Echar agua al mar: 
Hacer algo inútilmente, sin resultado positivo o dar algo a quien tiene abundancia de ello. La versión en inglés habla de llevar carbón a Newcastle, en alusión a la ciudad 
inglesa de Newcastleupon- Tyne, activo puerto exportador de hulla. En España, dicen llevar hierro a Vizcaya, haciendo referencia a la ciudad vasca, famosa por su actividad en la industria siderúrgica. 
Echar leña al fuego: Expresa la idea de fomentar las discordias con comentarios que 
no hacen más que agravar la situación, como si echáramos leña al fuego 
o, como dice su versión en inglés, «agregar combustible al fuego». 
Echar una cana al aire: Equivale
 a 
divertirse, con cosas propias de la juventud, aunque la persona sea muy 
madura, debido a que se alude -metafóricamente- a la acción de 
arrancarse las canas, para parecer más joven, y tirarlas. Últimamente, 
con las facilidades que 
dan los adelantos en materia de embellecimiento, es mucho más fácil 
teñirlas que arrancarlas... y es mucho menos doloroso. 
El amor todo lo puede: Frase del poeta Virgilio, en sus "Églogas", en la que hace 
referencia a la tiranía del amor en los dioses y en los hombres y que 
también se aplica a la dulzura y la caridad. 
El año de la polka: La
 Polka es una danza de origen polaco, que se puso de moda en los salones
 europeos y fiestas de sociedad durante 
el primer tercio del siglo pasado. Por ello, al decir que algo es "del 
año de la Polka", queremos indicar que una cosa es vieja o está pasada 
de moda. 
El apetito viene comiendo: Cuando alguien no tiene deseos de comer, se dice que la mejor manera de provocar el hambre es, precisamente, ingiriendo comida. 
El baile de San Vito:
 Enfermedad infecciosa convulsiva que afecta a los niños. Se rezaba a 
este santo, que también sufrió convulsiones, implorando la curación.  
El camino del Infierno está lleno de buenas intenciones:
 
Todos hemos tenido buenas intenciones, pero no siempre las hemos llegado
 a concretar, han quedado en el camino del éxito y la consolidación. 
El canto del cisne: 
Se refiere a la 
última obra o actuación de una persona. A pesar de que el cisne no canta
 nunca -lo más emite un ronquido sordo- existe una leyenda antigua que 
afirma que emite el 
canto más melodioso como premonición a su propia muerte, según relata 
Marcial y el poeta Virgilio. 
El capitán Araña: El
 dicho completo dice así: Ser como el capitán Araña, que embarca a la 
gente y se queda en tierra. Se utiliza para calificar a la persona que 
implica a los demás en un asunto en el que no está dispuesta a 
participar. El origen de esta frase hay que buscarlo en la figura del 
capitán Arana o Aranha, un personaje del siglo XVIII que recorría el 
litoral de la península Ibérica con la intención de reclutar gente con 
destino a las colonias de América para luchar contra los insurrectos, 
sin que él emprendiera viaje alguno hacia el Nuevo Continente. 
 
El casado casa quiere: Quien ha logrado 
formar una familia, pretende vivir con ella y solo ella en su propio hogar. 
El chocolate del loro:
 Una familia aristocrática que quiso reducir gastos llegó a la 
conclusión de que sólo se podía ahorrar la ración de chocolate del loro.
 
 
El cliente siempre tiene razón: Proverbial frase que establece la verdadera esencia
 de la relación comercial en la sociedad de consumo, por la cual el 
vendedor o empleado de un comercio debe dar siempre la razón al cliente,
 aunque éste no la 
tenga. 
El comer y el rascar, todo es empezar: Antiguo proverbio que destaca la característica de 
estas acciones propias del ser humano. En ambos casos -comer y rascarse-
 todo es cuestión de empezar; una vez iniciada la acción, no se puede 
detener. La 
frase se aplicaba en los casos en que se producía cualquier clase de 
exceso. 
El Diablo hace la olla, pero no la tapa: Advertencia a aquellas personas involucradas en un 
escándalo, por la que se aclara que una vez que se halla envuelto en él,
 no es fácil ocultar la relación, tal como sucede con una olla a la que 
no se le ha 
colocado la tapa y todo lo que contiene está a la vista. 
El Diablo sabe por Diablo pero más sabe por viejo: 
Es útil la capacidad en determinada actividad, pero es mucho más provechosa la experiencia que se tenga en la vida. 
El dinero llama al dinero: Frase que asegura que la gente que posee mucho 
dinero, por lo general, tiene éxito en los emprendimientos comerciales 
y, de esta manera, sigue acrecentando su fortuna. 
El dinero no hace la felicidad: Una vieja aseveración que día a día parece alejarse
 de la realidad. Tanto es así, que la frase suele ser completada con 
afirmaciones del estilo de ...pero calma los nervios, o ...pero ayuda a 
conseguirla. 
El espectáculo debe continuar: Frase originada en el show business por la 
cual se exalta el espíritu de los artistas del espectáculo quienes, a 
pesar de los dolores físicos y espirituales que padecen, deben 
sobreponerse y continuar 
con su tarea de divertimento para los demás. La expresión suele 
aplicarse, por extensión, en otros ámbitos. 
El éxito tiene muchos padres; el fracaso es huérfano: 
Cuando se logra un 
triunfo, muchas son las personas que se adjudican el mérito de haberlo 
obtenido, pero cuando sólo se consigue un fracaso, nadie reclama su 
autoría. 
El fin justifica los medios: Frase atribuida a Maquiavelo, que resume toda su doctrina política. 
El fuego todo lo purifica: Desde tiempo inmemorial, se sabe que la acción del fuego elimina toda clase de gérmenes. 
El hábito no hace al monje: Por más que una persona trate de lucir como alguien que no es, 
no puede disimular su propia imagen. Una persona no puede, con sólo 
vestir un hábito, pretender ser monje.
  
