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Pieles NO

jueves, 9 de junio de 2011

El Partido Comunista






Ahora está de moda decir que el PCE es una antigualla, que ha muerto, que no es posible el comunismo ahora, y cosas parecidas. Yo no sé si quien tales cosas dice, dice verdad o no. Pero para mí eso es lo de menos.
Echando mi vista atrás me doy cuenta de cuánto ha influído el PCE en mi mentalidad, en mi manera de ver las cosas y la gente.
Yo provengo de una familia de derechas, sobre todo por parte de madre. Por parte de padre, sólo mi padre. Pero por la parte materna, todos son monjas, curas y beatos varios. Ahora, hurgando en mi biblioteca, he encontrado un librito sobre Gerona escrito por el hermano mayor de mi abuela, José de Ribot i Olivas de Noguer. ¡Vaya nombrecito!. Es que parece ser que era noble, y, como tal, amigo de la Iglesia y defensor de la fachería más indecente. Y encima, racista, porque en ese libro hay frases que se le han colado como: "los mercados de Gerona no debieran hacerse con pequeños puestos, pues parece un zoco árabe", y cosas por el estilo. El "tío Pepe", como lo llamaba mi madre, era el hereu, y se quedó con la parte del león de la herencia de su padre. Pero esto es irrelevante.
Cuando escribo estas cosas tengo una ligera mala conciencia, porque es sabido que está muy mal visto poner a parir a la familia, sobre todo si está muerta. Pero para mí los muertos, por el hecho de haberla cascado, no me merecen ningún respeto. Dejan una herencia, que me puede gustar o no.
Yo he sido la única de mi familia que ha tenido una conciencia de clase, de pertenecer a una clase dominante que ha pisoteado y humillado a los que estaban por debajo. A mí nunca se me hubiera ocurrido pensar eso si no hubiera sido sutilmente adoctrinada por el PCE. Y mucho que se lo agradezco. Yo estudié en un colegio religioso, las Teresianas, donde me enseñaron hipocresía y beatería a partes iguales. O sea, que por la familia y la escuela, yo estaba destinada a ser una pija de narices,sin la mas mínica conciencia social, como mis mayores.
A veces pienso que tiene mucho mérito por mi parte, aunque esté feo echarme flores,el no haber sucumbido a este bombardeo continuado de fascistadas desde mi más tierna infancia. Pero mis educadores consiguieron exactamente lo contrario de su propósito. Consiguieron que aborreciera sus enseñanzas y su estilo y que me fuera a la parte contraria. Reconozco que como marxista soy un desastre, pues tengo unos gustos de burguesa asquerosa (como una vez me dijo la Petri, y no me pude enfadar con ella porque llevaba razón...)pero no obsta para que me dé perfecta cuenta de lo que soy y sobre todo de lo que ya no soy. Y esto me lo debo solo a mí misma.Cuando me dí cuenta del asco en que me habían convertido, me dí la vuelta como un guante.
No debo ser tan tonta como algunos creen.

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