pieles no
domingo, 10 de febrero de 2013
Las gracietas de Urdangarín no son apreciadas en Mallorca
El gobierno de Mateo Isern acordó ayer que La Rambla deje de ser dels Ducs de Palma y recupere su nombre tradicional de La Rambla. El portavoz municipal, Julio Martínez, argumentó que esta decisión se ha tomado «por respeto a la opinión de los ciudadanos de Palma y porque consideramos que es una demanda generalizada por parte de los palmesanos». El alcalde Isern ordenó que ayer mismo que se iniciasen los trámites formales el cambio de nombre y la retirada de la placa. Así, ya se ha convocado la comisión de toponimia, en la que se tiene que aprobar el cambio de nombre, para el próximo 6 de febrero. Posteriormente se firmará un decreto de Alcaldía, podría ser ese mismo día, que ordenará la retirada de la placa actual y la sustitución por la nueva de La Rambla.
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Duquesas de brossat (requesón)
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Martínez informó que el alcalde tenía la decisión tomada desde hace unos días, pero que no ha querido hacerla pública hasta realizar unos trámites formales, entre los que destacó el de comunicarle el cambio de nombre de la vía a la Casa Real, «que nos ha comunicado su respeto por la autonomía municipal».
El punto de inflexión que ha llevado al gobierno municipal a tomar esta decisión ha sido la burla que Iñaki Urdangarin realizaba con esta distinción, ya que se han hecho públicos correos en los que firmaba como el duque ‘em palma do’. El portavoz negó que La Rambla deje de ser dels Ducs de Palma «por la situación procesal actual del señor Urdangarin» y reiteró que la han adoptado tras «constatar la indignación de los ciudadanos de Palma porque se ha manifestado públicamente una conducta poco ejemplar y una falta de consideración hacia el título y hacia el nombre de nuestra ciudad». En este sentido, hizo especial hincapié en que «siempre hemos defendido la presunción de inocencia de cualquier ciudadano como principio básico del Estado de derecho en la fase de instrucción y hoy seguimos manteniendo esta postura».
El portavoz también quiso dejar muy claro que Cort «sigue respetando, apreciando y queriendo a la Casa Real y a lo que representa en nuestra ciudad y para nuestra ciudad». En su opinión, la decisión que tomó ayer el gobierno de Isern «es buena para todos: para la ciudad, para el Ajuntament y creemos que también para la Casa Real».
Martínez subrayó que la decisión cuenta con el apoyo de todas las fuerzas políticas y hoy será aprobada por unanimidad en el pleno de Cort, a propuesta del PSM-IV-ExM.
La oposición de izquierdas, que fueron quienes pidieron que La Rambla volviese a serlo, sin añadidos de ducados, estaba muy contenta. Tanto, que después de colocada la placa nueva que dice solo "La Rambla", se compraron unos pasteles mallorquines llamados "duquesas", y se los comieron debajo.
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