Muchas palabras tienen un
origen realmente curioso, tanto por su etimología como por su
significado. He aquí algunos ejemplos que hemos encontrado en los
diccionarios que son la base de las consultas de Curiosidario.es. Es
posible que existan otras palabras que se puedan considerar de origen
curioso recogidas en otros diccionarios o academias de la lengua
española. Si es así y quieres que las publiquemos, nos las envías
documentando su procedencia y las publicaremos:
Abrojo ‘planta
perjudicial a los sembrados’. Contracción de la frase latina APERĪ
ŎCŬLOS ‘abrir los ojos’, originariamente advertencia al que segaba en un
terreno cubierto de abrojos para que se guardara de los mismos, y luego
nombre de la planta.
Acoquinar ‘acobardar’. Del francés acoquiner ‘acostumbrarse a un hábito degradante’, ‘acurrucar’, derivado de coquin ‘mendigo’, ‘bribón’.
Acostar. De costa, que antiguamente significaba ‘costilla’, porque el que se acuesta ordinariamente descansa sobre las costillas, o el costado.
Agobiar. Derivado del latín vulgar *GIBBUS ‘giba’. Agobiado significó originariamente ‘cargado de espaldas’, de donde agobiar ‘encoger, agachar la cabeza’, y luego ‘encorvar’, ‘abrumar’, angustiar’.
Aldaba. Del árabe hispánico hadaba y este del árabe clásico daba, literalmente ‘lagarta’, por su forma, en origen semejante a la de este reptil.
Amatista ‘cuarzo
transparente’. Del latín AMETHYSTUS, y este del griego ἀμέθυστος,
propiamente ‘sobrio, que no está borracho’, porque se creía que esta
piedra preservaba de la embriaguez.
Anhelar ‘desear
con vehemencia’. Del latín ANHELĀRE ‘respirar con dificultad’. En
castellano antiguo significaba lo mismo que en latín. La evolución
semántica de ‘respirar con dificultad’ a ‘desear con vehemencia’ es tan
fácil como curiosa.
Antílope. El DRAE ofrece la siguiente etimología: «Del fr. antilope, este del ingl. antelope, este del b. lat. antilops, -opis,
y este del gr. ἀνθάλωψ, ἀνθάλοπος, nombre de un animal mal conocido o
fabuloso». Corominas por su parte explica: «En el s. XIII Brunetto
Latini empleó en francés antelu y antelop, y algo antes el fabulista inglés Odo de Cheriton († 1247), escribiendo en latín, habla del antilops como
un animal que se complacía en enredar sus cuernos con las ramas de los
árboles, y al no poder desasirse lanzaba grandes voces que, oídas por
los cazadores, eran causa de su perdición. Probablemente los viajeros
ingleses se acordaron de este antilops al bautizar el animal visto en África».
Aperitivo. El DRAE se limita a decir que procede del latín APERITĪVUS. Corominas lo deriva de abrir, algo que está más acorde con la definición que ofrecía el Diccionario de Autoridades (1726):
«Cosa que abre y limpia las vias. Es voz usada de Médicos y Boticários,
que se aplica à cualquiera medicamento, que causa este efecto».
Considerando la acepción médica todavía vigente ‘que sirve para combatir
las obstrucciones, devolviendo su natural permeabilidad a los tejidos y
abriendo las vías que recorren los líquidos en el estado normal’, es
fácil comprender la evolución semántica de aperitivo desde el
campo medicinal al de ‘bebida y comida que se toma antes de una comida
principal’, pasando por el de ‘que sirve para abrir el apetito’.
Apretar.
Usamos normalmente este verbo en el sentido de ‘estrechar algo con la
mano o los brazos’, pero en un principio solo se apretaba algo cuando se
hacía contra el pecho, de acuerdo con su significado etimológico: Del
latín tardío APPECTORĀRE, de PĔCTUS‘pecho’. De ahí que la Academia
puntualice en su definición: ‘Estrechar algo contra el pecho o ceñir, de
ordinario con la mano o los brazos’.
Asco es derivado de asqueroso, que procede del latín ESCHĂRA y este del griego ἐσχάρα ‘costra’, ‘postilla’.
Asesino. Del árabe ḥaššāšīn ‘adictos
al cáñamo indio’, nombre aplicado a los secuaces del sectario musulmán
conocido por el Viejo de la Montaña, siglo XI, que fanatizados por su
jefe y embriagados de hachís, se dedicaban a ejecutar sangrientas venganzas políticas. Vocablo traído de Oriente por los cruzados.
Asesor.
Del latín ASSESSOR, -ŌRIS ‘el que se sienta al lado’, ‘asesor’, y este
de ASSIDĒRE ‘estar sentado al lado’, ‘asistir’. Es decir, que en un
principio el asesor era el que se sentaba al lado del asesorado, generalmente una persona poderosa.
Avestruz. En la Crónica de Alfonso XI (hacia 1340) se lee: «unas aves que llaman estruces». Estruz era ya por aquel entonces la adaptación castellana de la voz provenzal estrutz,
que venía del latín STRUTHĬO, que a su vez tenía su origen en el griego
στρουθίων, -ωνος, abreviación de στρουθοχάμηλος (compuesto de στρουθός
‘gorrión’ y χάμηλος ‘camello’, propiamente ‘camello-pájaro’), nombre con
el que se conocía antiguamente a esta ave originaria de África y
Arabia. Al principio del s. XV ya aparece en nuestro idioma la palabra avestruz, cruce de ave y estruz.
