Paracelso decía que el semen provenía de todas las partes del cuerpo y que acudía a los testículos durante el acto sexual.
Los aztecas se excitaban sexualmente bebiendo chocolate.
Aztecas haciendo no sé qué |
Los godos enterraban vivo a todo aquel sospechoso de ser homosexual.
Se dice que una de las fantasías del poeta británico Lord Byron (1788 - 1824) era la de disfrazar a sus amantes con ropas de hombre para hacerlas pasar por sus primos en los hoteles donde se daban cita.
Entre los pueblos germanos, el adulterio estaba penado con la quema de la mujer. El amante era ahorcado sobre sus cenizas.
En la China del s. XIX solamente el marido podía contemplar los pies desnudos de su mujer.
El médico Nicolás Venette (1622 - 1698) sostenía que la mujer puede auto fecundarse si se le perforaba el clítoris.
Plinio aseguraba que la presencia de una mujer con la menstruación provocaba que las semillas se esterilizaran, el vino se picara y las abejas dejaran de hacer miel y murieran.
En el siglo XVII, algunos médicos sostenían que a los promiscuos se les ponía la nariz roja, padecían gota crónica, alopecia y, a los más viciosos, hasta les salía chepa.
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