El hilo se corta por lo más delgado: Cuando un hilo o una soga se cortan naturalmente, 
el corte se produce en la parte más delgada. Lo mismo, cuando se deben 
tomar medidas en determinada circunstancia de la vida, siempre el 
afectado es el más 
débil. 
El hombre propone y Dios dispone: Según este proverbio de la obra "Imitación de 
Cristo", no podemos, desde nuestra mortal falibilidad, disponer 
indiscriminadamente acerca de obras y personas, sin tener en cuenta la 
decisión final del Creador. 
El horno no está para bollos: No es el momento apropiado para hacer o decir algo, es más, 
podríamos decir que es el menos indicado. La comparación surge de la 
baja temperatura que debe tener el horno para cocer bollos o tortas 
pero, al ser tan 
"caliente" la situación que se vive, se dice que el horno no está 
-efectivamente- para recibir bollos.
  
El huerto del Francés:
 Este dicho se refiere a los asesinatos que en el pueblo cordobés de 
Peñaflor llevaron a cabo Juan Aldije, alias el Francés, natural de Agen 
(Gascuña) y José Muñoz Lopera, natural del lugar de los incidentes. 
El
 
huerto del Francés era una casa vivienda, con cuadras, corrales y un 
huerto de 2 fanegas de tierra, situado a las afueras de Peñaflor. Entre 
los años 1898 y 1904, el Francés y su compinche asesinaron en dicha 
finca a 6 personas, cuyos cadáveres enterraron en el huerto. 
Lopera
 elegía a las víctimas en las timbas de las ferias y diversas capitales.
 Intimaba con ellas y les proponía el negocio de desplumar, a medias y 
con ciertos engaños, a un francés rico -papel que asumía Aldije- que 
vivía en una finca de Peñaflor. Los engañados llegaban de noche al 
pueblo cordobés, en cuya estación le esperaban la pareja de estafadores.
 Una vez en la finca, el Francés daba muerte al huésped golpeándole con 
una barra de hierro en la cabeza. Después le robaban sus pertenencias y 
enterraban el cadáver en el huerto.   
Los
 crímenes salieron a la luz en 1904. Aldije y Lopera fueron agarrotados 
en la cárcel sevillana del Pópulo el día 13 de octubre de 1906. El 
proceso judicial fue seguido con gran expectación en toda España y de 
aquel acontecimiento surgió el dicho 'eso es el huerto del Francés'. 
Éste designa los lugares donde roban a la gente o donde se cometen 
crímenes para robar. 
 
El mismo perro con distinto collar: Frase que da a entender que sólo cambia la 
apariencia de las cosas, pero no su esencia. Según algunos, el origen 
dataría de la época de Fernando VII quien, mientras presidía un desfile 
militar, alcanzó a 
distinguir entre los soldados a antiguos milicianos que acababan de ser 
licenciados, por lo que se dirigió a su asistente y le dijo: "Pues, 
hombre, son los mismos perros con distinto collar". 
El mismo que viste y calza: Frase con la que se corrobora la identidad de la persona que habla o de quien se habla. 
El movimiento se demuestra andando: 
La frase expresa que llega un momento en que sobran
 las palabras y hay que pasar a los hechos y es atribuida al filósofo 
griego Diógenes, el Cínico, quien la habría pronunciado ante Zenón de 
Elea cuando éste 
negó ontológicamente el movimiento. En ese momento, Diógenes se levantó,
 se puso a caminar y dijo la frase. 
El muerto se ríe del degollado: Frase festiva por medio de la cual a una persona que padece una desgracia se la compara con otra en igual o peor situación. 
El mundo es un pañuelo: Es
 una expresión 
muy usada cuando se trata de un encuentro inesperado de dos o más 
personas en un lugar o cuando alguien se entera de una noticia en un 
sitio al que no se sospechaba que pudiera llegar la novedad. 
El ojo del amo engorda al caballo: Conviene que cada uno cuide su propia hacienda; en 
la práctica, alude a la conve
niencia de ocuparse personalmente de sus 
propios asuntos.
  
