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Pieles NO

domingo, 30 de mayo de 2010

Historia del estropajo (moderno)y del "S.O.S."



En 1917, Edwin W. Cox, de San Francisco, era un vendedor puerta a puerta entre cuyas mercancías figuraban las tan nuevas y apreciadas baterías de aluminio. Las ventas eran mediocres, pues las amas de casa de la costa Oeste de USA todavían no estaban al corriente en lo referente a nuevas cacerolas.A Cox le costaba incluso entrar en una cocina para hacer una demostración de sus productos. Necesitaba recurrir a un truco, y siguiendo la mejor tradición de los buenos vendedores, decidió ofrecer a cada cliente potencial un obsequio a cambio de que le permitiera mostrar lo que vendía. Por propia experiencia, Cox sabía que una queja corriente en todas las cocinas era que la comida se pegaba a cacerolas y sartenes. ¿Por qué no idear un estropajo que combinara las características abrasivas de la limadura de acero con la capacidad limpiadora del jabón?. En su propia cocina, Cox introdujo pequeños estropajos cuadrados de viruta de acero en una solución jabonosa. Cuando se secaba cada estropajo, era sumergido de nuevo, y el proceso se repetía hasta que cada estropajo quedaba saturado de jabón seco.
Al empezar a visitar a las amas de casa, descubrió que aquellos estropajos, todavía carentes de nombre, abrían las puertas y facilitaban las ventas.Cada mujer recibía un ejemplar gratuito de muestra.Muchas pedían más y no pocas llamaban al vendedor para averiguar donde se podían encontrar estropajos de aquel tipo. Al cabo de unos meses, la demanda superó la capacidad de Cox para fabricarlos en su cocina. Asi pues, dejo de vender cacerolas y ollas y se metió en el negocio de fabricación de estropajos jabonosos.
Al necesitar un nombre apropiado para el nuevo producto, Cox se dirigió al ama de casa que mejor conocía: Su esposa. En su cocina, la mujer del inventor llamaba a los estropajos de su marido "SOS", iniciales de "save ours saucepans" (salvad nuestras cacerolas") debido a que ella creía, erroneamente,que las siglas equivalían a la llamada universal de socorro en el mar "save our ship" (salvad nuestro barco). Es innecesario decir que el Sr. Cox admitió la sugerencia de su esposa .. aunque SOS es un término equivocado en dos aspectos.
La señal, de petición de auxilio en código Morse , aceptada por acuerdo internacional entre las naciones de todo el mundo, no es un acrónimo de "save our ship" o de "save our souls" (salvad nuestras almas), o cualquier otra frase popular en este sentido. De hecho, no es una abreviatura. Cuando Samuenl Morse, profesor de arte en la universidad de Nueva York, pintor convertido en inventor, ideó su código telegráfico en 1835, trató de elegir combinaciones de puntos y rayas que resultaran fáciles de memorizar. Pocos años después, cuando el Comité internacional buscó una señal de socorro que fuese fácil de recordar en momentos críticos, y que pudiera transmitirla un aficionado con conocimientos muy limitados del código Morse, se decidieron por una simple coleción de treses: Tres letras, cada una representada por tres marcas. Pensaron que el 3 es un número simpático en todo el mundo. Tres largas-tres cortas-tres largas. Cuando yo era niña me dió por aprender el morse, cosa que ahora ya no haría, porque no sirve para nada, pero me llegué a aprender hasta las 5 primeras letras del alfabeto, a base de puntitos de cortas y largas. Lo he olvidado todo, menos el código del SOS.Espero que nunca me haga falta...
Así se llamó el primer estropajo moderno, SOS.
Pero los ha habido siempre. Yo recuerdo cuando era una niña chica, que en casa teníamos unos estropajos de esparto que rascaban una barbaridad, y que debían ser más antiguos que el pastar. No iban mal del todo, pero sin comparación con los de ahora, con olorcitos, salvauñas y otras monerías.

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