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Pieles NO

sábado, 28 de marzo de 2020

Algunos dichos populares (Hay muchísimos más)

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  A la suerte, hay que ayudarla: Dicho que nos invita a trabajar con esfuerzo para obtener logros en la vida, sin esperar que la buena suerte nos acompañe. La acción de la buena fortuna es siempre bien recibida, pero no debemos recostarnos solamente en ella.
  A la vejez, viruela: Las cosas suceden en el debido momento cronológico. Por lo general, la viruela era una enfermedad propia de la infancia o adolescencia, de manera que era casi excepcional que un anciano la padeciera. Trasladada la frase a cualquier ámbito, puede aplicarse a las personas mayores que se atreven con actividades propias de la juventud. La expresión 'a la vejez, viruelas' es el título de una comedia escrita por el dramaturgo don Manuel Bretón de los Herreros, en 1817. Se trata de una obra en prosa que narra las vicisitudes de dos viejos enamorados con su correspondiente quid pro quo. Algunos autores creen que el dicho surgió a raíz del estreno de la comedia en 1824. De hecho, la frase alude a quienes se enamoran tardíamente y a quienes acometen aventuras no usuales para su edad y más propias de la juventud.
  A lo hecho, pecho: Ante la adversidad y luego del hecho consumado, poner el pecho, como cuando alguien se enfrenta con un peligro, admitiendo su responsabilidad en él.
  A llorar, a la iglesia: Invitación burlona a quienes se están quejando de algo que no admite reclamos o ya ha pasado el momento de hacerlos. Se usa, generalmente, en relación con juegos y enfrentamientos deportivos.
  A mal tiempo, buena cara: Hay que saber sobrellevar los reveses de la suerte, tratando de poner de nuestra parte el máximo esfuerzo para superar los malos momentos.
  A mi juego me llamaron: Frase de júbilo con la que, quien la dice, festeja la oportunidad de desarrollar su actividad preferida. Puede estar referida a la práctica de algún juego, un deporte, una comida, leer, viajar.
  A ojo de buen cubero: Expresión campestre que equivale a «aproximadamente, al tanteo». El cubero era el encargado de fabricar cubas para la contención de líquidos y debía tener buena vista para elaborarlas perfectas.
  A ojos vista: Algo evidente, que está a la vista y no hace falta explicarlo.
  A otra cosa, mariposa: Frase familiar usada para descalificar el tratamiento de un tema, debido a que ya está superado. Equivale a "demos vuelta la página".
  A palabras necias, oídos sordos: No hay que hacer caso del que habla sin razón u ofende a las personas que tiene en su alrededor.
  A rey muerto, rey puesto: Habla de la necesidad de reemplazar inmediatamente a la persona que no está o ha fallecido. Tal como sucede en la realeza -en la que cuando acaece la muerte de un monarca, automáticamente es ungido su sucesor- en la vida, las personas buscan sucederse unas a otras constantemente.
  A río revuelto, ganancia de pescadores: Cuando se viven momentos de inquietud y zozobra, siempre hay alguien que se beneficia. La expresión reproduce la situación real de los pescadores que, cuando comprueban que el agua produce movimientos bruscos, saben que se les facilitará la pesca.
  A tal señor, tal honor: Reconocimiento para quien admite sus errores públicamente y pide perdón por sus equivocaciones.
  A troche y moche: Indiscriminadamente, de manera disparatada. La comparación surge de la acción del leñador chapucero que, en muchos casos, no respeta las normas de la poda y troncha los árboles, o sea, los corta de raíz.
  Abrir la boca: Estar muy distraído o pensando en algo distinto de lo que nos corresponde en determinado momento.
  ¡Adelante con los faroles!: Originariamente, la expresión completa habría sido ¡Adelante con los faroles, que atrás vienen los cargadores!, al parecer, relacionada con las antiguas procesiones religiosas, en las que era usada a manera de estímulo para que los encargados de transportar faroles, antorchas y cirios -que precedían a los que llevaban las imágenes (cargadores)- no cejaran en su esfuerzo.
  Adonde fueres haz lo que vieres: Es una sugerencia para que a la persona le resulte fácil la adaptación a un lugar. Conviene observar cómo actúan los que allí viven y tratar de hacer lo propio.
  Afortunado en el juego, desafortunado en el amor: La fortuna suele acompañar a algunos en el juego; a otros, en el amor, aunque todos sabemos que, a algunas personas, la diosa de la suerte suele acompañarlas en ambos casos.
  Agachar el lomo: Ponerse, materialmente, a trabajar, concentrarse en una tarea. La expresión es en sentido figurado, pero lo mismo es una exhortación al trabajo físico.