El patio de Monipodio: En Rinconete y Cortadillo, de Cervantes, el jefe del hampa sevillana recibía allí a los nuevos ladrones.  
El pez grande se come al chico: Es una cruda realidad de la vida aplicada al ser 
humano. Al igual que los peces, los hombres tratan de imponer no sólo su
 fuerza física sino la económica ante el menos poderoso. 
El que a hierro mata, a hierro muere: 
Proverbio entresacado del Evangelio según San Mateo, XXVI, 52, que bien podría ser una variante de ojo por ojo; diente por diente. La persona que ejerce la violencia termina por perecer de la 
misma manera. 
El que busca, encuentra: Frase que estimula la perseverancia y aconseja que nadie deje 
de buscar, no sólo las cosas materiales, sino los logros más deseados. 
El que calla, otorga: Parece ser el proverbio antónimo de todos los que sugieren no 
hablar demasiado, pero en este caso aconseja no permanecer callado ante 
determinada acusación debido a que el silencio puede ser interpretado 
como admisión de 
la culpa. 
El que espera, desespera: Es un juego de palabras, por el que se expresa la 
idea de que la ansiedad, llevada al extremo, se convierte en 
desesperación. En este caso, "espera" y "desespera" no están presentados
 como simples antónimos, 
ya que "desespera" está relacionado con la "desesperación" y no con la 
"desesperanza". 
El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra: 
Frase de Jesucristo, 
tomada del Evangelio según San Juan 8, 7, que habría pronunciado el 
Redentor ante la turba que pretendía lapidar a una mujer acusada de 
adulterio, como si 
ellos estuvieran libre de culpa. La frase completa habría sido Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que arroje contra ella la primera piedra". Con
 el correr de los siglos, la frase consolidó su vigencia y su uso se 
extendió a toda situación en donde quienes juzgan no están moralmente 
autorizados para hacerlo ya que, en muchos casos, son responsables de 
pecados muchos mayores que los que están juzgando. 
El que guarda, tiene: Es una invitación al ahorro, única manera de tener asegurado un buen pasar en los tiempos de la vejez. 
El que las hace las paga: Otra variante de ojo por ojo... o el que a hierro mata... 
El que mucho abarca poco aprieta: La persona que emprende muchas cosas al mismo 
tiempo, no suele desempeñar bien ninguna de ellas: conviene dedicarse 
preferentemente a una sola. 
El que mucho habla, mucho yerra: Advierte sobre la inconveniencia de hablar demasiado, debido a que cuanto más se habla, más oportunidades hay de equivocarse. 
El que no arriesga, no gana: Es una invitación a la audacia, a encarar 
emprendimientos, incluso a pesar de que -en algunos casos- lo 
aconsejable es la prudencia. 
El que no corre, vuela: Expresión
 que hace 
referencia a la rapidez de las personas, no sólo respecto de su 
velocidad física, sino mental y la facilidad con que se desenvuelven en 
su profesión u oficio. Se podría complementar con frases hechas propias 
de los porteños, que 
justifican la velocidad de algunas personas: Fulano juega a la mancha con los aviones... Mengano les pone supositorios a las liebres, etcétera. 
El que no llora, no mama... : Frase porteña, difundida en todo el país, extraída del 
estribillo del célebre tango "Cambalache", de Enrique Santos Discépolo, 
por la que se afirma que el hombre -al igual que los bebés, que tienen 
que llorar para indicar 
a su madre que tienen hambre- debe vivir reclamando lo que le pertenece.
 La frase termina diciendo... y el que no afana es un gil, en una velada crítica, no sabemos si a los que viven dignamente de su trabajo (¿gil?) o al 
que vive robando a los demás (¿el que afana?). 
El que no quiera balazos que no vaya a la guerra: 
Si a alguno no le agradan ciertas cosas, debe evitar acudir al lugar en donde esas cosas suceden. 
El que no tiene cabeza, tiene que tener  pies: Frase aplicada particularmente a la persona 
desmemoriada o de frágil memoria por la que se hace referencia a que, si
 se olvidó algo (no tiene cabeza) deberá ir a buscarla adonde corresponde (tiene 
pies). 
El que pega primero pega dos veces: 
Sugiere tomar la iniciativa en todos los emprendimientos para obtener mayores beneficios. 
El que quiera celeste que le cueste: Se aplica para justificar lo difícil de una 
empresa. La comparación surge con el viejo prejuicio de las 
tradicionales familias europeas de la inmigración, de considerar el 
nacimiento de un varón (por eso, el
celeste) más promisorio que el de una niña. 
El que quiera pescado que se moje el culo: 
Aquel que quiere obtener un logro o algo importante
 en su vida, debe esforzarse llegando incluso hasta el sacrificio. La 
comparación surge de la costumbre de pescar en los ríos con el agua 
hasta la altura de 
las nalgas, o bien, sentado en la playa, con lo que, en ambos casos, es 
inevitable mojarse las sentaderas. 
El que ríe último, ríe mejor: Hace referencia a la ventaja de saber aguardar el momento de 
celebrar un éxito, ya que muchas veces se suele festejar algo antes de 
tiempo. La misma frase se aplica para quien festeja un triunfo 
prematuro, desconociendo 
que en el futuro él puede ser el derrotado. 
El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón: 
Frase que se usa para
 justificar la acción delictiva de alguien que comete una ilicitud 
contra quien es sospechado de haber cometido las mismas faltas. 
El que rompe, paga: Frase
 familiar que 
transfiere la responsabilidad de la integridad de un objeto a quien lo 
está utilizando en ese momento, sobre todo, si se trata de un objeto de 
cierto valor. 
El que con niños se acuesta, cagado se levanta: 
Advertencia a los 
mayores para que no encaren emprendimientos importantes con personas 
jóvenes y sin experiencia en una actividad. Existe una culta versión 
suavizada que dice 
el que con niños pernocta, excrementado alborea.
  
El que se quemó con leche cuando ve una vaca llora: 
Es una fra 
se que destaca la experiencia de una persona que deberá capitalizar sus aciertos y errores. 
El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen: 
Cuando una persona renuncia de un cargo, sin haber tenido problemas, se dice que «se fue por la puerta grande», lo que le permite volver cuando lo desee y ser bien 
recibido. 
El que siembra vientos cosecha tempestades: 
Las malas acciones y los odios suscitados tienen funestas consecuencias. 
El que solo se ríe, de sus picardías se acuerda: 
Refrán que se aplica a
 la persona que -por lo general- suele sonreír cuando está sola o bien, 
mientras está en un grupo, pero del que parece haberse ausentado con la 
mente. Se 
supone que esa sonrisa le recuerda ciertas travesuras cometidas, que no 
se atreve (o no le conviene) comentar en público. 
El sol sale para todos: Frase
 optimista que 
encierra una verdad indiscutida por la que, realmente, cuando el sol 
aparece en el cielo, se sabe que lo hace para todos sin distinción de 
ninguna clase. Con ella, se expresa que todos tenemos las mismas 
oportunidades en la vida. 
Similar interpretación tiene la oración aunque no lo veamos, el sol siempre está, popularizada por una canción de la cantante Marilina Ross. 
En tiempo de vacas gordas: En
 El Génesis está escrito que una vez el rey de Egipto tuvo un sueño: vio
 cómo 7 vacas gordas eran devoradas por otras tantas muy flacas.   
Al
 despertar el faraón, mandó llamar a todos los sabios, adivinos y 
agoreros egipcios, pero ninguno de ellos acertó a dar 
una interpretación satisfactoria de la pesadilla. En vista de lo cual 
mandó llamar a José, hijo de Jacob y Raquel, que se hallaba en prisión. 
Éste explicó que las 7 vacas gordas anunciaban abundancia, y las 7 
escuálidas, otros tantos años de hambre y escasez. De este pasaje 
bíblico nace la expresión 'en tiempo de vacas gordas', para significar 
un periodo de abundancia, pero de precaria duración. 
 