Azafata. Viene
del antiguo azafate, este del árabe hispánico *assafáṭ, y este del
árabe clásico safaṭ ‘canastillo’. Azafate sigue teniendo hoy este
significado: ‘Canastillo, bandeja o fuente con borde de poca altura,
tejidos de mimbres o hechos de paja, oro, plata, latón, loza u otras
materias’. Quien tenía el privilegio de sujetar el azafate a la reina
era llamada azafata, tal como se lee en el Diccionario de Autoridades
(1726): «Azafata: f. Oficio de la Casa Real, que sirve una viuda noble,
la qual guarda y tiene en su poder las alhájas y vestidos de la Réina, y
entra a despertarla con la Camaréra mayor, y una señora de honór,
llevando en un azafáte el vestido y demás cosas que se ha de poner la
Réina, las quales las sirve. Llámase Azafata por el azafáte que lleva y
tiene en las manos mientras se viste la Réina». Posteriormente adoptó
las acepciones modernas. «Al ser labores tradicionalmente desempeñadas
por mujeres, hasta no hace mucho solo existía la forma femenina azafata;
dado que hoy también las realizan hombres, se ha creado, y es
plenamente válido, el masculino azafato (…) Para referirse al auxiliar
de vuelo se emplea en gran parte de América el término aeromozo»,
explica el Diccionario Panhispánico de Dudas. No obstante, todavía no
están recogidas en el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española)
las voces aeromozo y azafato. También en este diccionario se encuentra
recogida la voz cabinera ‘azafata de avión’, derivada de cabina, empleada en Colombia y Ecuador.
Baladí ‘de clase inferior, de poco aprecio’. Del árabe baladi ‘del
país, indígena’. Hasta el s. XV conservó el significado árabe, de
manera que, por ejemplo, los productos extranjeros (vino, doblas,
jengibre), por considerarse mejores que los nacionales, eran llamados
baladís: vino baladí, doblas baladíes, jengibre baladí. De ahí que se generalizara baladí a todo lo de poca estima a partir del principio del s. XVI.
Bidé. Del francés bidet ‘caballito’.
Bigote. De la frase germánica bi God ‘por
Dios’, juramento empleado para llamar a personas con bigote, y luego al
bigote mismo. Nos cuenta Corominas que «el bigote era frecuente en
Alemania ya a fines del s. XV, especialmente como distintivo de los
lansquenetes, famosos por el vicio de blasfemar, mientras que en España
no apareció hasta 1530 aproximadamente, y se hizo frecuente por los años
50 del mismo siglo. Sería, pues, un resultado de la gran afluencia de
tudescos en tiempo de Carlos V (…). Pero la presencia de bigot en
Nebrija, que nadie ha tenido en cuenta, obliga a revisar estas
conclusiones históricas: no sólo el nombre, sino la cosa debió existir
ya en España en el s. XV, aunque quizá fuese poco frecuente. Luego
convendría ampliar las averiguaciones en el material literario e
iconográfico extendiéndolas a este siglo. Antes de 1495 los contactos
entre castellanos y alemanes habían sido poco frecuentes, pues estamos
antes de la fecha en que llegó Felipe el Hermoso con su séquito de
caballeros austriacos». Pero, naturalmente, el uso del bigote es muy
anterior al siglo XV. Hay relieves asirios que representan a los reyes
con bigote partido, sin pelo en el centro y con las puntas rizadas en
voluta. Cuestión de moda, ha habido épocas y pueblos en que no gustaban
(egipcios, fenicios, griegos y romanos. por ejemplo, se los rasuraban) y
épocas y pueblos en que sí, como los bárbaros. En España, durante el
siglo XIV, se usaron grandes bigotes y barba puntiaguda, costumbre que
pasó a Francia y después a toda Europa. Desde tiempos del rey francés
Francisco I pasó a ser una moda militar, usándose mostachos ‘a la
española’, retorcidos y completados con la perilla, rizados con
tenacilla como los que lucían los reyes españoles desde Carlos V a
Felipe V. Pero, ¿cómo se llamaba en castellano este adorno capilar sobre
el labio superior en los siglos anteriores al XV? Lo ignoramos porque
la primera prueba documental que tenemos del vocablo bigote es,
como señalaba Corominas, la de Nebrija en 1494 («bigot de barva:
mustax»). Probablemente no existía, pues cuando el español ha tomado
prestada una voz extranjera, generalmente lo ha hecho porque carecía de
una propia que sirviera para designar aquello que era menester.
Bisoño. Del italiano bisogno ‘necesidad’,
aplicado por los italianos en el s. XVI a los soldados españoles recién
llegados a Italia, por lo mal vestidos que iban, como reclutas
allegadizos; la palabra italiana procede del verbo bisognare ‘necesitar’.
Datada primeramente en español en 1517, nació en italiano como apodo,
por el gran uso que hacían estos soldados de la palabra bisogno, aprendida para pedir a los habitantes la satisfacción de sus necesidades.
