Anoche  un hombre vestido de rojo se deslizó por la chimenea de       mi casa y entró a mi habitación...           Como estaba dormida pensé que era un sueño, pero aquel       hombre de barba blanca se desnudó y se metió a mi cama...     Antes de que pudiera hacer o decir algo, se montó sobre mí       y me echó el mejor polvo que me han echado en toda mi vida.       Mis gritos de gozo y mis alaridos de un largo orgasmo fueron       ahogados con su mano para no despertar a los demás.           Exhausta pero agradecida, cuando todo había acabado y aún       jadeando le pude decir:           "¡¡¡Muchas gracias Santa!!!...      ¡¡¡pero lo que yo te pedí era un Volvo !!!" 
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario