pieles no
miércoles, 8 de septiembre de 2010
El ataúd de segunda mano
Hace algunos años estuve en el cementerio velando el cuerpo dentro del ataúd de un familiar político mío. Como estuve bastante rato sola sentada en una silla delante de la caja, tuve tiempo de mirarla bien. Y lo que ví me llenó de estupor. Y es que el féretro aquel no era nuevo. Se notaba una barbaridad, pues, aunque estaba brillante, estaba muy rayado, y tenía marcas a lo largo como si hubiese sido metido y luego quitado de dentro de un nicho. Yo me devané los sesos pensando cómo era posible que hubiera chismes de esos de segunda mano, pero aquel, sin lugar a dudas, lo era. Había sido usado, aunque parecía que por poco tiempo.
Me abstengo de hacer todo tipo de comentarios, pero yo pensé: ¿Qué demonios está pasando en este camposanto?...
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