pieles no
miércoles, 24 de marzo de 2010
¡¡¡Ya estoy aquí!!!
Ya me han operado de mi pobre cadera derecha, y me han hecho un agujero que parece que me ha mordido un tiburón, y luego me han cosido como una sobrasada. Aquí en la foto se me puede ver en plan Paulina Bonaparte en versión decente, esperando que vinieran a por mí para llevarme al quirófano. La verdad es que la ope ha ido muy bien pero ahora tengo que andar con muletas y andador y no puedo salir de casa en un tiempo, cosa que me fastidia horrores. Desde luego, el ser inválida no se lo deseo más que a mis peores enemigos. Menos mal que lo mío es pasajero. Pero tendre que tener paciencia, pues la otra vez estuve un año entero antes de andar normalmente. Ayer por la mañana me dieron de alta y fué un día muy estresante y pesado, pues por la mañana estuve recogiendo mis enseres, que yo viajo y me desplazo a cualquier sitio con más impedimenta que un ejército persa, para desesperación del pobre Paco que me aguanta. Y es que ya es de buena pasta. Pues ayer una vez en casa me empezó a subir la fiebre hasta más de 38 y entonces llamamos a un medico del seguro, quien dijo que tenía que volver a la clínica enseguida, pues podría haber cogido un virus o una bacteria de esas que siempre andan sueltas en esos lugares. Me cogí un berrinche de veinte pares de narices y nos fuimos otra vez para allá. En la clínica me hicieron toda clase de pruebas y un análisis de sangre y no tenía ningún virus, sino una anemia bastante importante y me mandaron otra vez para casa. Yo cuando me encuentro mal me sale la vena del humor negro, y mientras un amable señor enfermero me transportaba a toda velocidad en una camilla por los interminables pasillos de la clínica, a mí no se me ocurre otra cosa que decirle:
-Ahora no se equivoque y me lleve a la sala de autopsias.
-¡Ay, Diossss!-suspiró el hombre.
-¿Que le pasa?
-Pues que hoy no sé que ocurre, pero las señoras me dicen unas cosas rarísimas...
-¿Como cuales?
-Pues una me ha dicho esta mañana: "Ya me pueden ir encargando el ataúd".
El hombre estaba consternado, y yo le consolé diciendo que había mucha gente con un dudoso sentido del humor.
Y ahora por fin estoy en casa, andando con muletas y un andador que parezco Quasimodo en sus peores tiempos.
Pero ya estoy en casita. Hola a todos. Ya os echaba de menos.
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