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Pieles NO

miércoles, 11 de agosto de 2010

La hipnosis

El hipnotizador o el hipnólogo (si hablamos del terapeuta), no son personas que tengan un "poder" especial innato o adquirido para someter a su voluntad a otros. Simplemente aplican unas técnicas que llevan al inducido hasta el estado hipnótico. Ello sucede progresivamente pasando de un estado más ligero o trance superficial en el que el sujeto relaja la musculatura de su cuerpo en general: es el estado letárgico. Posteriormente, cuando la persona se relaja más y su cuerpo se abandona pudiendo llegar a un estado de rigidez total, en el que podemos por ejemplo, poner a la persona entre dos puntos de apoyo, como si fuera una tabla, llegamos al estado cataléptico o trance medio. Y finalmente, el trance más profundo que correspondería al estado sonambúlico en el que el individuo es capaz de abrir los ojos sin salir del sueño hipnótico, aceptando todas las sugestiones que le imponga el hipnotizador.
El hipnotizado nunca hará nada que sea contra su voluntad.
Las personas muy imaginativas son más fáciles de hipnotizar.
La hipnosis se emplea también en los teatros como diversión. Cuando yo era pequeña e iba a las Teresianas, una vez fué allí un hipnotizador, y nos reunimos todas en el gimnasio que era muy grande. Recuerdo que yo estaba en las últimas filas. El señor aquel cogió a dos niñas y no sé cómo las hipnotizó, y cuando las hacia sentar en unas sillas decían que se quemaban, y otras cosas por el estilo. Yo notaba una extraña sensación de malestar, y una compañera que estaba a mi lado me dijo que se estaba poniendo muy nerviosa. Luego las hipnotizadas nos dijeron que no se acordaban de nada.
Aunque el vídeo de aquí al lado diga que no hay peligro, no recomiendo a nadie sin conocimientos que se meta a hipnotizador. Me parece algo peligroso.

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