El tiempo es oro: Habla del valor del tiempo, sobre todo, cuando 
alguien no percibe la importancia que este tiene y lo pierde o, lo que 
es peor, lo hace perder a los demás. 
El tiempo todo lo cura: Hay
 quienes afirman 
que, con el correr del tiempo, todo las heridas se curan, cicatrizan. Y 
hay quienes sostienen que lo mismo sucede con las cosas de la vida: con 
el tiempo, todo se olvida. 
El tonto del bote: A
 mediados del siglo XX, se hizo popular en Madrid (España) un mendigo 
que tenía una forma peculiar de pedir limosna. De él habla Dionisio 
Chaulié en el libro Cosas de Madrid cuando se refiere a los pedigüeños 
de su época: "En Madrid los había tradicionales. Entre otros, un 
desgraciado imbécil a quien se le conocía con el nombre de Tonto del 
bote, porque recogía la limosna en un bote de suela que agitaba en la 
mano, sentado en una silla a la puerta de San Antonio del Prado. Aún me 
parece verle en sus últimos años, inmóvil, con su sombrero de alas 
anchas, su ropón o túnica parda, limpio, y lanzando a intervalos una 
especie de sonido gutural para 
llamar la atención de los transeúntes."   
Se
 cuenta que en cierta corrida de toros, uno de los astados saltó la 
barrera y enfiló la Carrera de San Jerónimo. Al meterse en una de las 
calles transversales, el animal se topó de frente con el mendigo. Éste, 
desconociendo el peligro, permaneció inmóvil. El toro le olfateó 
despacio, dio un bufido y siguió su camino. Desde entonces, se recuerda 
la inmensa suerte que tuvo el Tonto del bote. 
 
El vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo...: 
Frase muy argentina 
que define la clásica «viveza criolla» por la que siempre habrá alguna 
persona que se aprovechará de otra. La frase original tiene un final 
escatológico: 
... y la gallina de arriba caga a la de abajo, por la posición de estas aves en el gallinero. 
El zorro pierde el pelo pero no las mañas: 
El zorro tiene la 
característica de padecer la caída del pelo y tan importante es esta 
particularidad que la enfermedad, en el hombre, se llama alopecia,
 tomada del griego 
"alops: zorro". La frase explica también que, por más que este animal 
pierda su pelaje, sus costumbres y mañas permanecerán inalterables. Lo 
propio sucede con el hombre. 
Elemental, querido Watson: Frase
 que se 
supone utilizaba como muletilla el personaje literario Sherlock Holmes, 
dirigiéndose a su ayudante, el Dr. Watson, ambos creados por el escritor
 Sir Arthur Conan Doyle. El investigador Gregorio Doval sostiene (y de 
ahí, lo de "se 
supone") que en casi ninguna de las aventuras de Sherlock Holmes este 
personaje utiliza la frase, salvo en las primeras. 
Empinar el codo: Todos
 sabemos que el acto 
de beber -no importa si con vaso, porrón, bota o botella- impone por 
lógica necesidad, el movimiento de levantar el codo hasta determinado 
nivel. De este simple y cotidiano hecho procede la locución peyorativa empinar el codo,
 
lo que equivale a "alzar, levantar, aupar el codo" de manera que el 
líquido se precipite dentro de la boca con mayor facilidad. Por eso, la 
expresión se divulgó en el uso popular con el sentido metafórico de 
"tomar, beber en gran 
cantidad de cualquier clase de bebida alcohólica", o en otras palabras, 
ser considerado lisa y llanamente un borracho. 
Entre Pinto y Valdemoro:
 Hace siglos en Madrid se bebía vino de las localidades de Pinto y 
Valdemoro. La expresión significa estar indeciso (al elegir entre los 
dos vinos) o borracho (elegir los dos). No obstante, algunos expertos 
opinan que éste no es el origen de la expresión. Según éstos, Valdemoro 
es una villa de origen árabe y corte musulmana que en el año 1083 fue 
conquistada por Alfonso VI. Pinto también fue edificada 
probablemente por los árabes, aunque pronto cayó tomada por los 
cristianos. Posiblemente, de esta convivencia entre musulmanes y 
cristianos, cuya única frontera entre ambas poblaciones era el 
riachuelo, procede el dicho proverbial estar entre Pinto y Valdemoro.  
En aguas de borrajas: Terminar
 una cosa en 
algo sin importancia, como todo lo que empieza con expectativas de 
trascendencia y finalmente acaba diluyéndose. Proviene del poco poder 
nutritivo del caldo hecho con una verdura -borrajas- que exige cuidadosas limpieza y 
cocción, pero carece de sabor. Lo mismo sucede con la expresión agua de cerrajas, que alude a una especie de lechuga silvestre.
  
