Hay un dicho muy corriente y antiguo, que los periodistas parecen no conocer, por lo menos los de la revista donde he leído el culebrón de Tita Cervera, que dice: "Los hijos de mis hijas, nietos míos son. Los hijos de mis hijos, lo son o no lo son". Este refrán, bien mirado, es una tontería, pues el supuesto abuelo dubitativo no piensa que sus hijas también pueden no ser sus hijas, sino vastagos de un amorío de algún predecesor suyo. Pero esto es irrelevante. Lo que me deja pasmada, es que la mujer mala que ha engatusado a su hijo (y encima catalana, que como todo el mundo que no es catalán piensa que son las más furcias de España),pues esa mala pécora ha parido el hijo mas la baronesa no se lo cree, piensa que no es hijo de su hijo, sino de algún amante clandestino, y no lo reconoce como nieto. Y aquí viene lo mejor. Con la aquiescencia de la mala pécora, la Tita ha obligado a la pareja a hacerse no una, sino dos, pruebas de paternidad, y ambas han reconocido que el niño es hijo de su hijo. Pero la baronesa de tres al cuarto no está aún convencida, sino quiere que en Madrid se le haga una nueva prueba de paternidad, que como dará positivo (por decirlo de alguna manera)como las dos anteriores, tampoco se lo creerá.Y entonces ¿qué va a hacer?.Para mí que esta señora ha entrado en período presenil, pues no se explica la cosa. Por lo menos, mí no comprender.Se podría hacer una película.
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