de mantener alejado. No conviene que se cubra el hombro y todo el cuello, pues entonces el vestido quedará ajustado y echará a perder la gracia que hay en la parte del pecho. El brazo izquierdo debe levantarse hasta donde haga un ángulo normal, sobre el que las dos aberturas de la toga afirmen con regularidad.»
Institución Oratoria, Quintillano
La primera de las togas que usaban los romanos era, a eso de los 14 años, la llamada toga praetexta, que era blanca con una franja púrpura.
La púrpura era sólo para los jovencitos y para las personas de categoría.
Ignoro por qué los adolescentes podían llevar una banda púrpura y los adultos que no era "gente fina", no.
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