pieles no
lunes, 1 de junio de 2009
Del Libro del Tao, de Lao Tsé
Un buen caminante no deja huellas,
un buen orador no se equivoca ni ofende,
quien sabe calcular bien no usa el chou ce.
Quien sabe cerrar bien no se vale de cerrojos ni candados,
y sin embargo nadie puede abrir lo que él ha cerrado.
El que sabe atar bien no emplea cuerdas,
y sin embargo nadie puede desatar lo que él ha atado.
Por eso el sabio es siempre un buen salvador de hombres
y nunca los abandona,
ni rechaza cosa alguna de valor;
a esto se llama clarividencia.
El hombre bueno no considera bello
convertirse en maestro de otros
y el hombre que no es bueno
se complace en utilizar a los demás.
No estimes ser su maestro
y no quieras perderlos por utilizarlos.
A pesar de ser muy sabio,
aparece como un necio.
Este es el secreto esencial.
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