Bombón. De la voz infantil francesa bonbon ‘bueno, bueno’.
Bonito ‘pez’.
Del bajo latín BONITON. Seguramente se llamó así a este pez por el
color dorado de los ojos y plateado del vientre, que le daría un
aspecto bonito ‘lindo, agraciado’.
Borrar ‘hacer desaparecer lo escrito con tiza’, ‘desvanecer, quitar’. De borra ‘lana grosera’, por ser con borra con lo que se hacía desaparecer lo escrito con tiza en el encerado.
Bribón. De briba, este del anticuado bribia ‘holgazanería picaresca’, que a su vez venía de blibia, y este de biblia en el sentido de ‘sabiduría’. Se entendía por bribia la
elocuencia persuasiva del mendigo para inspirar lástima y para mover el
público a la generosidad, en lo cual las oraciones y los argumentos
religiosos, sacados de los textos sagrados, desempeñaban una parte
principal.
Brindis. Del alemán bring dir’s ‘te lo ofrezco’.
Bríos, voto a ‘voto a Dios’. Locución interjectiva coloquial ya poco usada, en la que Bríos es un eufemismo de Dios, introducido cuando este aun se pronunciaba Díos.
Broma.
Del griego βρῶμα ‘teredón’ y este de βιβρώσκειν ‘carcomer’, significaba
en 1599 ‘cosa pesada’ y unos años más tarde usaron esta palabra Quevedo
y Tirso en el sentido de ‘hombre pesado’, que sigue vivo hoy en América
en la variante ‘contrariedad, molestia más o menos desagradable y
dañosa’. El origen de estos significados se encuentra en el teredón o broma,
un molusco que atacaba a los barcos haciéndolos muy pesados, tal como
se lee en la cuarta acepción que todavía recoge el diccionario
académico: «Molusco lamelibranquio marino de aspecto vermiforme, con
sifones desmesuradamente largos y concha muy pequeña, que deja
descubierta la mayor parte del cuerpo. Las valvas de la concha,
funcionando como mandíbulas, perforan las maderas sumergidas, practican
en ellas galerías que el propio animal reviste de una materia calcárea
segregada por el manto, y causan así graves daños en las construcciones
navales». Ya en 1726, en su Diccionario de Autoridades, la Academia registraba así la frase es una broma:
«Phrase con que metaphoricamente se dá à entender, no solo el que es
pesado y molesto en su trato y conversacion, sino otra cualquiera cosa,
que excéde notablemente de lo que le corresponde». En consecuencia,
habrá que estar de acuerdo con Corominas cuando dice: «Resulta claro,
pues, que broma inicialmente sólo fue lo que hoy llamamos broma pesada (…)
la pesadez de los buques atacados por la broma es un hecho, pues el
agua se introducía en las galerías abiertas por el animalito y hacía el
buque pesado y tardo en la navegación». El caso es que, a finales del s.
XVIII broma tomó el significado de ‘algazara, chanza’ y, ya en
el segundo cuarto del s. XIX, el de ‘bulla, diversión’, que ha llegado
hasta nosotros.
Bulimia ‘gana
desmesurada de comer, que difícilmente se satisface’. Término médico
procedente del griego βουλιμία, de βούλιμος ‘muy hambriento’, compuesto
de βούς ‘buey’ y λιμός ‘hambre’, es decir, ‘hambre de buey’.
Busilis ‘punto
en que se estriba la dificultad del asunto de que se trata’. De la
frase latina IN DIEBUS ILLIS ‘en aquellos días’, mal entendida por un
ignorante que, separando IN DIE, dijo no entender qué significaba BUS
ILLIS.
Camaleón.
Del latín CHAMAELEON, y este del griego χαμαιλέων, propiamente ‘león
que va por el suelo’, denominación irónica que alude al carácter tímido
del animal.
Cantimplora. Del catalán cantimplora, y este del catalán antiguo cantiplora, compuesto de canta i plora ‘canta y llora’, por el ruido que hace la cantimplora al moverse y gotear.
Capicúa. Del catalán cap i cua, propiamente ‘cabeza y cola’.
Capricho ‘antojo’, ‘idea extraña y nueva en una obra de arte’. Del italiano capriccio, que antiguamente significaba ‘horripilación, escalofrío’, y este del todavía más antiguo caporiccio, contracción de capo ‘cabeza’ y riccio ‘erizado’, o sea, ‘cabeza erizada’.
Carácter.
Del latín CHARACTER ‘hierro de marcar ganado’, ‘marca con hierro’,
‘carácter de estilo’, y este del griego χαραχτήρ ‘grabador’,
‘instrumento grabador’, ‘marca, figura’, ‘carácter distintivo’, derivado
de χαράττειν ‘hacer una incisión, marcar’. Es decir, del significado
‘señal o marca’ de los animales se pasó a cualquier otro tipo de ‘señal o
marca’, incluida la escritura, y de ahí a designar el ‘conjunto de
cualidades de una persona’, especialmente la de ‘ánimo elevado y
fuerte’, y, por fin, el ‘modo de decir, o estilo’.
Carca es un adjetivo despectivo, abreviación jergal y sinónimo de carcunda ‘carlista’, ‘de actitudes retrógradas’. Carcunda procede
del portugués, designación que se le daba a los absolutistas en las
luchas políticas de este país de principios del s. XIX.