En aguas tranquilas, demonios se agitan: Frase procedente del idioma ruso, por la cual se 
expresa que aunque una situación parezca normal, puede esconder en su 
seno los peligros más graves. Podría equipararse con la frase las apariencias engañan. 
En boca cerrada no entran moscas: Es muy útil saber callar a tiempo. 
En boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso: 
Tal como lo refiere la fábula del pastor y 
el lobo, cuando uno acostumbra a mentir, nadie le cree en el momento en 
que dice la verdad. 
En casa de herrero, cuchillo de palo: 
A veces, falta una cosa justo donde se supone que no debería faltar. 
En el amor y en la guerra, todo vale: 
Justifica el uso -dentro de estos dos ámbitos- de cualquier recurso para obtener logros. Podría equivaler a el fin justifica los medios, salvando las distancias. 
En el país de los ciegos, el tuerto es rey: 
En una sociedad donde
 los hombres se caracterizan por sus defectos, aquel que los tiene en 
menor cantidad, sobresale entre todos. 
En el pecado está la penitencia: Cuando uno comete una falta, muchas veces en la misma acción del pecado se halla implícito el castigo que ameritamos. 
En la adversidad se conoce a los amigos: 
Frase que expone la verdadera esencia de la 
amistad, ya que a los auténticos amigos se los conoce cuando uno pasa 
momentos de zozobra material y espiritual. 
En la cancha se ven los pingos: Dicho rioplatense de neto origen campero que expresa que los caballos -pingos- realmente buenos demuestran su calidad en el momento de la carrera. Podría equivaler al dicho el movimiento se demuestra 
andando. 
En la variedad está el gusto: Lo grato de la vida es probar todos los sabores que ella nos ofrece. 
En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse... : 
Frase inicial del bolero "Inolvidable", compuesto por J. Gutiérrez y popularizado en los años 60 por el director de orquesta y cantante Tito Rodríguez. 
En la vida, no todo es color de rosa: 
El color de rosa es el símbolo de la bonanza
 y la prosperidad, por lo tanto, cuando uno ve todas las cosas de ese 
color, supone que el futuro le sonríe y le depara momentos de gloria. 
En menos (de lo) que canta un gallo: Equivale a "muy rápidamente", casi sin que nadie se
 dé cuenta de lo sucedido, en comparación con el gallo que canta muy 
temprano, al alba, y cuyo canto suele ser breve y sorpresivo. 
En todas partes se cuecen habas... : Las flaquezas y errores humanos no son exclusivos 
de ningún lugar ni de ninguna persona. El dicho -originariamente- 
terminaba con la frase ... y en mi casa, a calderadas, como admitiendo las culpas 
domésticas. 
Enmendar la plana: Equivale
 a la acción 
desarrollada por una persona de mejor preparación, que consiste en 
corregir, arreglar, hacer enmiendas en la tarea hecha por otra, tal como
 lo hacían (y hacen) los maestros en la hoja (plana) del estudiante. 
Enroscar la víbora: Engañar
 a alguien, 
hacerle creer que es verdad algo que es falso o tratar de convencerlo de
 la calidad de algún producto o servicio. La expresión proviene de la 
época en que los vendedores ambulantes de la ciudad de Buenos Aires 
utilizaban -a manera 
de mascota- una serpiente (por lo general, una pacífica boa constrictor)
 que llevaban enrollada al cuello y acariciaban mientras recitaban su 
discurso. Como la fama de esos vendedores, a causa de la baja calidad de
 los productos 
que vendían, los hizo merecedores del mote de embusteros, la frase 
comenzó a aplicarse en los casos de intento de engaño. 
Entrar en razón: Simplemente
 razonar, 
recapacitar, usar el raciocinio, sobre todo cuando alguien es remiso a 
comprender un razonamiento o análisis que no puede o no quiere aceptar. 
Entre bastidores: Es
 el lugar en el que se 
preparan las representaciones teatrales, las de televisión, los desfiles
 de modas y suelen transitar por él artistas y técnicos. En esos 
lugares, se dicen y hacen cosas que no trascienden al público. En la 
Argentina, circula la 
deformación entre bambalinas, en la que se confunde a estos 
elementos con los bastidores. Las "bambalinas" son las tiras de lienzo 
que cuelgan del telar del teatro y representan la parte superior del 
decorado, no el piso. 
La expresión entre bastidores, en el lenguaje general, alude a la trama secreta que llevan a cabo algunas personas sobre ciertos temas. 
Entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera: 
Frase familiar usada para censurar a quien 
trata de sacar ventaja de personas de su misma condición o profesión, 
como si realmente un bombero entorpeciera la función de un colega, 
pisándole la manguera. 
Circulan muchas variantes de esta frase, entre las que se destaca entre gitanos, no nos vamos a adivinar la suerte, con idéntico valor. 
Entre gallos y medianoches: Algo hecho a escondidas, sin advertir a nadie lo que está 
sucediendo. La expresión se basa en la hora del día en que suelen 
hacerse ciertos arreglos, por lo general, protegido por la oscuridad de 
la medianoche que se 
extiende casi hasta que el gallo canta, al alba. 
Entre la espada y la pared: Estar en una situación delicada, sin una salida 
aparente, como los antiguos espadachines que se encontraban entre la 
espada de su oponente y la pared contra la que habían sido acorralados. 
Era de noche y, sin embargo, llovía: Es una absurda frase proverbial con la que se hace 
burla a los que dicen cosas incongruentes. Su creador habría sido el 
costumbrista y satírico Antonio Neira de Mosquera. 
Éramos pocos y parió la abuela: Frase aplicada para expresar la presencia de gran cantidad de 
personas o hechos inesperados cuando y donde menos se lo espera. La 
referencia a la abuela está basada en el hecho de la infrecuencia de los
 embarazos en las 
mujeres que son abuelas. 
Errar es humano; perdonar es divino: 
Es una frase proverbial que alude a la falibilidad 
del ser humano, pero al mismo tiempo, reconoce que el don de perdonar es
 digno de un Ser superior, Dios, por lo que cuando el hombre perdona, 
debería sentirse 
más cerca del Creador. 
Es la caraba: Se
 usa para para dar a entender 
que algo o alguien es muy divertido, bromista, jolgorioso... El origen 
de esta frase está en una anécdota sucedida durante el transcurso de una
 feria. En una de las casetas se anunciaba algo extraordinario "La 
Caraba". El que 
siempre estaba dispuesto a asombrarse, lógicamente entraba y cuál no 
sería su sorpresa cuando el "fenómeno" que encontraba era una burra muy 
vieja y flaca. El dueño de la caseta decía que no existía ningún engaño 
ya que la burra 
era "La Caraba", es decir "la que araba y ya no ara". 
Escoba nueva barre bien: Nadie
 duda de esta 
afirmación, por eso se la aplica en referencia a la persona que comenzó a
 desempeñarse recientemente en una tarea. Un nuevo empleado, por lo 
general, en los primeros días trabaja arduamente y es capaz incluso de 
quedarse a hacer 
horas extras. Con el tiempo, al igual que la escoba que ha sido 
desgastada por el uso... 
Ese es el quid de la cuestión: Frase usada para señalar dónde está el punto esencial o central de un problema o cuestión. El término latino quid (que debe pronunciarse /kid/ y no /kuid/) significa "qué cosa". 
Esperar la cigüeña: Modismo
 utilizado para 
decir que una mujer está embarazada. La procedencia hay que buscarla en 
la mitología escandinava y está basada en las sanas costumbres de esta 
ave: monógama, vive siempre en el mismo nido, protege mucho a sus 
descendientes y cuida 
de igual manera a sus padres. Por otra parte, en Europa, su reaparición 
anual es considerada símbolo de buen augurio.
  
