pieles no

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Pieles NO

viernes, 1 de febrero de 2019

Carta a mi padre muerto




Voy a empezar con una frase cursi: Papá, cuando miro las estrellas pienso en tí.
Cuando era pequeña subíamos a la azotea de la casa y desde allí se podía ver el poderoso cielo, las estrellas y la Vía Láctea, Júpiter, Marte, Sirio la más brillante, la estrella Polar, siempre señalando el Norte, fija desde antes de la eternidad.(*)
 Entonces en la ciudad de Palma no habia polución atmosférica, apenas coches y  se veía el cielo en todo su esplendor.
Tú me enseñaste a reconocer las principales constelaciones, las fases de la luna...Me diste una educación de boy scout, vaya. Me enseñaste a orientarme por el sol y las estrellas, lo que debía hacer si me caía al mar desde un barco... Como se llevaba un timón sin desviarse de la ruta.
Y a nadar. También me enseñaste a conocer por sus nombres los árboles del campo, las matas y los animales. Supongo que muchas de estas cosas las aprendiste en los tres años que duró la guerra de España, cuando hiciste vida campestre  a la fuerza...Me enseñaste que cuando un reactor hace una estela en el cielo quiere decir inestabilidad en las capas altas...tú eras también aviador, como Saint Exupéry.
 Y también me enseñaste -cosa que nunca comprenderé, pero que me lo pasé muy bien haciéndolo- a disparar con pistola, fusil y metralleta. Tal vez pensó que algun día lo necesitaria... Pero sus pistolas las tenía en casa, encerradas con llave en un cajón. Aunque él sabía que nunca las tocaria, "las pistolas las carga el diablo" decía siempre. Esta manera de actuar es la normal, no como la del padre del rey emérito, que dejaba jugar a sus hijos con pistolas, y así pasó lo que pasó..
Me enseñaste también lo que significaban las diferentes clases de nubes, y las fases de la luna.....
  Me hiciste amar la Naturaleza, y ahora que los polos se derriten, los lobos,  los tigres, las jirafas,los elefantes....casi todos los animales salvajes se extinguen, cazados a golpe de talonario por los ricos de este mundo, que Dios los maldiga...el mar y la tierra violados por los humanos, esos a los que tanto odiaba Mowgli...
Cuando ya lo podía entender me regalaste el libro que marcó mi vida, "El Libro de la Selva", de Rudyard Kipling. Que nada tiene que ver con esa patochada de Walt Disney. Yo ya amaba a los animales y los bosques y ese libro acentuó mi amor por ellos y el temor y el recelo hacia la "manada de los hombres" la cual tanto preocupaba y repelía a los animales salvajes... Me parece que Kipling era algo misántropo; al menos eso me lo contagió a mí.
Este libro lo leí tantas veces que me sabía trozos de memoria, y aún lo tengo, no el `primero, sino el segundo; yo que soy cuidadosa con los libros a aquél lo desencuaderné de tanto usarlo... Era que parecía escrito para mí.
 Papá, nadie me ha regalado un libro así, que despertase en mí el  amor por la justicia y el odio por la vulgaridad y la maldad.
Cuando desde la azotea de mi casa ,en verano y tumbada boca arriba miraba a las estrellas, no me gustaba lo que veía. Al revés que Leila, quien ve la mano de Dios en el cielo nocturno, a mi esta visión me producía un poco de angustia porque no entendía lo que hacíamos aquí abajo. Cuando bajaba la escalera para volver al piso, me sentía algo reconfortada después de esa visión, que no es para ojos humanos.
Me convertí al Islam hace ya mucho tiempo. Mi madre ya había muerto y mi padre vivía en mi casa con nosotros y nuestros gatos.
Un día de verano- me acuerdo muy bien, hacía un calor espantoso- le dije, a las cuatro de la tarde, nada menos:
-Papá, me voy a la mezquita a hacerme musulmana.
Mi padre conmigo ya estaba curado de espantos y me contestó, mientras leía una novela de evasiones, en inglés (eran sus favoritas):
-Ah, muy bien.
 Y fui y me convertí.
Amina me tomó el juramento:
-"A shaddu Allah inch Allah ua a shaddu Muhamed Rajul Allah"
O sea, "Doy testimonio de que no hay más que un Dios y que Mohamed es el hombre de Dios"
Y ya era musulmana.
Todo esto viene porque Leila tiene la fe del carbonero, y yo no. Ella se extasia ante el Universo y yo no. A mí me asusta. Y pienso si mi padre , algo de él, su alma...estará aún en alguna parte.
Papá , no me dejes.
Mi madre estaba muy celosa porque decía que yo quería más a mi padre que a ella.
Y era verdad.
Cuando miro al cielo me parece que soy menos que una mota de polvo, que un granito de polen.
Como dijo el filósofo: "Sólo soy un junco que dobla el viento, pero soy un junco que piensa."
Ay. Eso es lo malo.

Manada de lobos

Tigrito con papá

Donde duerme el tigre. Eso, dice el Corán. solo Dios lo sabe

(*) La Estrella Polar, o Estrella del Norte, cambia un poco de posición cada 26.000 años.


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