Carótida ‘cada
una de las dos arterias que van a un lado y otro del cuello’. Del
griego καρωτίδες, derivado de καροῦν ‘adormecer’, ‘amodorrar’, porque
las carótidas llevan la sangre al cerebro y de ellas se hacía depender
el sueño.
Cataclismo. Del latín CATACLYSMUS, y este del griego κατακλυσμός ‘inundación’.
Catre ‘cama ligera para una sola persona’. Del portugués catre, y este del tamil kattil ‘cama’, ‘sofá’, relacionado con el sánscrito khátva ‘lecho,
catre’. En viajeros de la India expresó sobre todo una especie de
hamaca de lona, una pequeña y baja cama fácil de armar y desarmar, como
las que se traían de China.
Celosía ‘enrejado de las ventanas’. Derivada de celoso, que a su vez viene de celo, del latín ZĒLUS ‘ardor, celo’, y este del griego ζῆλος, derivado de ζεῖν ‘hervir’.
Cementerio. Del latín COEMETERĬUM, y este del griego χοιμητήριον ‘dormitorio’, derivado de χοιμάν ‘acostar’.
Centro. Del latín CENTRUM y este del griego κέντρον ‘aguijón, punta del compás en el que se apoya el trazado de la circunferencia’.
Cetáceo ‘orden de mamíferos marinos como la ballena y el delfín’. Del latín CĒTUS ‘monstruo marino’.
Chándal ‘ropa deportiva’. Del francés chandail, jersey de los vendedores de verdura.
Chiste. Tuvo especialmente significado de ‘chiste obsceno’, que parece haber sido el originario, pues se trata de un derivado de chistar ‘hablar en voz baja’, debido a que esta clase de dichos agudos e impúdicos se decían en voz baja o al oído.
Chotis. Del alemán schottisch ‘escocés’, propiamente ‘baile escocés’.
Cínico.
Del latín CYNICUS ‘perteneciente a la escuela cínica’, y este del
griego κυνικός ‘de perro, perteneciente al perro’, porque Diógenes,
fundador de esta escuela filosófica, vivía como un perro.
Cirugía.
Del latín CHIRURGĬA, y este del griego χειρουργία ‘trabajo manual’,
‘práctica de un oficio’, ‘operación quirúrgica’, derivado de χειρουργός
‘que trabaja con las manos’, ‘cirujano’, compuesto de χείρ ‘mano’ y
έργον ‘trabajo’.
Clavel. Del catalán clavell ‘flor del clavel’, llamada así por su olor análogo al del calvell ‘clavo de especia’, acepción que a su vez procede del catalán anticuado clavell ‘clavo de clavar’ por comparación de forma.
Cobalto ‘metal’. Del alemán Kobalt, variante de Kobold ‘duende’,
por la creencia de los mineros, que consideraban sin valor este metal y
creían que un duende lo ponía en lugar de la pista que había robado.
No hay perros peligrosos. Solo "amos" peligrosos |
Cobarde. Del francés couard, y este del francés anticuado coart, derivado de coe ‘cola’, porque el animal cobarde vuelve o esconde la cola cuando huye.
Coco¹ ‘árbol de América y su fruto’. Procede de coco² ‘fantasma infantil’. Este coco² viene del portugués côco ‘fantasma que lleva una calabaza vacía, a modo de cabeza’. Y el coco¹ procede del coco² porque la cáscara del fruto con sus tres agujeros semeja una cabeza con ojos y boca, como la de aquel fantasma infantil.
Connivencia ‘disimulo
o tolerancia del superior acerca de las transgresiones que cometen sus
subordinados’. Del latín CONNIVENTĬA, derivado de CONNIVĒRE ‘hacer
señas’, ‘cerrar los ojos’.
Conspirar.
Del latín CONSPIRĀRE ‘estar de acuerdo’, ‘conspirar’, propiamente
‘respirar juntos’, por derivar este verbo latino de SPIRĀRE ‘respirar’.
Conversar. Del latín CONVERSARI ‘vivir en compañía’.
Coqueto. Del francés coquette, de coq ‘gallo’, porque los coquetos alardean en presencia de mujeres como un gallo entre gallinas.
Cretino ‘estúpido’, ‘necio’. Del francés crétin, tomado a su vez de un dialecto de la Suiza francesa, donde es la forma local de la palabra francesa chrétien ‘cristiano’, aplicada allí a los cretinos como eufemismo compasivo.
Cruasán ‘bollo de hojaldre en forma de media luna’. Del francés croissant ‘medialuna’.
Cuchichear ‘hablar en voz baja o al oído de alguien’. Derivado de cuchichiar ‘cantar la perdiz’, derivado a su vez de cuchichí ‘canto de la perdiz’.
Cuclillas, en ‘dicho
de doblar el cuerpo: de suerte que las asentaderas se acerquen al suelo
o descansen en los calcañares’. Viene del anticuado en cluquillas, y este de *en cloquillas, derivado de clueca ‘se dice de la gallina cuando se echa sobre los huevos para empollarlos’. Ya el Diccionario de Autoridades (1729)
explicaba este origen: «Cierta postúra, con que, estribando en las
piernas, se dobla el cuerpo hacia abaxo sin llegar al suelo. Trahe esta
voz Covarr. y dice tomó el nombre de la gallina clueca, que está sobre
sus huevos, sin cargarse del todo en ellos por no quebrarlos; pero el
uso de esta voz solo se halla en el modo adverbial, diciendo En
cuclillas».
