Pues sí, lo pasé mal en el dichoso colegio teresianil, salpimentada la cosa por una dictadura interminable y una beatería oficial castradora de niñ@s. Menos mal que pude reaccionar, pues tengo amigas que se han quedado taradas mentalmente para siempre.Pero lo pagué con mi salud. Yo notaba el miedo imperante. Mis padres me habían advertido que había temas que no se podían mencionar en público, pues era peligroso, y crecí así, pareciéndome de lo más natural. Además, cuando Pinochet u otros dictadores sudamericanos,la gente se manifestaba por las calles. Pero en España nadie lo hacía, pues significaba la muerte.¡Y duró tanto, que cuando Franco murió, yo no me lo podía creer!. Después de esos 40 años, los españoles, que eran muy "echaos p'alante", se han convertido en unos cobardes. ¡Y gracias a nuestro "Generalísimo"!
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