pieles no
domingo, 29 de julio de 2012
El absentismo laboral viene de antiguo
Las bajas por enfermedad son unos de los motivos de ausentismo laboral más frecuente. Se calcula que le cuestan anualmente al Estado unos siete mil millones de euros y, en algunos casos, ni siquiera se trata de dolencias reales sino que la gente acude al fraude para huir de las obligaciones laborales. Sin embargo, todo esto no es nada nuevo ya que en el Antiguo Egipto, los trabajadores de las pirámides, también tenían que justificar sus ausencias del lugar de trabajo.
Según los más recientes estudios y, en contra de lo que la cultura audiovisual nos ha hecho creer, aquellos que construyeron esas majestuosas pirámides que hacen las delicias de los más cosmopolitas turistas y que despiertan la admiración de los amantes de la historia, no eran esclavos, sino que eran trabajadores con una serie de condiciones que garantizaban que llevasen una vida más o menos placentera. Así, estos empleados estaban correctamente alimentados, se organizaban entre ellos y eran totalmente libres.
Se formaban grupos de unos 40 o 60 hombres que, ya por entonces, podían ampliarse debido a “necesidades del servicio”. Al frente de cada grupo había un capataz y, por encima de éste, un escriba. Las labores del escriba, además de la supervisión de la de la obra de construcción, incluían labores administrativas (era el encargado de “los papiros de la contabilidad” en los que apuntaba cómo evolucionaban sus trabajos, el material que se iba a necesitar y el que ya se estaba empleando… y, además, anotaba las ausencias de los trabajadores con sus correspondientes justificaciones. Algunas de las causas justificadas eran:
- Embalsamar a un ser querido
- Haber sufrido la picadura de un escorpión
- Fabricar cerveza para una celebración
- Embriaguez
- Haber recibido una paliza de su mujer tras una discusión conyugal.
Quizá lo más sorprendente de las condiciones de trabajo de los egipcios es que aquellos tenían más días de vacaciones de los que disfrutamos en la actualidad. Eran días no laborables aquellos que coincidían con la coronación o el fallecimiento de un faraón, los cumpleaños de los soberanos, las celebraciones de tipo religioso, las crecidas del río “Nilo”, los “epagómenos” (cinco días añadidos al ciclo de 360 jornadas para completar el año solar de 365 días).
Por otra parte, hay constancia de que, durante la época de Ramsés III, según reza un papiro que se conserva en el Museo Egipcio de Turín, tuvo lugar una huelga. La causa de esta huelga fue un retraso en las dietas que formaban parte del sueldo de los obreros.
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