Cura ‘párroco’,
‘sacerdote’. Del latín CURA ‘cuidado’, ‘solicitud’. Se le aplicó esta
denominación al párroco por tener a su cargo la cura de almas o cuidado
espiritual de sus feligreses.
Dátil. Del catalán dàtil, este del latín DACTYLUS, y este del griego δάκτυλος, propiamente ‘dedo’, por su forma.
Despabilar y espabilar tienen en común, además del significado, su origen: la palabra pavesa o
parte ya quemada del pabilo o mecha de las velas y candiles. La primera
acepción que figura en el diccionario académico de ambos verbossigue
siendo, precisamente, ‘quitar la pavesa’.
Despampanante ‘pasmoso,
llamativo, que deja atónito por su buena presencia u otras cualidades’,
literalmente ‘capaz de quitarle a uno el taparrabos’ porque despampanar ‘desconcertar’ es propiamente ‘quitar a uno la pampanilla dejándole desconcertado’, donde pampanilla es ‘taparrabos’, derivado de pámpano ‘sarmiento verde o pimpollo de la vid’.
Difunto.
Del latín DEFFUNCTUS, compuesto de la preposición DE y FUNCTĬO,
-ŌNIS ‘función, tarea’, propiamente ‘que ha cumplido con su tarea’.
Dinosaurio. Palabra compuesta con las voces griegas δεινός ‘terrible’ y σαῦρος ‘lagarto’.
Diostedé ‘tucán (ave)’ en Colombia, Ecuador y Venezuela. De Dios te dé porque, al cantar, se interpreta que dice estas palabras.
Divertir ‘entretener,
recrear’, ‘apartar, desviar, alejar’. Del latín DIVERTĔRE ‘llevar por
varios lados’, ‘apartarse’, de donde ‘distraerse’.
Droga. Del árabe hispánico *hatrúka; literalmente, ‘charlatanería’.
Embelesar ‘suspender, arrebatar, cautivar los sentidos’. De en- y belesa ‘planta narcótica’.
Eminencia gris.
Denominación aplicada a F. Joseph du Tremblay (1577-1638), capuchino
francés conocido como el padre José, consejero privado del cardenal
Richelieu.
Encinta ‘embarazada’. Del latín INCINCTA ‘desceñida’, en alusión a la costumbre de las embarazadas de no ceñirse el vestido.
Erostratismo ‘manía
que lleva a acometer actos delictivos para consegurir renombre’, de
Eróstrato, ciudadano efesio que, en el año 356 a.C., incendió el templo
de Ártemis en Éfeso por afán de notoriedad.
Erotismo, erótico y erotizar, derivados de Eros, dios del amor.
Escarramán ‘baile del siglo XVII’ y escarramanado ‘propio de rufián bravucón’, en alusión a Escarramán, personaje rufianesco creado por Quevedo.
Escrúpulo ‘duda
o recelo’, ‘aprensión’, ‘exactitud en el cumplimiento’, ‘china que se
mete en el zapato y lastima el pie’. Este último significado, ahora ya
sin apenas uso, fue el primero cronológicamente y más acorde con la
etimología de la palabra: Del latín SCRUPŬLUS ‘piedrecilla’.
Esmoquin ‘prenda masculina de etiqueta’. Es adaptación al español de la voz inglesa smoking ‘fumando’, adoptada por los franceses para nombrar este tipo de traje, cuya chaqueta se parece a la smoking jacket ‘chaqueta para fumar’ que se ponían los ingleses para fumar.
Esperanto, de Esperanto, seudónimo del doctor L. Zamenhof, creador de este idioma en 1887.
Estafar. Voz de germanía de origen italiano: staffare ‘sacar (el pie) del estribo’, derivado de staffa ‘estribo’, porque al estafado se le deja económicamente en falso como al jinete que queda en esta posición.
Estajanovismo ‘método
ideado para incrementar la actividad laboral’, de A. G. Stajanov
(1906-1977), minero soviético que batió el récord de extracción de
carbón.
Faetón ‘carruaje descubierto de cuatro ruedas’, del francés peatón, por alusión a Faetón o Faetonte, hijo del Sol y conductor de su carro, según la mitología.
Fanático.
Del latín FANATĬCUS ‘perteneciente al templo’, ‘servidor del templo’,
‘inspirado, exaltado, frenético’, hablando de los sacerdotes de Belona,
Cibeles y otras diosas, los cuales se entregaban a violentas
manifestaciones religiosas; derivado de FANUM ‘templo’.
Farruco ‘insolente, altanero’, ‘se aplicaba a los emigrantes gallegos o asturianos’. En el DRAE se da este origen: Del árabe hispánico farrúǧ, y este del árabe clásico farrúǧ ‘pollo,
gallo joven’. Corominas, por el contrario, dice que procede de Curro,
diminutivo de Francisco, por la ingenuidad y audacia del joven
inmigrante. Sea como fuere, es indudable que el origen de farruco es curioso.
