pieles no
sábado, 1 de agosto de 2009
Chiste
Un señor se fue a Madrid y allí, por casualidad, vió una óptica en la que había gafas de marca a precios extraordinarios, y como su novia, María, necesitaba cambiarlas, después de ver unas cuantas le compró un par.
La dependienta se las envolvió y él pagó la cuenta, pero al marcharse en lugar de coger la caja con las gafas cogió otra muy parecida que se encontraba al lado y que contenía unas bragas que, seguramente, alguna clienta de las que se encontraba en la óptica se acababa de comprar.
Sin darse cuenta de la equivocación paró en un bar, le escribió una carta a su novia y luego se fué a Correos desde donde envió la carta y el paquete.
Cuando María recibió el paquete se quedó extrañada del contenido... pero la carta la dejó perpleja. La carta decía así:
"Querida Maria: Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hace, ya que llevas mucho tiempo con las otras que tenías y estas son cosas que se deben cambiar de vez en cuando. Espero tambien haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que eran la última moda y me enseñó las suyas, que eran iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras, cogí y me las probé allí mismo. No sabes cómo se rió la dependienta, ya que estos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que tengo unos rasgos muy alargados. Una chica que estaba allí me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo viera el efecto que hacían. Las encontré estupendas, así que te las compré.Pontelas y se las enseñas a tus padres, a tus hermanos, en fin, a todo el mundo, a ver qué opinan. Al principio te encontrarás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas, y más ahora que todo el mundo va a notar que las tienes. Si te están algo pequeñas me lo dices, que si no te van a dejar señal cuando te las quites. Ten cuidado también si te están grandes, no sea que vayas andando y se te caigan.
Llévalas con cuidado, y sobre todo no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que tienes costumbre de llevarlas en la mano para que todos vean tus encantos. En fin, para que voy a decir nada más, estoy deseando vértelas puestas; creo que es el mejor regalo que podía hacerte.
Un beso.
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