Pocas cosas más identificables que el olor a coche nuevo, similar al de algún pegamento o alguna solución fabricada con solvente. A decir verdad, es una mezcla de varias sustancias, denominadas científicamente Compuestos orgánicos volátiles (VOC son sus siglas en inglés). Son emitidas en su mayoría por las piezas plásticas, la pintura y los tapizados.
Este olor era más fuerte antes, hace veinte años; incluso duraba más. Con el tiempo, lógicamente, se va perdiendo con la ventilación, la transpiración, el humo del tabaco, los desodorantes de ambiente, el smog propio de las ciudades, etcétera.
Las empresas que se dedican a fabricar autos lograron a principios de 2000 eliminarlo completamente, los avances en química y las nuevas tecnologías permitieron reemplazar los adhesivos y mejorar la fabricación de distintos repuestos. Sin embargo, y aquí llega la curiosidad, un estudio de marketing les reveló que los clientes esperan encontrarse con ese olor cuando compran un auto. A tal punto que tuvieron que volver a incorporarlo casi inmediatamente.
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