Fatamorgana o fata morgana ‘fenómeno de espejismo’, ‘ilusión’, de Fata Morgana, personaje de las leyendas artúricas.
Fauna, del latín FAUNA, diosa de la fecundidad.
Fisco ‘erario,
tesoro público’. Del latín FISCUS ‘espuerta de juncos o mimbres’, ‘la
espuerta en que se tenía el dinero’, ‘tesoro público’.
Fulano. Del árabe hispánico fulán, este del árabe clásico fulān, y este quizá del egipcio pw rn ‘este hombre’.
Los orientales son gente sufrida |
Galimatías ‘lenguaje oscuro’, ‘confusión, lío’. Del francés galimatías ‘discurso
o escrito embrollado’, y este del griego κατὰ Ματθαῖον ‘según Mateo’,
por la manera en que este evangelista describe la genealogía que figura
al comienzo de su evangelio.
Ganga ‘ave’,
‘cosa apreciable que se adquiere a poca costa o con poco trabajo’. Voz
onomatopéyica que imita el sonido de esta ave. Figuradamente se aplicó ganga a
las cosas sin provecho, por ser la ganga difícil de cazar y dura de
pelar y de comer, pero empleándose muchas veces irónicamente ha acabado
por significar más bien lo contrario.
Genuino ‘auténtico,
legítimo’. Del latín GENUĪNUS ‘auténtico’, derivado de GENU ‘rodilla’.
Su significado actual procede probablemente del rito que efectuaba el
padre romano al reconocer a un hijo suyo: lo levantaba del suelo y lo
colocaba sobre sus rodillas.
Golondrino ‘pollo de la golondrina’ e ‘inflamación infecciosa en el sobaco’, colgado ahí como el nido de golondrina debajo del alero.
Gorila.
Del latín científico GORILLA, y este del griego Γόριλλαι ‘tribu de
mujeres peludas’, pues ya fue empleado este vocablo por el cartaginés
Hannón (s. V a. C.) para denominar a los miembros de una tribu africana
cuyos cuerpos estaban cubiertos de vello. Empezó a usarse en español en
la segunda mitad del s. XIX.
Grifo ‘cabello
enmarañado’, ‘animal fabuloso’, ‘llave de cañería’. Del latín
tardío GRYPHUS, este del latín clásico GRYPS, GRYPHIS, y este del griego
γρύψ, γρυπός ‘grifo’, ‘animal fabuloso’. La acepción ‘llave de cañería’
se explica por la costumbre de adornar con cabezas de personas o
animales las bocas de agua de las fuentes.
Guiri ‘turista extranjero’, ‘miembro de la Guardia Civil’. Según la Academia: Abreviación del vasco guiristino ‘cristino’,
nombre con que, durante las guerras civiles del s. XIX, designaban los
carlistas a los partidarios de la reina Cristina, y después a todos los
liberales, y en especial a los soldados del gobierno. Tenemos dudas
respecto a guiri ‘turista extranjero’, pues sospechamos que puede ser un acortamiento de guirigay ‘lenguaje oscuro y difícil de entender’.
Hecatombe.
Del latín HECATOMBE y esta del griego ἑκατόμβη ‘sacrificio de cien
bueyes u otras reses’, compuesta de ἑκατ ‘ciento’ (correspondencia
griega del latín CENTUM) y όμβη ‘buey’.
Hermano. Del latín [FRATER] GERMĀNUS ‘hermano carnal’. Cuenta Corominas que «ya en la Edad de Oro latina se halla frater germanus para
indicar el hermano que lo era de padre y madre, por oposición al medio
hermano o al hermanastro, y ya entonces empiezan a hallarse también los
primeros ejemplos de germanus, solo y sustantivado, como equivalente de frater,
y aun extendido al hermano paterno o uterino: así ya alguna vez en
Virgilio y en Cornelio Nepote. En el bajo latín este uso ganó terreno, y
no sólo en la Península Ibérica, sino también en Italia, donde en los
documentos de los ss. VIII a XII germanus y germana predominan ampliamente sobre frater y sopor; en Italia se produjo más tarde una reacción que condujo al predominio completo de fratello y sorella en el idioma literario y en la gran mayoría de los dialectos, aunque hoy todavía se conserva el uso de germanus en
ciertas hablas lombardas, y existen huellas de tal uso en los antiguos
dialectos de Génova y de Módena (…) Sólo en la Península Ibérica fue
completo el triunfo de este vocablo, cuyo descendiente es de uso general
(..). La hipótesis de que la sustitución de frater por germanus se debe al deseo de evitar el equívoco que creaba la acepción ‘monje’ tomada por aquél, no es segura ni fácil de demostrar…».
Hiena. Del latín HYAENA y este del griego ὕαινα ‘cerdo’.
Hígado.
Del latín vulgar FICĂTUM, del latín clásico [IECUR] FICĀTUM ‘[hígado]
alimentado con higos’. Esta denominación se explica por la costumbre de
los antiguos de alimentar con higos a los animales cuyo hígado se comía.
Histérico.
Del latín HYSTERĬCUS y este del griego ὑστερικός ‘relativo a la
matriz’, por atribuírsele antiguamente a este órgano la causa del
histerismo.
