¿Por qué el agua del mar es salada?

¿Cuántas veces ocurre estar nadando tranquilamente en un mar y de repente, tapados por una ola, se traga agua sin querer? ¿Cuál fue la primera sensación ? En lo particular, os comento que es muy desagradable el tragar tanta cantidad de sal .

Y fue en ese momento que dije: ¿Por qué el agua del mar es salada? ¿Qué hace que tenga esta particularidad? . Para comenzar con la explicación, sería bueno que previamente se hagan una idea que el agua del mar contiene aproximadamente 38 gramos de sal en cada litro.

Bien, muchas son las teorías que tratan de dar respuesta a este fenómeno, sin embargo, la salinidad permanece estable hace más de 200 millones de años, por lo que sería ilógico decir que se trata de un proceso realizado en los últimos tiempos.

Inicialmente, el agua de mar se compone de seis tipos de sustancias, todos ellos llamados iones, quienes dan más del 99% de la composición de solutos. Cada partícula molecular está integrada por un ión de Cloro y otro de Sodio y éstos al disolverse, se separan. Únicamente al evaporarse, se produce la unión de las parejas de iones y en ese momento es cuando se forma la sal. Tal como la que tenemos en casa.

Sin embargo, la salinidad del mar no es la misma en todos los lugares. Diversos factores hacen que se contribuya de diferente manera. Por ejemplo a raíz de la lava de las erupciones volcánicas y el vapor de agua que surge del interior de la Tierra origina también el cloruro de sodio o sal común. Mismo, podemos aclarar que las lluvias, los deshielos, la desembocadura de los ríos, hacen que se arrastre la salinidad depositada en la superficie terrestre.

Cabe destacar que en la Tierra en la que vivimos, el 70% de su superficie está cubierta por agua. Diversas fuentes informan que tanto mares como océanos contienen solo un 3,5% de sal como así también minerales disueltos, aunque obviamente, esta sal es imposible de beber.

También hay que decir que el “Mar Muerto” posee un grado tan elevado de sal (350 gramos de sal por litro) que no existe posibilidad de que haya vida en sus aguas. Incluso nosotros mismo no podemos nadar en aquel mar ya que no lo aguantaríamos. ¿Lo más loco de todo esto? ¡Poder flotar con un libro en mano y no sumergirnos!

Hace años estuve en Israel y visité el Mar Muerto. El agua es gris, espesa de tanta sal y cuando se mete la mano se tiene una sensación de viscosidad. Desde luego, a mí no me dieron ganas de tirarme en él. Pero como siempre tengo que hacer cosas raras, y la orilla está llena de cristales de sal enormes, que cortan como navajas, tropecé y me caí dentro. Y me quedó la pierna derecha en carne viva, de tantos cortes sangrantes que me hice. Cuando llegué a Jerusalén la gente que me veía debía pensar que era una gran pecadora que había hecho penitencia...Y nuestro guía, que era un capitán del ejército israelí, que por cierto se llamaba Dan Laor, se partía de risa, y decía que no había mejor forma de entrar en Jerusalén...

Y es que yo soy especialista en caerme en sitios exóticos. Por ejemplo, en Cuba, durante un apagón, al quedarme a oscuras al intentar entrar en mi apartamento, y encima estaba cayendo un diluvio, me dí un tortazo de miedo y se me clavó en la rodilla derecha (todo me pasa en la pierna derecha...) una piedra aguda que me provocó un derame sinovial. Al día siguiente fuí a un hospital y me encontré a media docena de médicos que no tenían nada que hacer, me la desinfectaron, charlamos un rato y me regalaron un bote enorme de una pasta plateada antiséptica para las heridas, la misma que mandaban a Nicaragua, pues entonces era la guerra de la guerrilla sandinista, y el hospital también estaba lleno de sandinistas. Pero había médicos de sobra.¡Igual que aquí en la SS!

En otra ocasión me caí al Nilo, pero no pasó nada, porque en ese sitio no había cocodrilos.