Esto no tendría que ser noticia, tendría que ser algo usual, pero no lo es. El obispo de Lleida (Lérida), en vista de tanto desahucio y tanto sufrimiento por parte de los más déniles de la sociedad, ha decidido ceder un edificio de tres plantas propiedad del Obispado y que no se usaba, para dedicarlo a alojamiento para familias desahuciadas.
A ver si cunde el ejemplo.
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