Implicar ‘envolver,
enredar’, ‘contener, llevar en sí, significar’, ‘obstar, impedir’. Del
latín IMPLICĀRE ‘envolver en pliegues’, derivado de PLICĀRE ‘plegar’.
Incordio ‘persona
o cosa incómoda, agobiante o muy molesta’, coloquialmente. También
significa ‘buba (tumor)’. Del bajo latín *ANTECORDĬUM ‘tumor del pecho’,
derivado de COR ‘corazón’, por hallarse este tumor ante el corazón del
caballo, extendiéndose a las bubas sifilíticas cuando se propagó esta
nueva enfermedad. La evolución semántica de ‘buba’ a ‘persona o cosa muy
molesta’ fue fácil.
Ingenuo ‘candoroso, sin doblez’. Del latín INGENŬUS, propiamente ‘nacido en el país’, ‘nacido libre’, de donde ‘cándido’.
Insultar. Del latín INSULTĀRE ‘saltar contra alguien’.
Ironía.
Del latín IRONĪA y este del griego εἰρωνεία ‘yo pregunto’, que
significaba ‘disimulo’, pero que literalmente era ‘interrogación
fingiendo ignorancia’, que sigue siendo la auténtica ironía.
Jarrita (del diminutivo de jarra), hacer la jarrita ‘hacer ademán de pagar algún gasto común, llevándose la mano al bolsillo’.
Juanete. De Juan, nombre rústico frecuente, pues se atribuía a rústicos ser juanetudo.
Judía ‘alubia’. Para el DRAE quizá provenga de judío.
Para Corominas no hay duda, aunque «no está clara la explicación
semántica: quizá porque al cocerlas salen en seguida del agua (a
diferencia de los garbanzos, que permanecen en el fondo), tal como el
judío no se deja de bautizar; o bien la denominación se aplicó
primeramente a un tipo de habichuela caracterizado con alguna mancha de
color, o por su color general amarillo, tal como los judíos debían
llevar distintivos semejantes en la Edad Media; a no ser que se trate de
una comparación de la forma cornuda de las vainas con el paño en forma
de cuernos que los provenzales obligaba a llevar a los judíos
medievales».
Larva.
Antes de la acepción zoológica, única usada hoy, se empleaba en el
sentido de ‘fantasma, espectro’. Del latín LARVA ‘fantasma’. La
evolución semántica se explica porque el insecto está en la larva como
disfrazado.
Latir ‘dicho
de un perro: dar latidos’, ‘ladrar’, ‘dicho de un corazón, de una
arteria, de una vena o de un vaso capilar: dar latidos’. Del
latín GLATTĪRE ‘dar ladridos agudos’.
Lenguado, derivado de lengua, por la forma de este pez.
Macarrón. Del italiano dialectal maccarone y este del griego μακαρώνεια ‘canto mortuorio’, ‘comida funeraria’.Mador ‘ligera humedad que cubre la superficie del cuerpo, sin llegar a ser verdadero sudor’. (significado)
Mamotreto, del latin tardío mammothreptus,
y este del griego tardío μαμμόθρεπτος, literalmente ‘criado por su
abuela’, y de ahí, ‘gordinflón’, ‘abultado’, por la creencia popular de
que las abuelas crían niños gordos.
Meretriz ‘prostituta’. Del latín MERĔTRIX, -ĪCIS, propiamente ‘la que se gana la vida ella misma’.
Monitor,
antes de ‘persona que guía el aprendizaje de otra’, significaba
‘subalterno que acompañaba en el foro al orador romano, para recordarle y
presentarle los documentos y objetos de que debía servirse en su
peroración’ y ‘esclavo que acompañaba a su señor en las calles para
recordarle los nombres de las personas a quienes iba encontrando’.
Mono ‘nombre
genérico con que se designa a cualquiera de los animales del suborden
de los Simios’. Haplología (eliminación de una sílaba) de maimón ‘mico’, del árabe clásico maymūn ‘feliz’, porque al parecer los monos procedían de Yemen o Arabia Feliz.
Oclocracia ‘gobierno de la muchedumbre o de la plebe’.
Ojalá. Del árabe hispánico law šá lláh ‘si Dios quiere’.
Orangután. Del malayo orang ‘hombre’ y hūtan ‘bosque’: ‘hombre de los bosques’.
Orquídea.
Del latín ORCHIS y este del griego ὄρχις ‘testículo’, ‘planta bulbosa’,
así llamada la planta y su flor por la forma de los tubérculos: dos
simétricos y elipsoidales.
Papamoscas (de papar y moscas)
‘pájaro de unos quince centímetros de largo desde el pico hasta la
extremidad de la cola, de color gris por encima, blanquecino por debajo
con algunas manchas pardas en el pecho, y cerdas negras y largas en la
comisura del pico. Se domestica con facilidad y sirve para limpiar de
moscas las habitaciones’.
Peña.
Del latín PINNA ‘almena’, porque las rocas que erizan la cresta de un
monte peñascoso se parecen a las almenas de una fortaleza.
Pirámide.
Del latín PYRĂMIS, -ĬDIS y este del griego πυραμίς, -ίδος,
originariamente ‘pastel de harina de trigo de forma piramidal’, derivado
de πυρός ‘harina de trigo’.
