cosa que provocó el regocijo y el cachondeo normal en Mallorca. Pero eso no es nada.
Un submarino y un castillo medieval emergieron ayer en la sala de la Audiencia de Palma, en el juicio de uno de los numerosos
casos de corrupción en la época de
Jaume Matas, del PP, en Baleares (2003-2007). El profesor de informática de la universidad UIB Damián Vidal, exgerente de la empresa pública Bitel, imputado por supuesta malversación de 700.000 euros, según el fiscal, proyectó, en palabras de su médico, un prototipo de un sumergible innovador y tradujo 25 pleitos del latín medieval para ostentar en exclusiva la propiedad del enorme castillo familiar de Santueri (Felanitx).
El hombre, que al ser descubierto se escudó en que “no sabía decir que no” al gastar con la tarjeta de crédito de la empresa oficial, desarrolló esas y otras actividades “frenéticas y de euforia obsesiva y grandiosidad”, ajenas a la causa, para afirmarse en su entorno privado. Según su defensa, escribió varios libros a la vez, lanzó un blog de filosofía y otro de patrimonio que creía que eran de lo mejor del mundo, con el fin de intentar lavar su reputación y restituir su imagen.
Vidal, casado y separado dos veces, con cuatro hijos, se veía tocado por la gracia de la mano de Dios, según el médico que le cuida desde su encausamiento, hace cuatro años.
Todos estos detalles biográficos los usó la defensa para intentar atenuar o eximir sus responsabilidades penales, alegando que es un enfermo bipolar, con fases hipomaníacas y maníacas.
Pero el fiscal anticorrupción Pedro Horrach se basa en el dictamen del forense para rechazar la versión atenuante y reclamará, al finalizar el juicio, 14 años de cárcel para el terrateniente Vidal.
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