  Agarrar para el lado de los tomates: Interpretar mal alguna explicación o respuesta, irse por las ramas. El origen se relaciona con la planta del tomate, que es propensa a contraer pestes, por lo que es necesario plantarla en un lugar alejado. Otra versión asegura que la frase se origina en la facilidad con que esta planta se desarrolla hacia cualquier sentido si no se la guía en su crecimiento y entonces, "agarra" para cualquier lado.
  Agua que no has de beber, déjala correr: No debemos acaparar cosas que no necesitamos. Retengamos todo aquello que nos es imprescindible para la vida y no nos quedemos con lo superfluo.
  Ahí está la madre del borrego: Expresión que se 
s cosas suceden en el debido momento cronológico. Por lo general, la viruela era una enfermedad propia de la infancia o adolescencia, de manera que era casi excepcional que un anciano la padeciera. Trasladada la frase a cualquier ámbito, puede aplicarse a las personas mayores que se atreven con actividades propias de la juventud. La expresión 'a la vejez, viruelas' es el título de una comedia escrita por el dramaturgo don Manuel Bretón de los Herreros, en 1817. Se trata de una obra en prosa que narra las vicisitudes de dos viejos enamorados con su correspondiente quid pro quo. Algunos autores creen que el dicho surgió a raíz del estreno de la comedia en 1824. De hecho, la frase alude a quienes se enamoran tardíamente y a quienes acometen aventuras no usuales para su edad y más propias de la juventud.
  A lo hecho, pecho: Ante la adversidad y luego del hecho consumado, poner el pecho, como cuando alguien se enfrenta con un peligro, admitiendo su responsabilidad en él.
  A llorar, a la iglesia: Invitación burlona a quienes se están quejando de algo que no admite reclamos o ya ha pasado el momento de hacerlos. Se usa, generalmente, en relación con juegos y enfrentamientos deportivos.
  A mal tiempo, buena cara: Hay que saber sobrellevar los reveses de la suerte, tratando de poner de nuestra parte el máximo esfuerzo para superar los malos momentos.
  A mi juego me llamaron: Frase de júbilo con la que, quien la dice, festeja la oportunidad de desarrollar su actividad preferida. Puede estar referida a la práctica de algún juego, un deporte, una comida, leer, viajar.
  A ojo de buen cubero: Expresión campestre que equivale a «aproximadamente, al tanteo». El cubero era el encargado de fabricar cubas para la contención de líquidos y debía tener buena vista para elaborarlas perfectas.
  A ojos vista: Algo evidente, que está a la vista y no hace falta explicarlo.
  A otra cosa, mariposa: Frase familiar usada para descalificar el tratamiento de un tema, debido a que ya está superado. Equivale a "demos vuelta la página".
  A palabras necias, oídos sordos: No hay que hacer caso del que habla sin razón u ofende a las personas que tiene en su alrededor.
  A rey muerto, rey puesto: Habla de la necesidad de reemplazar inmediatamente a la persona que no está o ha fallecido. Tal como sucede en la realeza -en la que cuando acaece la muerte de un monarca, automáticamente es ungido su sucesor- en la vida, las personas buscan sucederse unas a otras constantemente.
  A río revuelto, ganancia de pescadores: Cuando se viven momentos de inquietud y zozobra, siempre hay alguien que se beneficia. La expresión reproduce la situación real de los pescadores que, cuando comprueban que el agua produce movimientos bruscos, saben que se les facilitará la pesca.
  A tal señor, tal honor: Reconocimiento para quien admite sus errores públicamente y pide perdón por sus equivocaciones.
  A troche y moche: Indiscriminadamente, de manera disparatada. La comparación surge de la acción del leñador chapucero que, en muchos casos, no respeta las normas de la poda y troncha los árboles, o sea, los corta de raíz.
  Abrir la boca: Estar muy distraído o pensando en algo distinto de lo que nos corresponde en determinado momento.
  ¡Adelante con los faroles!: Originariamente, la expresión completa habría sido ¡Adelante con los faroles, que atrás vienen los cargadores!, al parecer, relacionada con las antiguas procesiones religiosas, en las que era usada a manera de estímulo para que los encargados de transportar faroles, antorchas y cirios -que precedían a los que llevaban las imágenes (cargadores)- no cejaran en su esfuerzo.
  Adonde fueres haz lo que vieres: Es una sugerencia para que a la persona le resulte fácil la adaptación a un lugar. Conviene observar cómo actúan los que allí viven y tratar de hacer lo propio.
  Afortunado en el juego, desafortunado en el amor: La fortuna suele acompañar a algunos en el juego; a otros, en el amor, aunque todos sabemos que, a algunas personas, la diosa de la suerte suele acompañarlas en ambos casos.
  Agachar el lomo: Ponerse, materialmente, a trabajar, concentrarse en una tarea. La expresión es en sentido figurado, pero lo mismo es una exhortación al trabajo físico.

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