Esquivar el bulto: Eludir la 
responsabilidad, no comprometerse con algo. 
Estar a dos velas: Es
 lo mismo que estar sin parné, sin dinero. La procedencia de esta frase 
es incierta. El folclorista José María Sbarbi en su obra Gran 
diccionario de refranes, comenta acerca de esta expresión: "Como en las 
iglesias, después de terminadas las funciones religiosas, se apagaban 
todas las luces menos 2 que quedaban delante del sagrario, y como éstas 
alumbran poco para el espacio tan grande de 
aquéllas (las iglesias), puede decirse que quedan tristes y medrosas y, 
por lo tanto, se compara con el ánimo del individuo que no tiene 
dinero".   
Al
 experto José María Iribarren esta explicación no le convence y sitúa el
 origen del dicho en las timbas y partidas de naipes antiguas, donde el 
banquero solía colocarse entre un par de velas. En este supuesto, dejar 
al banquero a dos velas o quedarse a dos velas equivaldría a dejarle sin
 un céntimo.  
Estar a la luna de Valencia: El dicho se aplicaba antiguamente a la gente que tenía que dormir fuera de las murallas de la ciudad por llegar tarde. 
Estar alunado: Estar
 de mal humor, enojado 
con motivo o sin él. La expresión tiene origen en la influencia que la 
luna ejerce sobre la conducta de las personas y las cosas. 
Estar como pez en el agua: Sentirse cómodo 
en un lugar o en una situación. 
Estar con un pie en el cajón: Estar a punto de morir, como las personas que padecen largas y penosas enfermedades y cuyo final es previsible. 
Estar curado de espanto: No
 asustarse, ni 
escandalizarse por nada de lo que pudiera ocurrir u ocurrirle, a causa 
de la experiencia acumulada, como si "ya lo hubiera visto o vivido 
todo". 
Estar en bolas: Equivale,
 literalmente, a 
estar desnudo y, metafóricamente, a quedarse sin ningún recurso para 
afrontar gastos o sin conocimiento para responder a determinada 
cuestión. El origen es la palabra bolas que en germanía significaba "feria" o "mercado 
público", con lo que la expresión estar en bolas equivalía a "exponerse públicamente". 
Estar en capilla: Hallarse
 alguien en el 
trance de pasar una prueba difícil o de conocer el resultado de algo que
 le preocupa. El rey Felipe II fue el primero que dispuso que en las 
cárceles se habilitaran capillas para que los reos condenados a muerte 
pudiesen 
confesarse y comulgar el día anterior a su ejecución. 
Estar en la cuerda floja: Permanecer
 en una 
situación delicada, comprometida o sometido a una amenaza en la 
realización de un asunto. La comparación surge de la actividad de los 
equilibristas o volatineros que realizaban exhibiciones caminando sobre 
una cuerda o alambre no 
tenso, muchas veces a varios metros de altura. 
Estar en las Batuecas: Significa
 estar distraído, tener el pensamiento en cosa diferente de la que se 
trata. También es sinónimo de ignorancia y simplicidad.   
Las
 Batuecas es un valle de la provincia de Salamanca (España) que linda 
con las Hurdes. Se trata de un enclave paradisíaco entre dos 
estribaciones de la sierra de Francia, cercado por montañas y con una 
vegetación exuberante. En tiempos pasados, sus habitantes tenían 
fama de salvajes. Eran llamados los beocios de España, o sea, los 
ignorantes o estúpidos de España. Hace 150 años, decir que uno se había 
criado en las Batuecas era ponerle al nivel de un cafre.   
Antiguamente
 corrían por la Península Ibérica mil fábulas sobre este valle, desde 
que sus habitantes andaban desnudos hasta que adoraban al diablo. Una 
vieja tradición aseguraba que las Batuecas habían permanecido en el 
olvido durante siglos, hasta que una doncella y un paje de la casa de 
Alba descubrieron el lugar. Para algunos, el fabuloso hallazgo tuvo 
lugar en el reinado de los Reyes Católicos. Según otros, ocurrió durante
 el mandato de Felipe II.   
El
 padre Feijoo contribuyó de forma decisiva a desmontar las leyendas 
sobre las Batuecas con su obra Fábula de las Batuecas y países 
imaginarios.  
Estar en Babia:
 La comarca leonesa de Babia era el lugar al que iban los reyes de León a
 descansar. Cuando el rey estaba en Babia, no quería saber nada de la 
corte.  
Estar en un brete: Estar
 en un aprieto, 
permanecer acotado. El brete es una especie de cerco por donde transita 
el ganado vacuno y sólo le permite dirigirse hacia donde lo guía el 
camino, pero también era un cepo de hierro que se ponía a los reos en 
los pies, para que 
no pudieran huir. 
Estar entre dos fuegos: Es una frase 
equivalente de la expresión entre la espada y la pared (ver), por la que se advierte de la situación comprometida de alguien que se encuentra cercado por el peligro. 
Estar hasta el tope: En el lenguaje del 
marino, la palabra tope designa el punto más alto de cualquier 
mástil y particularmente, de los masteleros o palos menores que se 
colocan sobre la cabeza de los mayores. Pero también recibe el nombre de
 tope el vigía 
que va ubicado en lo alto de la arboladura. De ahí, que en la jerga 
naval, para hacer alusión a la sobrecarga ocasional de un buque se diga 
"que el barco va (o está) hasta el tope". La expresión, por 
analogía, pasó al uso 
popular para hacer referencia a todo lo que se halla cargado 
excesivamente e, incluso metafóricamente, se la utiliza para dar a 
entender la situación límite a la que ha llegado una persona. 
Estar loco como una cabra: Equivale
 a estar 
muy loco, chiflado. La comparación proviene de la actitud de las cabras o
 de las crías que destetaron (dejaron de mamar) y andan por los montes 
dando saltos y efectuando movimientos bruscos que, para el ser humano, 
resultan 
totalmente inexplicables. 
Estar sobre ascuas: Estar
 sobresaltado, 
inquieto, esperando una noticia o respuesta Como las ascuas son materias
 sólidas penetradas por el fuego, sin llamas -algo así como las brasas-,
 la expresión alude a la inquieta sensación de estar pisándolas. 
Estirar la pata: Una
 de las tantas 
formas de hablar de la muerte, en este caso, haciendo clara referencia a
 la acción de extender las piernas, propia de quienes fallecen. 
Echar con cajas destempladas: En
 
