pieles no

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Pieles NO

miércoles, 12 de noviembre de 2008

AMORES

Es difícil hablar de amor y de deseo. Se corre el riesgo de caer en el ridículo. De hablar demasiado o demasiado poco. Yo, a pesar de mi mala salud, he tenido muchos. De los que he suscitado ya no me acuerdo, sólo que fui cruel e hice mucho daño. Pero nunca me importó. Los que sí me importaron fueron los que yo sufrí en carne viva, todos malos . El único bueno que hallé fue el de mi marido . el único que conservo. El me quiere y yo a veces le pregunto que por qué, pero no me sabe contestar.No lo entiendo. Porque yo no soy una buena persona.No soy mujer de un solo hombre. Todos me hicieron daño. Me hubiera gustado tener una madre musulmana que a los 18 añitos me hubiera buscado un buen mozo musulmán, que haberlos haylos, y muchos, de toma pan y moja. Hubiera tenido hijos y me hubiera evitado hacer muchas tonterías, en las que me puse en ridículo. Pero hubo uno, fuerte, largo, inacabable, complicado, que fue el peor de todos. Por lo general los hombres, al contrario que las mujeres, que siempre me suelen hacer daño, me han tratado con mucha ternura, pero la ternura se vuelve amarga cuando no consigues lo que quieres. Este fue así. Siempre me he encontrado con personas honradas. Hay mujeres que atraen a los canallas. Yo atraigo a los hombres de bien.Hay unos versos de Antonio Machado que por aquella época recordaba mucho. Dicen algo como así:
“En el corazón llevaba la espina de una pasión.
Ya no siento el corazón.
Aguda espina dorada,
Quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”

Yo quería dejar de sentir aquella espina, pero no se iba. Pasaron los años y por fin dejó de dolerme. Ahora solo siento una pena por lo que perdí. Como dice Serrat: “No hay nada más bello-que lo que nunca he tenido,-nada más amado-que lo que perdí”. Qué verdad es. Ahora todo es un montón de cenizas apagadas. No encuentro otro símil menos banal. Pero al menos he vivido. No como otras que pasan por la vida como lechugas. Pero vivir en carne viva agota las fuerzas del cuerpo y del alma. Los otros fueron bien mirado, nada más que ilusiones y tonterías, pero lloré mucho por dentro.

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