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Ante el agotamiento de la Constitución no nos quedamos ni en el lamento ni en la nostalgia hacia un pacto social superado. Desde Izquierda Unida apostamos por un Proceso Constituyente, la construcción colectiva, participativa y democrática de un nuevo proyecto de país que aporte soluciones al problema territorial y a los problemas sociales que padecen las clases populares del conjunto del Estado. Para ello señalamos la necesidad de la construcción de un bloque histórico en el plano social, desde abajo, insertado en el conflicto y que, en última instancia, tenga una expresión político-institucional.
Para este reto tan ambicioso debemos adecuar nuestra organización hacia un verdadero movimiento político y social que supere las inercias de partido clásico. Los avances estatutarios en este sentido serán insuficientes sin la implicación de toda la militancia construyendo dialécticamente una nueva cultura política.
El Plan de Acción 2017-2018 que presentamos y tienes adjunto en este correo electrónico pretende concretar en la práctica nuestra apuesta por un movimiento político y social centrado en el conflicto y asentado en el territorio. Se trata de nuestro plan de trabajo para el presente curso político, así que te invitamos a que lo leas con detenimiento.
No es un escenario fácil para la izquierda en general e Izquierda Unida en particular. Sin embargo, contamos con un capital inconmensurable: el compromiso de una militancia que siempre ha estado a la altura del momento histórico. Sois vosotros y vosotras quienes hacéis grande este proyecto dando la batalla en el movimiento vecinal, en el instituto, en el sindicato, en el centro de trabajo, en la cola del paro… Necesitamos que cada uno de vosotros y cada una de vosotras os convirtáis en dirigentes. Solo así podremos hacer de Izquierda Unida un verdadero movimiento político y social que lleve la política de las instituciones a la sociedad civil en su conjunto para disputar la hegemonía.
Estos días ha visitado Madrid Virgilio Fernández, brigadista internacional de 98 años. Los pines republicanos de su boina nos recuerdan nuestro compromiso de lucha irrenunciable con las generaciones que lo dieron todo a cambio de nada. Hoy los métodos de lucha son distintos, pero los objetivos siguen siendo los mismos. Una Izquierda Unida movimiento político y social insertada en el tejido social podrá conectar con las clases populares hoy políticamente huérfanas. A este reto nos emplazamos.
Salud y República,
Alberto Garzón
Coordinador Federal de Izquierda Unida
www.izquierda-unida.es
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Compañeras
y compañeros,
Vivimos tiempos convulsos en los que resulta arriesgado hacer previsiones
incluso a corto plazo. La crisis catalana ha acabado rompiendo las
costuras del modelo territorial y evidenciando que la Constitución está
agotada. Sin embargo, están siendo las oligarquías económicas y el
bloque monárquico quienes parecen estar aprovechando mejor esta crisis.
Evidenciamos con enorme nitidez la contradicción -a veces soterrada- entre un
proyecto que apuesta por un modelo más centralista y autoritario, con la
permanente amenaza del 135 y del 155, y un proyecto de ruptura democrática.Ante el agotamiento de la Constitución no nos quedamos ni en el lamento ni en la nostalgia hacia un pacto social superado. Desde Izquierda Unida apostamos por un Proceso Constituyente, la construcción colectiva, participativa y democrática de un nuevo proyecto de país que aporte soluciones al problema territorial y a los problemas sociales que padecen las clases populares del conjunto del Estado. Para ello señalamos la necesidad de la construcción de un bloque histórico en el plano social, desde abajo, insertado en el conflicto y que, en última instancia, tenga una expresión político-institucional.
Para este reto tan ambicioso debemos adecuar nuestra organización hacia un verdadero movimiento político y social que supere las inercias de partido clásico. Los avances estatutarios en este sentido serán insuficientes sin la implicación de toda la militancia construyendo dialécticamente una nueva cultura política.
El Plan de Acción 2017-2018 que presentamos y tienes adjunto en este correo electrónico pretende concretar en la práctica nuestra apuesta por un movimiento político y social centrado en el conflicto y asentado en el territorio. Se trata de nuestro plan de trabajo para el presente curso político, así que te invitamos a que lo leas con detenimiento.
No es un escenario fácil para la izquierda en general e Izquierda Unida en particular. Sin embargo, contamos con un capital inconmensurable: el compromiso de una militancia que siempre ha estado a la altura del momento histórico. Sois vosotros y vosotras quienes hacéis grande este proyecto dando la batalla en el movimiento vecinal, en el instituto, en el sindicato, en el centro de trabajo, en la cola del paro… Necesitamos que cada uno de vosotros y cada una de vosotras os convirtáis en dirigentes. Solo así podremos hacer de Izquierda Unida un verdadero movimiento político y social que lleve la política de las instituciones a la sociedad civil en su conjunto para disputar la hegemonía.
Estos días ha visitado Madrid Virgilio Fernández, brigadista internacional de 98 años. Los pines republicanos de su boina nos recuerdan nuestro compromiso de lucha irrenunciable con las generaciones que lo dieron todo a cambio de nada. Hoy los métodos de lucha son distintos, pero los objetivos siguen siendo los mismos. Una Izquierda Unida movimiento político y social insertada en el tejido social podrá conectar con las clases populares hoy políticamente huérfanas. A este reto nos emplazamos.
Salud y República,
Alberto Garzón
Coordinador Federal de Izquierda Unida
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