el pasado, cuando un militar incurría en delito de infamia y los 
superiores disponían separarlo del Cuerpo, se procedía a destemplar 
("destruir la concordancia o armonía con que están templados los 
instrumentos musicales") el 
parche de las cajas o tambores y, redoblando así sobre ellos, se 
realizaba la degradación pública del acusado. Asimismo, de esta manera 
-con el acompañamiento de cajas destempladas o desafinadas- eran 
conducidos los reos 
condenados a muerte al cadalso donde iban a ser ajusticiados. En la 
actualidad, la expresión echar con cajas destempladas se aplica para despedir a alguien (sin necesidad de que sea exclusivamente militar) de determinado 
lugar, pero acompañado de acritud y malos modos, cuando no con gritos e insultos. 
El hilo de la vida: De
 acuerdo 
con la mitología griega, las Parcas o Moiras -diosas de la Vida y de la 
Muerte- estaban representadas por tres hermanas, hijas de Nix, que era 
una personificación de la Noche: Clotho, Láchesis y Átropo.  Estas eran 
las ejecutoras 
del destino que regulaban la vida de cada mortal con la ayuda de un hilo
 y tenían repartida la tarea: Clotho se encargaba de hilarlo; Láchesis o
 Láquesis lo enrollaba y Átropo, la implacable, lo cortaba cuando la 
correspondiente 
existencia llegaba a su fin. El hilo de la felicidad estaba hecho de 
lana blanca; el de la desgracia era de lana negra y aquellas personas en
 cuya existencia habían alternado los buenos momentos con los aciagos, 
estaba formado por 
una mezcla de ambas lanas. De manera que, en realidad, se trataba del 
hilo del sostén de la vida y de él dependíamos todos los mortales. De 
ahí nació la expresión el hilo de la vida, utilizada hoy con sentido metafórico, 
para dar a entender lo frágil, débil y quebradizo de nuestra existencia. 
El oro y el moro: Esta
 es una 
locución bastante difundida en nuestro lenguaje coloquial y, por lo 
general, se la usa para ponderar el precio y el aprecio (a veces, 
bastante exagerado) de una cosa o persona. El origen del dicho fue un 
hecho de armas 
protagonizado por un grupo de caballeros jerezanos durante las guerras 
de la Reconquista. Sucedió que, durante una incursión afortunada, estos 
caballeros lograron capturar a unos cincuenta moros notables, entre los 
que se 
encontraban Abdalá, el alcalde de la ciudad malagueña de Ronda y un 
sobrino de éste, llamado Hamet. El alcaide obtuvo muy pronto su rescate,
 mediante el pago de una fuerte suma de dinero, pero no así los demás 
-ni siquiera su 
sobrino Hamet-, pese a los enérgicos requerimientos del propio rey Juan 
II de Castilla. Los caballeros -y particularmente, la esposa de uno de 
ellos- exigían la entrega de cien doblas (monedas castellanas de oro) 
por la liberación 
del cautivo. En virtud de esto, el rey ordenó que Hamet fuese trasladado
 a la Corte, pero debido al forcejeo entre el soberano y los caballeros 
por el cobro del rescate, la malicia del pueblo no tardó en acuñar la 
frase 
quedarse con el oro y el moro, aplicada a la aparente intención 
negociadora (en su favor) del rey. Con el tiempo, el dicho comenzó a 
aplicarse para censurar a toda persona que pretende retener más de lo 
que le corresponde por 
derecho, y así es como lo usamos en la actualidad. 
El que se fue a Sevilla, perdió su silla: 
Cuentan que durante 
el reinado en Castilla de Enrique IV de Trastámara, un sobrino de don 
Alonso de Fonseca -arzobispo de Sevilla- fue a su vez designado 
arzobispo de Compostela, 
pero suponiendo el tío que, a causa de las revueltas que agitaban 
Galicia, a su sobrino le costaría mucho tomar posesión de su cargo, se 
ofreció para adelantarse a Santiago para allanarle las dificultades, 
pero a cambio, le pidió 
a su sobrino que lo reemplazase en los negocios de su sede en Sevilla. 
Efectivamente, así se hizo y con el mejor resultado, de manera que una 
vez que don Alonso, concluida la gestión, regresó a Sevilla, se halló 
con la 
desagradable sorpresa de que su sobrino se resistía a abandonar la sede 
que regenteaba, alegando que el arreglo había sido permanente. Para 
reducirlo, se hizo necesaria la intervención del Papa y hasta la del 
propio rey Enrique. 
El joven, una vez que regresó a Santiago, terminó preso y sentenciado a 
cinco años de condena por otros delitos, pero su carrera continuó y 
llegó a ocupar los más altos cargos eclesiásticos, teniendo que ceder su
 arzobispado a su 
propio hijo. De aquel suceso, muy comentado en su tiempo, nació el dicho
 que seguramente en su origen debió ser el que se fue "de" Sevilla, perdió su silla y no como lo conocemos hoy, el que se fue "a" Sevilla, perdió su 
silla, porque en realidad, don Alonso no fue a Sevilla sino a 
Santiago de Compostela, para lo cual debió irse de Sevilla y... dejar su
 silla. 
El tiempo de las vacas gordas: Según cuenta la Biblia (Génesis), cierta vez el 
faraón tuvo un sueño singular e inquietante: vio cómo siete vacas gordas
 eran devoradas por otras tantas vacas extremadamente flacas. 
Desconcertado por tal 
visión, convocó a los adivinos y agoreros más afamados del país, pero 
ninguno de ellos supo interpretar satisfactoriamente la pesadilla. Ante 
tal circunstancia, hizo comparecer ante sí a José, hijo de Jacob y 
Raquel, que se 
hallaba en prisión y éste le explicó que las siete vacas flacas 
simbolizaban "los siete próximos años, que serían de abundancia y 
prosperidad", mientras que las siete vacas flacas representaban la 
"escasez y penurias que harán que 
se olvide toda la abundancia de la tierra de Egipto durante otros siete 
años, y el hambre consumirá la tierra". Con el tiempo, la frase el tiempo de las vacas gordas adquirió el valor de aludir a cualquier período de 
prosperidad material, pero con la advertencia implícita de que a ese período habrá de sucederle otro de necesidades y apremios. 
Entrar con el pie derecho: Esta es una expresión que desde hace mucho tiempo solemos 
utilizar para significar el comienzo favorable de una empresa, aunque 
comúnmente se sostiene que la locución es una forma residual de alguna 
práctica 
supersticiosa. Lo cierto es que tiene su origen en la rúbrica de los 
Misales donde, por motivos arcanos se prescribe que el celebrante, una 
vez comenzado el introito y al disponerse a subir las gradas del altar, 
debe iniciar su 
marcha con el pie derecho, esto es, entrar con el pie derecho. Curiosamente,
 esta costumbre se ha mantenido a pesar de su procedencia pagana. Por 
extensión, comenzó a aplicarse el dicho para referirse a la acción que 
prenuncia la buena suerte necesaria en la iniciación de una tarea y su 
culminación con éxito. 
Estar a la cuarta pregunta: Antiguamente, en los interrogatorios judiciales, 
era de fórmula realizar cuatro preguntas al imputado: ¿tenemos salud?, 
¿tenemos ingenio?, ¿tenemos amores? y la temida cuarta pregunta: 
¿tenemos dinero? 
Aparentemente, los novatos iban contestando afirmativamente a todo, 
salvo cuando oían la cuarta pregunta. Cuando la indagación concernía a 
persona desheredada o indigente, ésta, naturalmente respondía siempre 
negativamente, 
declarándose pobre de solemnidad y si el juez, deseoso de aclarar la 
situación, insistía por ese lado, el interesado podía abstenerse o, 
mejor dicho, estar a la cuarta pregunta. La expresión, con el tiempo, vino a hacerse 
homóloga del estado de suma pobreza o indigencia de determinada persona. 
Estar en Babia: Aunque
 al lector 
le parezca mentira, Babia existe y es una apartada comarca de la 
provincia de León, en España, poco fértil y bastante alejada de las 
zonas pobladas en cuyo territorio hoy se encuentran importantes pantanos
 de aprovechamiento 
hídrico. Durante la Edad Media, al parecer, abundaba la caza en ese 
lugar y los reyes de León lo eligieron como punto de reposo, 
particularmente para alejarse de los problemas de la corte, complicada 
con las intrigas palaciegas de 
los nobles, empeñados en instaurar un régimen feudal semejante al de la 
Europa septentrional. Además, los reyes aprovechaban las bondades del 
lugar para -como diríamos en nuestros días- "desenchufarse" de la tarea 
estresante, que 
no era poca. Estas ausencias del rey motivaban a menudo la inquietud de 
los súbditos a quienes, cuando preguntaban por él, se les respondía 
evasivamente que el rey estaba en Babia. La expresión se hizo 
coloquial y pasó al 
lenguaje común para significar toda disposición de ánimo desentendida, 
de propósito o involuntariamente, ante cualquier tarea apremiante. Hoy 
en día, nosotros la utilizamos específicamente para hacer referencia a 
toda persona 
distraída o que parece ausente en el momento en que más se necesita de 
su concentración.
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| Paisaje de Babia |  
 
