¡Ya estoy aquíi!!!. La locuela de la Loles ha resurgido, cual Ave Fénix de sus cenizas, y estoy bien y he arrinconado por una temporada mis neuras. Por no hacer, ni me he suicidado, a pesar de tener una depresión de bigotes. Pero no me he atrevido. Menos mal. Y eso de que dicen que los suicidas son cobardes, yo no estoy de acuerdo. Hace falta mucho valor para mirar al asfalto desde un ático como el mío y tirarse y convertirse en una especie de huevo frito. Y es que yo estaba mal de verdad. Pero por suerte o por la eficiente labor de mis 6 ángeles custodios- 6, no ha pasado nada irremediable. Ay, pero qué mal lo he pasado. Lo digo en broma, pero no tenía nada de gracioso.
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