Yo era joven, hacía poco que me había casado y era feliz.
Un día pensé que debería hacer algo por los demás.
No recuerdo adónde fuí...han pasado tantos años. Si fuí a la parroquia , al Ayuntamiento o a alguna ONG. El caso es que yo quería ayudar.
A ese sitio al que fuí me dijeron que había un asilo de ancianos que agradecían mucho que se les fuera a visitar, pues se encontraban muy solos. Yo dije que sí.
Fuí a ese sitio, y ví a aquellos viejecitos, encogidos, juntos los unos con los otros.
Me puse a darles conversación. Cuando yo quiero soy muy simpática..
Estuvimos de charla un rato y yo les dije que iría por allí de tanto en cuanto...Esa era mi idea.
Uno de aquellos viejos dijo:
-"Sí, eso dice ahora. Pero no la volveremos a ver."
Una de las ancianitas se escandalizó y salió en mi defensa:
-¡No digas eso!. Esta volverá... volverá porque es buena...
Yo no veía que se acabase aquella hora hablando con los viejitos. Cuando hubo pasado bastante tiempo, me despedí y me fuí, me fuí corriendo, pensando que jamás volvería a tener la idea de ayudar a viejos.Que aquello no era para mí. Que era deprimente...
Y no volví.
Ya deben de estar todos muertos.
Yo ahora tengo la edad de muchos de ellos. Y estoy sola.
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