  
Estar en la palmera: Este
 es un 
dicho que pertenece a los argentinos y está ligado con los tiempos en 
que eran habituales los garitos o lugares de juego prohibidos, uno de 
los cuales, alejado del centro de la ciudad, albergaba una orgullosa 
palmera que se erguía 
en los fondos de la casa. Como la palmera estaba alejada del lugar de 
reunión de los jugadores, los que perdían o no la venían llevando bien 
con los números, se sentaban en el cantero que circundaba la planta y 
meditaban sobre la 
esquiva fortuna. Con el tiempo, y una vez que el lugar se hizo más y más
 popular, la planta también acrecentó su fama y dio origen al nacimiento
 del dicho estar en la palmera, en directa alusión a los que se 
hallaban junto 
a la planta porque ya habían perdido todo su capital. Posteriormente, la
 expresión comenzó a utilizarse en otros ámbitos en los que se debía 
justificar que alguien estaba totalmente quebrado económicamente. 
Estar erre que erre: Este es un modismo cuyo origen no está muy definido, aunque 
todo hace suponer que, como suele aplicarse para explicar la actitud 
porfiada y tenaz de una persona en la ejecución de determinada tarea, su
 procedencia tiene 
que ver con la dificultad propia de los niños -y particularmente de los 
extranjeros- para pronunciar la letra erre castellana. Debido a que eso se logra mediante una ejercitación fonética tenaz y perseverante, parece lógico 
suponer que el dicho estar erre que erre, por analogía, provenga de esa dificultad. 
Esto es Jauja: Jauja 
es la capital de 
la provincia peruana de Junín, famosa desde la época de la colonia por 
la fertilidad de su suelo y por los privilegiados dones de salubridad 
que le atribuían. 
Durante los tiempos de la colonización, era un codiciado lugar de 
reposo, sobre todo para los enfermos del aparato respiratorio, por lo 
que su fama se hizo legendaria y llegó a España, traída por los peruleros o
 emigrantes 
enriquecidos en aquel país. El escritor Lope de Rueda, por su parte, 
influido por las noticias que de esa tierra traían los viajeros, dio el 
nombre de Jauja a una ciudad ficticia llamada "La tierra de 
Jauja", en la que 
describe el lugar como la isla del oro en la que los árboles dan 
buñuelos, los ríos, leche; las fuentes, manteca y las montañas, queso. 
Por supuesto, la fantasía popular terminó por identificar a la ciudad de
 Jauja con el Paraíso, 
de manera que las expresiones esto es Jauja y vivir en Jauja quedaron para siempre como equivalentes de pasar una vida sin sobresaltos y con el bienestar asegurado. 
  
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