Piropo. Del latín PYRŌPUS, y este del griego πυρωπός, compuesto de πυρ ‘fuego’ y ωπός ‘ojo’, ‘vista’, es decir: ‘fuego en la mirada’.
Planeta. Del latín PLANĒTA y este del griego πλανήτης ‘errante’, llamado así por contraste con las estrellas, que parecían fijas.
Propinar ‘administrar
una medicina’, ‘dar un golpe’. Del latín PROPINĀRE y este del griego
προπίνειν ‘beber antes que alguien’, ‘beber a su salud y luego darle el
resto de la copa’, ‘dar de beber’, ‘dar, regalar’. No es de extrañar,
por tanto, que antiguamente se usara este verbo en nuestro idioma con el
significado de ‘dar de beber’, ahora muy poco usado, de donde pasó a
‘administrar una medicina’. La acepción ‘dar un golpe’, la más empleada
en la actualidad, es también la más reciente.
Quirófano. Se formó al principio del s. XX y a partir de la palabra quirúrgico, manteniendo el primer componente, quiro- ‘mano’,
y sustituyendo el segundo por el griego φαίνειν ‘mostrar’, para
designar la sala de operaciones provista de cristales que permiten
observar la marcha de la intervención desde fuera.
Ramera ‘prostituta’. De ramo, porque, fingiendo tener taberna, ponía como señal un ramo en su puerta.
Redoma, del árabe hispánico *ratúma y este del árabe clásico ratúm ‘estrecha de vulva’.
Reñir. Del latín RINGI ‘gruñir mostrando los dientes’, aplicado a un perro, de donde ‘estar furioso’, aplicado a una persona.
Restaurante. Copiada del francés restaurant, esta voz procede del participio activo del verbo restaurar ‘recuperar’,
‘reparar’. Etimológicamente viene de RESTAURABO, futuro del verbo
latino RESTAURO, usado por un francés apellidado Boulanger en 1765
cuando abrió el primer restaurante de París, en cuya entrada escribió
las siguientes palabras: «VENITE AD ME OMNES QUI STOMACHO LABORATIS ET
EGO VOS RESTAURABO» («Venid a mí todos los que tenéis molestia en el
estómago, y yo os repondré»).
Rinoceronte. Del latín RHINOCĔROS y este del griego ῥινόκερως; de ῥίς, ῥινός ‘nariz’ y κέρας ‘cuerno’.
Salamanquesa. Alteración de salamandra, a la que el vulgo atribuía poderes maléficos, por influencia del nombre de la Universidad de Salamanca, que, según la creencia popular, era sede principal de actividades nigrománticas.
Sarcasmo ‘burla sangrienta,
ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo’.
Del latín SARCASMUS y este del griego σαρκασμός, derivado de σαρχάζειν
‘desollar, sacar la piel’.
Sarcófago. Del latín SARCOPHĂGUS y este del griego σαρκοφάγος ‘que devora la carne’.
Satélite. Del latín SATELLES, -ITIS ‘guardia de corps’, ‘miembro de una escolta’, ‘sirviente’.
Sicalipsis ‘malicia sexual, picardía erótica’. Del gr. σῦκον, higo, y ἄλειψις ‘acción de untar’, ‘frotar’.
Sien. Del anticuado sen ‘sentido, juicio, discreción’, y este del germánico *sĭnn, influido por sentir, pues popularmente se creía que la inteligencia residía en las sienes.
Sierra.
Del latín SERRA ‘sierra de aserrar’, ‘línea de montañas’. Ambos
significados pasaron al castellano; el segundo, ‘línea de montañas’, se
trata de una metáfora, por comparación con el aspecto dentado de las
cordilleras.
Subasta. Del latín SUBHASTĀRE, de SUB HASTA ‘bajo la lanza’, porque la venta del botín cogido en la guerra se anunciaba con una lanza.
Suplicar. Del latín SUPPLICĀRE, derivado de SUPPLEX, -ICIS ‘el que se dobla prosternándose’.
Tiquismiquis ‘reparos vanos’, ‘expresiones afectadas’. Del latín macarrónico tichi michi, alteración vulgar de TIBI, michi [MIHI], que significaba ‘para ti, para mí’.
Torero. Del latín TAURARIUS ‘gladiador que lidiaba toros’, ya en una inscripción pompeyana.
Tortuga.
Del latín tardío TARTARŪCHUS ‘demonio’, y este del griego tardío
σαρκοφάγος ‘habitante del Tártaro o infierno’, porque los orientales y
los antiguos cristianos consideraban que este animal, que habita en el
cieno, personificaba el mal.
Tosco. Del latín vulgar tuscus y este de Vicus Tuscus ‘el barrio etrusco’, por alusión a la gente libertina que vivía en esta zona de Roma.
Trabajar.
Del latín vulgar *TRIPALIĀRE, derivado de TRIPALĬUM ‘especie de cepo o
instrumento de tortura’, compuesto de TRES PALUS por los tres maderos
que formaban dicho instrumento.
Zascandil antes que ‘hombre despreciable’ significaba ‘hombre astuto, engañador’ y ‘golpe repentino’. De ¡zas!, candil, frase que se pronunciaba cuando alguien en caso de bronca apagaba el candil echándolo a tierra.
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