En unas elecciones a Diputados en Cortes el gran escritor y premio Nobel José Echegaray fué derrotado en Oviedo y Murcia. Cristino Martos tuvo un gran disgusto por ello, y se fue a visitar personalmente a Echegaray, solicitándole que se volviese a presentar por otros distritos. Echegaray miró la lista de vacantes y le dijo:
-Me presentaré por Quintanar de la Orden.
-¿Por qué?
-Porque allí me conocen. Hace dos años que me patearon una obra y los actores debieron salir protegidos por la Guardia Civil. Estoy seguro de que me recuerdan.
En efecto, José Echegaray fué elegido diputado por Quintanar de la Orden.
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Durante una de las guerras carlistas, el pretendiente Don Carlos viajaba por tierras de Navarra. En una hostería pidió para comer un par de huevos fritos. Al terminar pidió la cuenta.
-Veinte rerales-dijo el posadero.
Don Carlos pagó el duro y dijo:
-Aquí parece que van escasas las gallinas.
-No, señor -respondió el ventero. -Aquí lo que escasean son los reyes.
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El célebre navegante francés Bougainville (el que trajo a Europa las buganvilias) tenía un loro que le acompañaba en todos sus viajes. Un día el bajel que mandaba Bougainville tuvo que sostener una gran batalla contra una escuadra enemiga. Terminada la contienda, se buscó en todas partes al loro sin encontrarlo. Al cabo de unas horas se le halló escondido en un rollo de cables.
-¡Bum, bum!- repetía el loro.
Y por más que hicieron los marineros y el propio Bougainville no consiguieron que dijera otras palabras.
En toda su vida no dijo más que "Bum, bum", y murió agitando las alas y gritando:
-¡BUM,BUM!
El pobre quedó traumatizado.
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