En memoria de Salvador Puig Antich -anarquista de 26 años sin delitos de sangre- y Heinz Chez, delincuente común de nacionalidad polaca (que pasaba por allí...)

 

2 de marzo de 1974. Barcelona, 9,30 de la mañana. En la Cárcel Modelo (Que de Modelo no tenía nada)fue ejecutado a garrote vil Salvador Puig Antich, de 26 años, nacido en Barcelona, adherido al Movimiento MIL (anarquista), porque Franco quería hacer "un escarmiento", y para que la cosa no quedase tan pelada, de paso también aplastaron la nuca (que en eso constituye el garrote) a un delincuente común  polaco, llamado Heinz Chez. Al verdugo le costó mucho matarlo, porque como muchos polacos, no tenía cuello, y el poco que tenia era muy ancho (recordad al Papa y a  Lech Walesa). Aquí pongo un trozo de la película que se hizo mucho después, donde se ve la barbarie de los franquistas. Uno de los oficiales se sintió mal y se puso a gritar...
A Chez lo mataron ese mismo día en Tarragona.
Cuando a las hermanas de Puig Antich les entregaron el cadáver, como heroínas de tragedia griega, dijeron : ¡Ah, no! ¡Ustedes lo matan, ustedes lo entierran. !  Y se fueron.
El Papa, días antes, -Pablo VI-había pedido clemencia..,Willy Brandt también. Y también intelectuales, artistas, políticos de España y el extranjero. Pero Franco no cedió. No había cedido nunca, y un par de días antes había firmado el "enterado" mientras desayunaba chocolate con picatostes.

La ejecución fue portada en todos los periódicos

Retrato real de Puig Antich

 

 

Ejecución a garrote en el a. XIX

El cura, que no falte

Aquí se ve con claridad cómo funcionaba el artefacto. Si el verdugo era debilucho y el reo toroso, la cosa podía durar mucho.Algunos verdugos estaban más asustados que el reo y muchos hicieron su tarea completamente borrachos o drogados, lo que hacía el horror interminable



Paquito, que cuando estaba enfermo le traían el manto de la Virgen del Pilar y se lo ponían encima de la cama, y que dormía con el brazo incorrupto de Santa Teresa debajo de las sábanas

Todo un espectáculo. Era costumbre que los padres llevaran a ver esto a sus hijos pequeños, y cuando había terminado la cosa, les daban un bofetón, diciéndoles:"¡Para que aprendas a ser un hombre de bien"!. Esto no lo he leído ni me lo he inventado. Yo trabajé con un señor que también era funcionario, de la edad de mi padre, que cuando era pequeño aún se hacía, pero él nunca tuvo que ir a ver el "espectáculo"