Desde la extraña boda hace ya algún tiempo, Charlene da la impresión de que no está a gusto en Mónaco. Además, se ha hecho antipática, pues parece (todo esto no lo sé de primera mano, por supuesto) que ha rechazado la ayuda de personas que podían haberla ayudado mucho, como su cuñada Carolina y el modisto de ésta, su amiguísimo Karl Lagerfeld. Este quería aconsejarla en cuestiones de imagen y protocolo, pero ella no se dejó y le hizo un feo. Además, nunca ha querido, al contrario que Carolina, usar trajes de Chanel, donde KL es el diseñador y alma mater. Ella suele preferirir modelos de Dior o Armani, que por cierto le sientan estupendamente, pues tiene una buena percha.
A pesar de que sus hermanos, que antes vivían en Sudáfrica, se han mudado a Mónaco y se han vuelto hombres de negocios (?), ella cuando puede se escapa a Sudáfrica y deja solo a su marido en ceremonias importantes. Algo así como la Leti. Que no acaban de adaptarse a sus papeles de princesas, vaya. A diferencia de la impecable Kate Middleton, que como es muy lista se ha ganado a la Reina y todo lo hace bien. Y es que tampoco debe ser tan difícil, mecachis. Vivir en un palacio, con gente que te lo hace todo y solo tener que llevar modelitos y ser simpática, no me parece tan trabajoso.
Pero Charlene se aburre. Hace poco en una gala a la que asistió y tenía a su lado a alguien importante-ahora no recuerdo si era un embajador, o algo así- como ella se aburría, no se molestó en darle conversación en ningun momento, sino que estuvo todo el tiempo poniendo mala cara y con ganas de irse. Esto a mí no me parece más que mala educación.
Pienso que ha sido tonta de indisponerse con personas que la hubieran ayudado. Ahora se han convertido en sus enemigos y todo le será mucho más difícil. Eso, sino termina divorciándose..El tiempo lo dira.
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