Aquí la podemos ver en dos fotos representativas de su talante. En una así como de bote pronto parece que le está haciendo la higa al respetable, pero seguramente es que no.En la otra, la vemos marcándose unas sevillanas, porque ella es muy castiza. Tanto, que hoy he oído en la TV que la mañana de su boda desayunó chocolate con churros. Desde luego, más castizo imposible. Nadie se puede imaginar a la señora duquesa comiendo huevos con bacon, por ejemplo.
A mí también me gustaría poder desayunar todas las mañanas chocolate con churros, pues aunque de castiza me temo que tengo poco, la verdad es que están buenísiimos.
La señora duquesa es querida y admirada por el pueblo, lo que demuestra que las masas son estúpidas por naturaleza. Ya sé que esto queda feo ponerlo porque una presume de izquierdosa (aunque soy una burguesa asquerosa, ya lo sé), pero es la verdad. Además, los plutócratas quieren que el pueblo sea cuanto más memo posible, porque así es muy manejable.Todo viene porque me he acordado de que la duquesa es una gran terrateniente, y en sus tierras trabajan muchos braceros, los cuales no la aman precisamente, sino que de vez en cuando se le sublevan porque la señora es una explotadora y el proletariado a veces se harta. Demasiado poco, para mi gusto, pero los braceros tontos no son, y la conocen bien porque la tienen que soportar. Pero las marujas sevillanas estaban todas allí para vitorearla, y seguro que muchas de ellas están con la crisis a cuestas, algunas tal vez a punto del desahucio, pero no les importa, hay que vitorear a los mandamases. O si no, acordémonos del bizarro (en el sentido español de la palabra bizarría:Muy machotes. No en el sentido francés de raro, que ahora se está poniendo de moda.) pueblo español unciéndose a la carroza de Fernando VII y gritando: "¡Vivan las Y es que cada pueblo tiene los gobernantes que se merece.
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